Ante el alza inminente de alquileres, los afectados vacilan entre mudarse e ``irse al pleito''
Raúl Llanos Samaniego Muchos con temor, otros con la incertidumbre de no saber lo que harán y algunos más que se arman de valor, las reacciones de los inquilinos que habitan en viviendas que tendrán descongelamiento de rentas, son variadas.
Don Jaime Carrillo, quien vive desde 1941 en el interior 6 de la calle de Doctor Erazo, número 154, y que paga de renta 40 centavos, dice: ``Con eso de que se van a acabar las rentas congeladas, todo va a ser un desgarriate, los caseros se van a aventar con todo... pero pienso que no pueden hacerlo así como así, tienen que hablar, ¿no? tiene que haber pláticas''.
Este señor forma parte de las 4 mil familias --según cifras del gobierno capitalino-- que hoy en día habitan viviendas con renta congelada y sin saber a ciencia cierta qué sucederá para el próximo año en cuanto a su situación legal, afirma: ``yo me quedo aquí hasta que haya una solución, o me quedo o me botan en definitiva''.
Don Jaime laboró durante 35 años en Telégrafos Nacionales y hace aproximadamente 10 se jubiló. A sus 71 años de edad percibe al mes 800 pesos.
Sin variar mucho en las situaciones, Lauro Gazcón vive en el predio marcado con el número 106 de la calle de Doctor Balmis, donde paga también 40 centavos de renta. Habita en ese lugar desde 1929.
A unos pasos de su vivienda, narra que la primera en llegar a ese domicilio fue su abuela, al fallecer ésta él se quedó a vivir ahí. ``El riesgo es que nos lancen, es lo más probable, o bien que nos pongan una renta muy alta''.
Precisa que no logró entrar en la lista de posibles beneficiados por el Fideicomiso Casa Propia (Ficapro), por lo que negocia con el arrendatario la posibilidad de llegar a algún acuerdo satisfactorio y garantizar el techo a su sus dos hijas y su nieta.
``Yo de aquí no me salgo; aquí me quedaré y si me quieren sacar, pues nos vamos a pleito... creo que todos le harán igual'', afirma Lauro.
Durante un recorrido por diversas zonas de la ciudad se logró constatar que en varios casos los inquilinos de viviendas con renta congelada desconocen qué sucederá a partir del 1o. de enero y durante los próximos meses.
-Pues lo que haría es agarrar mis maletas y salirme... qué más puedo hacer.
Son personas que tienen más de 50 años de vivir bajo ese régimen; gente de escasos recursos, en su mayoría jubilados y quienes pagan rentas que van de los 40 hasta los 80 centavos al mes.
Ante esta problemática, organizaciones populares como el Frente del Pueblo, Unión de Vecinos y Damnificados o el Movimiento Pro Dignificación de la Colonia Roma, se han dedicado a informar a la gente que habita ese tipo de vivienda sobre las alternativas que existen.
Dicen a los afectados que no existe ninguna posibilidad de que el 1o. de enero lleguen los caseros a desalojarlos, ya que para eso se requiere que haya un juicio civil de por medio.
Asimismo, exponen los compromisos que ha establecido el gobierno capitalino a través del Ficapro para apoyarlos en el aspecto financiero y puedan acceder a recursos económicos para la compra de una vivienda digna.
No obstante, los líderes de esas organizaciones cuestionan las lagunas que todavía muestra ese programa, por lo que hicieron un llamado a las autoridades a fijar los términos de ese posible apoyo a los inquilinos con rentas congeladas