Edomex: rechazan obras de la presa El Tule
Angélica Enciso y Laura Gómez /III y última Ante la inminente construcción de la presa El Tule, del proyecto Temascaltepec --cuyo objetivo es agregar 5 metros cúbicos por segundo al abasto de agua de la zona metropolitana de la ciudad de México--, los habitantes de San Pedro Tenayac, estado de México, reforzaron su protesta para que se cancelen las obras. ``Si nos van a matar de sed, mejor que nos maten peleando'', es la voz unánime de sus mujeres.
En un recorrido realizado por La Jornada en la zona del proyecto Temascaltepec, las mujeres de San Pedro Tenayac --poblado ubicado al sur de la entidad-- señalan que con la construcción de la presa la región perdería el agua y con ella las prácticas agrícolas que realizan. Su molestia es tal, que meses atrás secuestraron durante varias horas a tres funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (CNA) que acudieron al sitio.
El poblado tiene aproximadamente 5 mil habitantes y se localiza en el municipio de Temascaltepec. A unos cuantos kilómetros de ahí se prevé la construcción de la presa El Tule, que almacenará 65 millones de metros cúbicos de agua y contará con una inversión inicial de 501.9 millones de dólares, los cuales serán aportados, en partes iguales, por los gobiernos del estado de México y del Distrito Federal.
Con este proyecto y el abasto regular de Cutzamala, la zona metropolitana de la capital contaría con 24 metros cúbicos por segundo. El total del agua que consume esta urbe es de 63 metros cúbicos por segundo y la mayor parte del líquido se extrae del subsuelo.
Poblaciones ubicadas en las orillas del río Temascaltepec, que nace en las faldas del Nevado de Toluca y llega hasta Guerrero, resultarían afectadas con la construcción de la presa, indican los mismos habitantes.
Tan sólo en San Pedro Tenayac, donde la producción agrícola se centra en frijol, papa, chícharo, jitomate y caña, el temor de los habitantes es perder su única fuente de subsistencia. Con clima cálido, este sitio también parece ser apto para convertirse en otro centro turístico como Valle de Bravo.
Los habitantes dicen que lo único que tienen es agua, por lo que están dispuestos a defenderla como sea. El nuevo presidente municipal, Francisco Ramírez, del PRI, se comprometió a evitar la construcción de la presa.
La presa El Tule surtirá a la de Valle de Bravo a través de un túnel de 17 kilómetros de longitud, que atravesará la Peña de San Luis. Este proyecto considera básicamente nuevas construcciones para el aprovechamiento de la cuenca baja del río Temascaltepec, refiere información de la CNA.
Gran parte de los hombres jóvenes de San Pedro residen en Estados Unidos. Se fueron al ``otro lado'' porque las fuentes de trabajo son escasas y la agricultura de subsistencia no es suficiente para vivir. La mayor parte de la población está compuesta por mujeres, viejos y niños.
Simón Benítez, de piel curtida y con más de 60 años encima, da su versión del problema: ``si construyen la presa, el río subterráneo --los mantos acuíferos-- se secará. Entonces, el agua que usamos para riego va a desaparecer.
``¿Qué vamos a hacer si pasa esto? Tengo siete hijos, cuatro de ellos viven en Estados Unidos y uno en Tijuana. Yo tengo unas parcelas, pero ya casi no las puedo trabajar y lo que se siembra es poco. Si ahora que hay agua es así ¿cómo será después?'', agrega.
Líder natural del lugar, Don Simón reúne frente a la iglesia en pocos minutos a cerca de 40 mujeres y niños. Las mujeres hablan: ``Si no hay hombres aquí, nosotras podemos defender nuestros derechos y estamos dispuestas a llegar hasta donde sea''.
A pesar del fuerte sol, todas están cubiertas con sus rebozos. Enérgicas, dan sus razones: ``el gobierno no quiere reconocer que hará daño a mucha gente, pues ese proyecto sólo beneficiará a unos cuantos y perjudica a la mayoría''.
``También somos seres humanos. ¿Qué vamos a hacer sin agua? No queremos que se la lleven de aquí para dársela a los de la ciudad. Después a nosotros nos la van a cobrar más cara''.
