La Jornada 26 de diciembre de 1996

Ante el juez, el chofer de los Balderas niega su presunta confesión

Ricardo Olayo Alejandro Pérez de la Rosa, chofer de la familia Balderas, negó que haya dado muerte a su patrón, Fernando Balderas Sánchez, y a otras cuatro personas, y responsabilizó del crimen a dos sirvientes, Martín ``N'' y su esposa Josefina, quienes son coacusados.

El juez 50 penal, José Eligio Rodríguez Alba, dijo respecto al estado de salud de Pérez de la Rosa que está coherente y que en su declaración ofreció detalles sobre los hechos de los que está acusado. Hoy jueves, indicó, resolverá la situación jurídica del chofer, que puede ser la formal prisión por el delito de homicidio calificado.

En tanto, el defensor de oficio y familiares de Pérez de la Rosa indicaron que el estado de salud de éste no es el óptimo, por lo que no se debe dar validez a sus declaraciones.

Pérez de la Rosa fue presentado en la rejilla de prácticas el martes pasado, cuando le leyeron las acusaciones que hay en su contra por parte de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF). Lloroso, pidió al juez que lo deje libre y en algunos momentos tuvo problemas para escuchar las preguntas que se le formularon. Dijo que él no había matado a Fernando Balderas, como estaba asentado en su declaración ante el MP, y que sólo vio cuando Martín llevaba en su mano una barreta o cincel con que se cometió el homicidio. Declaró que los dos sirvientes llevaban consigo una caja de zapatos llena de billetes de 500 pesos con joyas y relojes propiedad de la familia.

Según está versión, les preguntó qué habían hecho, porque tenían las manos ensangrentadas, pero sorpresivamente lo golpearon en dos ocasiones en la cabeza, por lo que perdió el conocimiento.

Sin embargo, dijo el juez en entrevista, hay contradicciones en su declaración que tendrán que ser valoradas, así como peritajes que indican que estuvo en la habitación de las víctimas. Por ejemplo, se encontraron sus pisadas, cabellos y otros indicios que apuntan hacia su participación. En la declaración que rindió ante la procuraduría, el chofer dijo que había acordado el crimen porque Fernando Balderas intentó abusar sexualmente de su concubina y al reclamarle los hechos su patrón los insultó a él y a su pareja.

Indignado por los hechos, se puso de acuerdo con Martín, cuya esposa había sido violada por Balderas y los tres planearon el crimen con dos días de anticipación.

Los hechos incluirían el robo, pues Pérez de la Rosa se quedaría con un automóvil modelo Golf que siempre manejaba, y sus cómplices con un Mustang rojo, además de dinero.

En esta declaración, que presentó apenas fue dado de alta del hospital por los golpes en la cabeza, dijo que golpeó con el cincel a Balderas y su familia, y que escondieron el arma homicida, así como dos teléfonos celulares.

En lo que sí no cambia su versión es en las características de Fernando Balderas respecto a las mujeres. Según dijo, con relativa frecuencia lo mandaba a un centro nocturno cercano al sector central de la PGJDF por dos prostitutas para llevarlas a su domicilio, en la calle de Crespón número 360.

Por otra parte, el juez informó ayer en entrevista que la PGJDF le pidió girar órdenes de aprehensión en contra de los dos sirvientes, pero aún no lo ha hecho.

No obstante, la procuraduría capitalina los está buscando con una orden de presentación para que acudan a rendir su testimonio. Según los investigadores, la pareja pudo haber huido al estado de Veracruz, de donde es originaria Josefina.