La crisis en Lima, estancada; libera el Tupac Amaru a nueve rehenes más
Oscar Camacho Guzmán, enviado, Lima, 1o. de enero Ť Con el año nuevo la crisis de los rehenes cumplió 16 días y cuando todo indicaba que se abrían caminos para una pronta solución integral, el presidente Alberto Fujimori y el comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) endurecieron sus posiciones con mutuos portazos declarativos y colocaron el conflicto, otra vez, en punto muerto.
Con todo, el MRTA dio pie a nuevos brotes de optimismo luego de que la víspera liberó al embajador hondureño Eduardo Martell y al cónsul general argentino Juan Antonio Ibáñez. Y ello pareció reforzarse este miércoles al liberar a otros siete rehenes, por lo que se estima que restan 74 personas cautivas.
Entre los siete liberados figuran el director del Comité de Privatizaciones de Perú, Juan Assereto; los japoneses Makoto Sekiguchi y Haruo Takahashi, de la compañía Mitsui, Yonezo Urata y Toyoaki Toda, de Matsushita, y los peruanos de ascendencia japonesa José Yamiya, de Sistemas Sukiyaki, y Alberto Yamamoto, presidente del gubernamental Instituto Nacional de Desarrollo.
Pero el martes pasado y luego de 10 días de no haber efectuado pronunciamiento, Fujimori rechazó toda posibilidad de dejar en libertad a los 400 presos del MRTA, descartó que su gobierno esté dispuesto a legalizar al grupo si depone las armas y sostuvo que mientras el comando no entregue sus armas y libere sin condiciones a los rehenes, su gobierno no puede desechar el uso de la fuerza.
Algunas horas después el comando del MRTA respondió --ante una veintena de camarógrafos y fotógrafos que ingresaron a la residencia con autorización emerre-tista-- que no dará ni un paso atrás en su exigencia de que sean liberados los más de 400 integrantes del grupo que se encuentran presos, al tiempo que cuestionaba al mandatario por mantener una actitud de confrontación al calificar al MRTA como un grupo terrorista.
En el mismo encuentro con periodistas el líder del comando, Néstor Cerpa, rechazó que entre las posibles opciones de solución ellos hayan previsto pedir asilo en algún país extranjero, y aceptó la mediación de quien sea --``Fidel Castro o Boris Yeltsin, incluso''-- y sostuvo que el MRTA espera una solución pacífica y que hasta el momento ellos no han hablado ``de plazos'' para comenzar con ``ejecuciones''.
Ofensiva Fujimori-MRTA
Durante una entrevista con Efe, Fujimori dijo que su gobierno no ha cambiado de posición y que mantiene como salida a la crisis de los rehenes la misma propuesta que difundió hace 10 días, cuando propuso al MRTA liberar a los rehenes sin condiciones y que depongan las armas ante una comisión de garantes, a cambio de garantizar la seguridad física del comando y estudiar después una alternativa de solución a sus demandas.
Negó que su gobierno esté ``negociando'' con el MRTA, y rechazó la posibilidad de que como parte de un acuerdo integral pueda pensarse en legalizar al MRTA como un acto que sea consecuencia de la toma de la embajada. Insistió en que el MRTA es una organización terrorista, y sobre un eventual indulto el presidente dijo que ``no puede adelantar nada'', pero aseguró en que hay voluntad para una salida pacífica.
La respuesta del MRTA se produjo la tarde del martes cuando una veintena de camarógrafos y fotógrafos ingresó a la residencia tomada y ante quienes Cerpa Cartolini dio una sorpresiva conferencia de prensa de 40 minutos. Los medios de comunicación comenzaron a pasar en grupos de 15. El comando reiteró ante ellos sus cuatro demandas iniciales.
Cerpa Cartolini dijo que las palabras de Fujimori expresan un tono completamente distinto al mensaje emitido el sábado anterior por el ministro Domingo Palermo, luego que el MRTA dejó en libertad a 20 rehenes. Rodeado de cinco integrantes del comando fuertemente armados, el líder añadió que de hecho en sus declaraciones Fujimori ni siquiera acepta el término ``negociaciones'' sino sólo ``conversaciones'' y que ello no permite vislumbrar ningún avance.
Luego, volvió a expresar que la toma de la embajada es ``una medida de fuerza planteada para sacar a nuestros compañeros de esas tumbas que son las cárceles donde están condenados a pena de muerte lenta'', y agregó que en esta demanda no darán ni un paso atrás.
--¿Hay algunos avances en la negociación? --se le preguntó a Cerpa.
--No. El presidente ha reiterado su beligerancia --respondió, y subrayó que el ministro Domingo Palermo sólo les reiteró lo ya dicho por Fujimori.
--¿Han propuesto salir del país?
--Si yo hubiese querido salir del país, entonces hubiese escapado clandestinamente por la frontera. Pero no lo hice.
