La Jornada 30 de diciembre de 1996

El asambleísta Orduña, del PAN, visitante regular de Fernando Balderas

Ricardo Olayo Las investigaciones del crimen de la familia Balderas indican que participaron ``más de tres personas y menos de seis'', y confirman que el presidente de la Comisión de Justicia de la Asamblea de Representantes del Distrito Federal, el panista Víctor Orduña, acudió en diversas ocasiones a la casa de Fernando Balderas sin que se sepa hasta ahora algún motivo de sus visitas.

El dictamen de criminalística de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) firmado por tres peritos, indica que hubo sometimiento de más de un sujeto y que un tercero causó las lesiones que provocaron la muerte a los cinco integrantes de la familia.

Hasta el momento, la Procuraduría tiene identificados a tres homicidas, Alejandro Pérez de la Rosa y los esposos Martín y Josefina, pero ha mantenido en secreto a una cuarta persona, que según el chofer estuvo en la casa aquel día --cuyo nombre es Edu o Martha--, y también reserva otras declaraciones que hablan de más empleados que laboraban en ese lugar.

Otro dictamen pericial indica que la posición en la que fueron encontrados los cuerpos corresponde a la original y que hay huellas de una ``incipiente defensa'' por parte de las víctimas al momento de sufrir la agresión.

Los peritajes contradicen la versión de Pérez de la Rosa, quien declaró que efectuó los crímenes prácticamente sin ayuda. Sin embargo, en su segunda versión también negó su participación en los hechos.

En el curso de las pesquisas para dar con los responsables del multihomicidio, los investigadores encontraron que Balderas había sido visitado por diferentes personas, entre ellos, el representante del PAN, Víctor Orduña. Al respecto, el subprocurador B, José Elías Romero Apis, respondió: ``no tengo mayores datos que una dedicatoria en uno de los libros de la esposa de Fernando Balderas, Yolanda Figueroa Ojeda, como uno de sus amigos''.

La investigación del crimen de la familia puede conducir a nuevos delitos cometidos por otros sujetos relacionados con la compra-venta de autos, informó a su vez el subprocurador A de procedimientos penales, Mariano Herrán Salvatti.

Según la PGJDF, también se investigará la adquisición de los bienes de Balderas Sánchez, quien fue asesor de esa dependencia.

Los dos subprocuradores indicaron que las futuras investigaciones sobre el negocio de los automóviles pueden poner al descubierto la venta de vehículos ilegales o robados, así como la de autopartes, por lo cual la PGJDF aún tiene en su poder los autos hallados en la casa donde ocurrió el crimen, en Crestón 360, Pedregal, y en un taller de Coyoacán.

Hasta el momento, de 13 vehículos localizados, sólo una camioneta Grand Cherokee, color rojo, está reportada como robada en San Diego, California. Aquí en el DF, Balderas la adquirió y la tenía en su patio.

Según los informes de la Policía Judicial, Balderas realizaba negocios de compra-venta en el departamento 102 de la calle Selva, número 131, colonia Insurgentes Cuicuilco; dicho domicilio se encuentra regularmente deshabitado, aunque en ocasiones llegaban hombres ``en actitud sospechosa'', entraban a las oficinas con documentos, permanecían una horas y se retiraban.

La otra investigación que se puede realizar, indicó Romero Apis, es la que se refiere a las propiedades de Balderas, entre las que se encuentran cuatro casas y un rancho en el Ajusco. Hasta el momento, la Procuraduría no ha podido comprobar la forma en que se adquirieron, pues se ha mencionado que detrás de los inmuebles habría otras personas involucradas.

Precisamente sobre las propiedades de Fernando Balderas, los hermanos de éste, Salvador y Alejandro, dijeron en entrevista que fueron compradas con dinero ganado lícitamente a través de la comercialización de imágenes de muñecos para niños desde principios de 1980.

Así, el rancho y el taller mecánico --que sólo daba servicio a autos de Balderas-- fueron adquiridos en 1987, las casas de Cuernavaca y el Pedregal en 1982, y la propiedad de la calle Selva, también en la delegación Coyoacán, comprada un poco después de esa fecha