La Jornada 2 de enero de 1997

Red internacional trafica armas aquí

David Aponte y Juan Manuel Venegas Ť Los cárteles mexicanos y colombianos entraron en colaboración con organizaciones criminales asiáticas europeas --principalmente rusas e italianas-- para el tráfico de armas a territorio de México y el traslado de estupefacientes hacia Estados Unidos, el mayor mercado de drogas del mundo. Las mafias controlan ya la producción, a los exportadores corruptos y a los importadores de armamento, se asegura en un informe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense tomado de Internet.

Las organizaciones criminales mexicanas y colombianas utilizan las mismas rutas del narcotráfico para el traslado de armas a suelo mexicano desde Estados Unidos, cuyos decomisos han aumentado en cerca de 50 por ciento en los últimos tres años (tan sólo en 1994 fueron incautadas más de 16 mil), según datos proporcionados por la Procuraduría General de la República (PGR).

Los cárteles y traficantes de armas cruzan la mercancía por las ciudades de Tijuana, Baja California; Nogales, Sonora, y Ciudad Juárez, Chihuahua. Por vía marítima entran desde Florida por los estados de Quintana Roo y Yucatán, se indica.

De esa forma, y con la colaboración de organizaciones criminales internacionales, el trasiego de armamento a territorio nacional ha comenzado una fase crítica y preocupante para las autoridades del país. Los decomisos de armas cortas y largas han aumentado de manera constante a partir de 1990, se menciona en los reportes oficiales.

Por ejemplo, las estadísticas de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) muestran un aumento y algunas variaciones en los decomisos de armas en los últimos seis años: 13 mil 88 en 1991, 12 mil 674 en 1992, 3 mil 109 en 1993, 16 mil 809 en 1994, 3 mil 414 en 1995, y cerca de 6 mil armas cortas y largas en 1996.

Identificación del tráfico mediante sistemas de cómputo de EU

A principios de diciembre de 1996, en la reunión del Grupo de Contacto de Alto Nivel México-Estados Unidos, la delegación mexicana solicitó al general retirado Barry McCaffrey, zar antidrogas de la Casa Blanca, una mayor colaboración de las agencias policiacas estadunidenses, la antinarcóticos (DEA) y la Federal de Investigaciones (FBI), para frenar el trasiego de armamento fabricado en el vecino país.

La parte mexicana entregó una lista de posibles traficantes de armas de origen estadunidense que colaboran con los cárteles de la droga mexicanos y colombianos, incluso con armas utilizadas en la guerra del Golfo Pérsico, con el propósito de que sean investigados por la DEA y el FBI.

En respuesta, la delegación estadunidense puso a diposición de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la PGR el sistema de cómputo de las diversas agencias policiacas federales de Estados Unidos, para que las autoridades mexicanas puedan ``identificar'' el origen de las armas cortas y largas que entran a México.

De manera pública, el general McCaffrey aceptó la gravedad del fenómeno y los nexos del movimiento de armas con los cárteles de la droga mexicanos y colombianos. Algunos diplomáticos mexicanos lo hicieron en forma privada y hablaron de la ``falta de capacidad y preparación de los cuerpos policiacos nacionales para afrontar el tráfico de armas, incluso para la identificación de las marcas y los calibres''.

Los gobiernos de México y Estados Unidos han detectado estrechos vínculos de los narcotraficantes con el trasiego de armas hacia territorio mexicano y los países de América Central. Las mismas organizaciones criminales están vinculadas con el tráfico de seres humanos, según los reportes.

Rusos e italianos en México

En el documento elaborado en 1996, la CIA menciona que los cárteles del narcotráfico han adoptado sofisticados métodos en sus operaciones y las rutas del tráfico de drogas y armas. ``Ahora dominan a los colocadores, a los exportadores corruptos y a las compañías importadoras (de armas)''. Las mafias rusas e italianas juegan un papel importante en esa actividad en el continente americano.

Los grupos de Asia, Rusia y Europa han entrado en colaboración con las mafias mexicana y colombiana no sólo para el tráfico de estupefacientes, armas y seres humanos, sino para la realización de diversos actos terroristas, se señala en el informe de la Agencia Central de Inteligencia dado a conocer al Congreso de Estados Unidos.

Ante la expansión del tráfico de armas, relacionado con las drogas, y la colaboración entre las mafias internacionales, el gobierno de México ha propuesto a sus contrapartes de América Central una iniciativa de asistencia mutua, se agrega.

En el seno de diversos organismos regionales, las naciones latinoamericanas preparan un acuerdo modelo para la regulación y detección del trasiego en la región, orientado a prevenir el tráfico de armamento de norte a sur.

