Niega el gobierno uruguayo haber negociado con insurgentes la liberación de su embajador
Reuter, Ansa, Ap, Dpa, Efe y Afp, Montevideo, 25 de diciembre El gobierno de Uruguay descartó hoy que pueda haber una ruptura de relaciones con Perú, luego de que un tribunal uruguayo liberó la víspera a dos presuntos emerretistas y, en reacción, el comando en la residencia del embajador japonés en Lima liberó al embajador Tabaré Bocalandro.
``Por el momento no hay por qué pensar en una ruptura de relaciones'', declaró el canciller uruguayo Alvaro Ramos, en referencia a las suspicacias surgidas tanto en Lima como en su país. ``Me imagino que la cancillería peruana querrá saber cómo se vivía todo este proceso desde la embajada en Montevideo''.
Este señalamiento lo hizo el canciller al referirse al llamado a ``consultas'' que hizo el gobierno de Lima a su encargado de negocios en la capital uruguaya, Efraín Saavedra, una vez que en la mañana del martes 24 dos supuestos guerrilleros peruanos fueron exonerados de cargos en Montevideo, por un juez.
Ese mismo día por la tarde, tras anunciar el gobierno uruguayo el caso de los dos peruanos liberados, el embajador uruguayo en Lima, Tabaré Bocalandro, quien figuraba entre los diplomáticos rehenes del MRTA, fue liberado por ese grupo.
Bocalandro negó que él o su gobierno hubieran tenido contacto con el comando que lo mantuvo cautivo.
Sin embargo, explicó que, al ser liberado, los guerrilleros le indicaron que él se mar-chaba porque su gobierno había liberado a dos de sus compañeros.
Ramos, el canciller, aprovechó para hacer un llamado a rechazar negociaciones con el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), uno de cuyos comandos mantiene ocupada la residencia del embajador japonés en Lima y retiene a poco más de un centenar de rehenes.
El canciller insistió en que son desproporcionadas las especulaciones sobre una inminente crisis diplomática con Lima, y acotó que en Uruguay existe separación de poderes y la justicia se expide con total li-bertad y de acuerdo con sus propios meca-nismos. Dijo ignorar si la liberación del embajador se debió a que la justicia excarceló a dos presos.
Con todo, expresó entender la inquietud del gobierno de Alberto Fujimori e interpretó como lógico el interés de Lima por consultar a su representante en Uruguay. Más aún, indicó que también su despacho estaba llamando de regreso a su país al embajador Tabaré Bocalandro, pero no en reacción a la actitud peruana para proveer a la cancillería de ``información de primera mano'' sobre el episodio de los rehenes.
Lo cierto es que el gobierno de Fujimori no pudo ocultar su molestia ante la decisión de las autoridades uruguayas de liberar a dos presuntos miembros del MRTA que estaban en prisión en Montevideo, desde diciembre de 1995, y quienes responden a los nombres de Luis Alberto Samaniego y Sonia Gora Rivera.
La prensa limeña se hizo eco del supuesto malestar del gobierno peruano, al referir el llamado inmediato de regreso del encargado de negocios, Efraín Saavedra, quien estaba al frente de la embajada, dado que el embajador peruano Guillermo del Solar Rojas se encuentra desde hace varios días en Lima por asuntos familiares.
Una fuente de la embajada peruana en Montevideo explicó que en lenguaje diplomático el llamado a consultas ``equi-vale a un retiro''. A la pregunta concreta de si el llamado a Saavedra está vinculado directamente con la liberación de los dos peruanos, el vocero respondió que existe ``una relación de causa-efecto''.
Un tribunal de apelaciones en Montevideo no sólo negó la extradición de Samaniego y Gora, quienes eran reclamados por la justicia peruana y la de Bolivia, sino que además dispuso su liberación. Uno de los miembros de ese tribunal, Gervasio Guillot, dijo que no cabía el pedido de extradición porque se basaba en ``delitos políticos o delitos comunes vinculados a delitos políticos'', excluidos del tratado de extradición de Uruguay con esos países.
Aseveró que la decisión ``nada tiene que ver con la acción del comando del MRTA en Lima. El ministro del Interior uruguayo, Didier Opertti, fue otro de los que declaró en conferencia de prensa que ``esto no forma parte de un proceso para liberarlo'', aunque aceptó que este hecho ``facilitaba la situación de nuestro embajador''.
El titular del Interior emitió sus declaraciones antes de que el comando liberara al embajador Bocalandro. Entonces había señalado que la decisión judicial ``cerraba'' la posibilidad de que Samaniego y Gora puedan ser requeridos por estos mismos hechos por cualquier otro gobierno. ``Ahora gozan de libertad definitiva, la misma que tiene cualquier extranjero en nuestro territorio'', expresó.
Los presuntos guerrilleros liberados Luis Alberto Samaniego y Sonia Gora Rivera, quienes fueron detenidos al ingresar a Uruguay con documentos bolivianos falsos, se mostraron sorprendidos de su rápida li-beración. Sin embargo, decidieron mante-nerse a resguardo de un organismo humanitario hasta conocer su situación de libertad en Uruguay.
El abogado de ambos, Gustavo Puig, quien también se declaró sorprendido del hecho, dijo no tener pruebas de que hubo un canje. A pesar de esto, estimó que ``la casi simultaneidad de las liberaciones hace suponer'' que hubo una negociación.
A Samaniego y Gora se les acusa en Perú y Bolivia de haber participado en el secuestro del empresario boliviano Samuel Doria, en 1995.
En Moscú, el presidente ruso Boris Yeltsin propuso participar con el Grupo de los Siete países industrializados en una fuerza de intervención multinacional para liberar a los 104 rehenes en Lima. Además, Yeltsin envió una carta a Fujimori proponiéndole el ``envío de un destacamento de fuerzas especiales'' para resolver la crisis.
En tanto que el gobierno japonés estimaba que la crisis de los rehenes tardará un tiempo en resolverse y que carece de confirmación de que existan negociaciones secretas con el MRTA, el diario Jornal do Brasil sostuvo que el canciller japonés Yukihido Ikeda le advirtió a Perú que romperá relaciones si muere alguno de los rehenes connacionales.
El diario japonés Yomiuri señaló que el congreso peruano prepara un indulto para el MRTA, incluyendo reducción de penas y la posibilidad de que ese grupo se convierta en partido político, de acuerdo con declaraciones del líder parlamentario peruano Joy Way.
Al tiempo que un centenar de intelectuales venezolanos instaron a Fujimori al diálogo y ``evitar a toda costa un baño de sangre'', el presidente argentino Carlos Menem abogó por un salvoconducto a los miembros del comando del MRTA a cambio de que liberen a los rehenes.