La Jornada 26 de diciembre de 1996

Un atentado con dinamita en el centro de Cali, Colombia, deja un herido y un almacén destruido; acusan comerciantes a extorsionadores

Dpa, Ap, Efe, Afp y Ansa, Cali, 25 de diciembre Un atentado dinamitero se produjo esta madrugada en pleno centro de Cali, lo que destruyó un almacén de aparatos eléctricos de capital peruano, así como daños a otro treintena de locales comerciales y heridas a una persona.

Los informes indican que el atentado fue perpetrado por cinco sujetos, que bajaron de un automóvil y colocaron frente al local de Carsa un artefacto de 10 kilogramos de dinamita y luego se dieron a la fuga. El guardia privado del lugar resultó herido, y otros comercios vecinos sufrieron daños.

Según versiones de comerciantes de la zona, esta acción fue obra de extorsionadores que exigían altas sumas de dinero a cambio de seguridad. Una representante de la empresa peruana afectada dijo que el ataque causó pérdidas por unos 300 mil dólares, pero se abstuvo de señalar si hubo amenazas de por medio.

Este atentado se produce en momentos en que en Lima, Perú, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) retiene a numerosos rehenes en la residencia del embajador japonés. Sin embargo, la policía colombiana no mencionó si este ataque guarda relación con el MRTA.

En tanto que la policía peinaba la zona en busca de los responsables, las autoridades mantenían también la búsqueda de presuntos guerrilleros que el 23 destruyeron con explosivos la sede de la Fiscalía y otras oficinas gubernamentales en el municipio de Zaragoza. Ese atentado no causó víctimas, pero sí cuantiosos daños materiales.

Mientras, el grupo de cinco madres de soldados que la guerrilla mantiene en cautiverio y que la víspera ocupó las oficinas de la Defensoría del Pueblo en Santafé de Bogotá, acusó al gobierno de Ernesto Samper de mentir cuando anunció que desmilitarizaba una amplia zona del Caquetá para permitir la liberación de los jóvenes.

``Pude ver con mis propios ojos que las tropas seguían patrullando por el departamento de Caquetá'', donde los rebeldes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), mantienen en su poder a los soldados desde el 30 de agosto pasado, señaló Hermensia Vargas, madre de uno de los soldados.

Este grupo de madres expresó también su temor de que durante la búsqueda que realiza el ejército se produzca un enfrentamiento con el grupo guerrillero que retiene a los soldados, arriesgando así la vida de los muchachos.

El ministro de Defensa, Juan Carlos Esguerra, negó que el gobierno haya incumplido con la retirada militar en el sur del país entre el 6 y el 16 de diciembre, al asegurar que ese ofrecimiento se respetó en forma cabal.

Atribuyó la denuncia de incumplimiento de las madres a una ``mala información'', y asentó que ni siquiera la guerrilla ha hecho imputaciones de esa naturaleza.

A su vez, medios de prensa atribuyeron al comandante del ejército, general Manuel Bonett, haber dicho que recientemente se registró un choque armado entre las tropas que recorren la región selvática del Caquetá y el llamado Bloque Sur de las FARC, que retiene a los militares.

La inteligencia militar investiga si los soldados cautivos se encontrarían en la zona colindante de Ecuador, aunque también se cree que podrían estar desperdigados en grupos pequeños. Para el efecto, el general Bonett estaría en coordinación con el ejército ecuatoriano.

En tanto que la canciller colombiana María Emma Mejía visitó a las cinco madres en la Defensoría del Pueblo para solidarizarse con ellas, la Iglesia católica de este país pidió a las fuerzas armadas que se abstengan de liberar por la fuerza a los 60 soldados.