De acuerdo con información de la PGR, el contrabando de armas hacia territorio mexicano viene de Estados Unidos y no de América Central. Las organizaciones criminales utilizan la ruta del Pacífico, el Golfo y centro-Bajío, y trasladan el armamento por los mismos caminos que la droga. En este caso a la inversa.

Del calibre .22 a los sofisticados lanzagranadas

A México entran armas fabricadas en Alemania, Francia, Italia y Japón. Sin embargo, predominan los cargamentos de armamento manufacturado en Estados Unidos. El producto estadunidense cruza por cualquier lugar de la frontera común. Sin embargo, los grupos criminales utilizan con mayor frecuencia las ciudades fronterizas de Tijuana, Nogales y Ciudad Juárez, así como la ruta del Caribe, para llegar a los estados de Quintana Roo y Yucatán, se indica en los informes de la Procuraduría General de la República.

``Estas son organizaciones criminales de producción y distribución, como el narcotráfico. No obstante, en el caso de las armas hay fábricas acreditadas y legalizadas, autorizadas, con distribuidores acreditados, que son utilizadas por los traficantes'', se menciona.

En los documentos de la PGR se señala que a México entra todo tipo de armamento, desde pistolas calibre .22 hasta lanzagranadas. Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional y los agentes de la Policía Judicial Federal han incautado armas cortas calibres .22, .25, 380, 38 súper, .45, y 9 y 10 milímetros. Pero también han asegurado cargamentos de rifles .22, escopetas, subametralladoras Uzi y fusiles de asalto AK-47, R-15 y M-1.

Las autoridades han detenido cargamentos de granadas, lanzagranadas, cargadores y cartuchos, principalmente en camionetas y camiones con doble fondo. Los traficantes envían poco más de 10 armas en cada vehículo, se precisa.

Regularmente, dichos cargamentos tienen como destino los estados de Baja California, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas, en el norte y el bajío del país. Para el sur, las entidades de Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas. La PGR mantiene investigaciones permanentes en esas regiones de la República Mexicana, donde se han incautado los mayores en- víos de armamento.

No existen organizaciones independientes del narco

En los informes de la PGR se señala que ``las organizaciones cuentan con rutas controladas, bodegas, gatilleros y sicarios a su servicio, automóviles robados e instrumentos que les permiten desarrollar sus actividades ilícitas. Además, los grupos detectados están relacionados con el narcotráfico. Incluso en los aseguramientos también se confiscan algunas cantidades de cocaína, heroína y mariguana.

``Hasta el momento no se ha encontrado realmente una organización estrictamente dedicada al tráfico de armas, aunque pudiera darse también con algunos grupos vinculados con el contrabando de mercancía extranjera'', se agrega.

En los textos de la dependencia se menciona que el contrabando hormiga no deja de ser importante. Sin embargo, una parte de ese fenómeno guarda relación con los migrantes que regresan de Estados Unidos y desconocen la Ley de Armas de Fuego y Explosivos. ``Los paisanos entran a México con armas, cargadores y cartuchos, sobre todo cuando vienen de vacaciones, y desconocen las prohibiciones que hay en territorio nacional''.

Para contrarrestar ese problema que no tiene relación con el crimen organizado, las secretarías de Relaciones Exteriores y de Gobernación han solicitado a los 41 consulados mexicanos existentes en Estados Unidos que ofrezcan información a los connacionales sobre las prohibiciones para portar armas de fuego en territorio nacional.

A pesar de que las diferentes dependencias federales no cuentan con información exacta de los costos de las armas en el mercado negro mexicano, en los documentos de la Procuraduría General de la República se detalla que el trasiego de armamento ocupa el tercer lugar entre las actividades ilícitas más lucrativas, después del narcotráfico y el robo.

Como en el caso de las drogas, el armamento aumenta de precio conforme avanza hacia su destino. ``El arma tiene un precio en la frontera, y en la medida que avanza llega a tener un costo inversamente proporcional'', sobre todo para los rifles AK-47, los más cotizados en México y en el mundo, se añade.

En los diferentes catálogos estadunidenses, un rifle de asalto R-15 puede costar 2 mil 700 dólares; un rifle 9 milímetros, 900 dólares; una pistola .45 tiene un valor de 700 dólares; una .38, hasta mil dólares, y una 44 Magnum hasta 600 dólares.

Al llegar a territorio mexicano, las armas cortas y largas tienen un valor superior al ciento por ciento de su precio original en las tiendas de Estados Unidos.