El maestro de San Juan Acatitlán, poblado que también pertenece al municipio de Temascaltepec, indica que hay comunidades como ésa que carecen del líquido y tienen que caminar hasta dos kilómetros para llegar al río y abastecerse.
Las mujeres están dispuestas a defender ese recurso como sea, y aseguran que cuentan con el apoyo de localidades de los estados de Guerrero y Michoacán que también se verían afectadas por el proyecto.
``¿Qué le pedimos al gobierno? Que no cometan esta injusticia para beneficiar a unos cuantos. Definitivamente no queremos que se haga ese trabajo aquí'', señalan.
La construcción de la presa El Tule se llevaría cuatro años
Las obras para la construcción de la presa iniciarán a fines de 1997 y pasarán cuatro años para que entre en operación, sin embargo, antes habrán de solucionarse los conflictos locales, indicó en entrevista el responsable de la Comisión de Aguas en el Distrito Federal, Alfonso Martínez Baca.
Destacó que para abastecer de agua a la ZMCM se requieren fuentes externas, muchas de las cuales ahora son ``impensables'', como las de Tecolutla y la cuenca de Oriental Libres. Se tendría, agregó, que pensar en otras opciones a mediano plazo como el tratamiento de aguas negras para reinyectar el acuífero del Distrito Federal, pero ello implica un control sobre la descarga de aguas residuales y sobre el agua que sale por el drenaje.
Esta última opción, agregó el funcionario, sería la más viable a mediano plazo, ya que permitiría retener el líquido en esta urbe; sin embargo, para ello también se requiere evitar invasiones en las áreas verdes, que en muchos casos funcionan como zonas de recarga, y efectuar pequeñas obras de ingeniería.
De igual forma, dijo, se debe evitar las pérdidas del líquido, ya que actualmente se fuga 30 por ciento.
Detalló que de los 3 mil 630 millones de pesos que invierte el gobierno capitalino en el mantenimiento, explotación y nuevas inversiones, se recauda 41 por ciento por el pago del servicio. Para el próximo año se prevé recuperar cien por ciento de ese gasto.
El costo de cada metro cúbico traído del Cutzamala es de 200 millones de pesos y el gobierno gasta aproximadamente 50 millones de dólares anuales para cubrir la demanda adicional, indica el estudio El abasto y desalojo del agua en la ZMCM, de Angeles Flores, del Centro de Ecología y Desarrollo.
Agrega que en la ciudad se da una mala distribución del líquido, ya que los casi 14 millones de habitantes con bajos recursos disponen de 686 millones de litros diarios (49 al día), mientras que los seis millones con altos ingresos consumen 8 mil 918 millones (637 cotidianamente, es decir, 13 veces más).
Asimismo, indica, es alarmante el nivel de los subsidios en el Distrito Federal, ya que en 1991 aquí llegaba a 500 por ciento, debido a que cada metro cúbico aportado tenía un costo de 240 pesos y sólo se pagaban 40.
Iván Restrepo, coordinador de La Jornada Ecológica, indicó que actualmente los acuíferos del Valle de México están sobrexplotados, ya que se extrae dos veces más líquido y a mayor profundidad de el obtenido como recarga.
Destacó que antes de construir nuevas obras resulta más viable captar el agua de lluvia y con ella enriquecer los acuíferos, para ser autosuficientes. Sin embargo, destacó, sólo se recarga la mitad de lo que se extrae.
El agua de lluvia representa cuatro veces el volumen que se extrae del subsuelo y de ella sólo 10 por ciento se infiltra; el resto se va al drenaje para salir como aguas negras.
Consideró que si se captara la mitad de la precipitación pluvial, la zona metropolitana ya no tendría problemas de abastecimiento y se contrarrestarían los peligros causados por el hundimiento.
Actualmente el hundimiento de la ciudad va de 5 a 10 centímetros anuales; el hundimiento acumulado de 1891 a 1994 es superior a los 10 metros en el centro de la ciudad, y de poco más de seis metros en la zona sur.