Ante las afirmaciones de Fujimori de que son una organización terrorista, Cerpa Cartolini manifestó que el MRTA ha buscado el diálogo desde 1985, pero que el gobierno es el que se ha negado a escuchar. ``Siempre hemos propuesto el camino del diálogo para una paz con justicia social. Pero como no queda otra alternativa elegimos una medida extrema''.
--¿Aceptarían la mediación del gobierno de Cuba --le preguntó un fotógrafo
--Estamos abiertos a cualquiera que se preste de intermediario, sea Fidel Castro o Boris Yeltsin.
Ante una insinuación sobre la posibilidad de eliminación de alguna de las personas secuestradas, Cerpa respondió: ``Nosotros no hemos hablado de plazos ni de ejecuciones''.
Declaraciones de Tudela y Aoki
Tras este encuentro, los periodistas pidieron ver a los rehenes, y se aceptó que se presentaran cuatro: el canciller peruano Francisco Tudela, el embajador japonés Morihisa Aoki, el congresista Gilberto Siura y el representante de la empresa Mitsui, Masami Kabayash.
Y en tanto que el embajador japonés se mostró apenado por lo que sucedía en el interior de su residencia (``les ofrezco disculpas'', dijo), el canciller Tudela insistió en la necesidad de mantener el diálogo como instrumento de solución.
Ante las insistentes preguntas sobre las alternativas que podrían haber para una salida pacífica y si consideraba viable la posibilidad de que el MRTA se legalice y convierta en una fuerza política, Tudela respondió: ``En una sociedad organizada no se puede vivir permanentemente en zozobra'', y por ello juzgó que las cosas deben encaminarse a una solución definitiva al problema de la violencia.
Oscar Camacho Guzmán, enviado/II, Lima, 1o. de enero Ť Fracasado el intento de establecer una línea directa entre el embajador de Japón, Morihisa Aoki, el comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) comenzó a buscar la negociación por otras vías desde la mañana siguiente a la noche del martes 17, la del asalto.
El comando rebelde pidió primero que se presentaran el defensor del pueblo, Jorge Santiesteban, y el sacerdote jesuita Hubert Lanssiers. El presidente Alberto Fujimori dijo no. Enseguida, el MRTA formó una comisión de cinco embajadores que nunca regresó a la residencia. Hubo luego una segunda comisión que tampoco volvió. A las dos comisiones, el gobierno del presidente Fujimori les exigió ``no meterse'' en el asunto.
Las razones de ello, los momentos de ``alta tensión'' que siguieron, el dilema de la vía pacífica o armada, la crisis de los primeros días en el interior de la residencia del embajador Aoki tomada por asalto, transcurren aquí en voz del congresista Javier Díez Canseco y el economista Francisco Sagasti.
Los intentos de negociación
Javier Díez Canseco (JDC): ``La mañana nos sorprendió con un aviso de (Néstor Cerpa Cartolini, jefe del comando): `Por televisión están anunciando que el gobierno de Fujimori está preparando un operativo militar. Vamos viendo'. Cerpa comenzó entonces a buscar al general Domínguez, ex jefe de la Dirección Nacional contra el Terrorismo (Dincote) y le exigió: `¡Domínguez!, comunique que tienen hasta las 12 del día para retirar a la policía a cien metros de aquí y que si intentan algo y no cumplen, usted será el primero...' Eran las 9, 10 de la mañana de ese miércoles.
``Domínguez entonces toma el teléfono y busca hablar con el general Quetin Vidal, jefe de la policía. No le contesta. Le responde el oficial de guardia y le dice lo mismo que le dijeron al embajador: `El general está ocupado', pero pese a todo transmite la orden y luego se dirige a los del MRTA y les dice que él, cuando estuvo en la Dincote, fue respetuoso de los derechos humanos, que él no ha torturado, etcétera, etcétera. Y nos piden a todos que nos echemos otra vez al piso''.
Francisco Sagasti (FS): ``Suena un bombazo cuando estamos cuerpo a tierra y veo cómo los del MRTA tienden cables hacia los altos. Nos dicen que están poniendo minas y trampas en varios lugares de la residencia. Siguen manipulando mechas, cables y lo que parecen explosivos plásticos''.
JDC: ``Luego que amaina un poco la tensión, me desplazo por vez primera y al pasar a otro cuarto me encuentro con el ministro (de Exteriores, Francisco) Tudela, el ministro de Trabajo, el alcalde de El Callao, varios congresistas y diplomáticos. Entonces, les hago ver la necesidad de dar a conocer afuera como están las cosas aquí y el riesgo que implicaría un ataque y hay que pedir que haya diálogo. Preparamos entonces un comunicado, yo lo redacto y lo enviamos por un fax que ahí había a un organismo de derechos humanos, y el embajador de Bolivia lo manda a su país; se envía también al Congreso, y también hablan muchos diplomáticos con sus países''.
FS: ``Nos enteramos que el embajador está hablando por teléfono con sus autoridades en Tokio, y el secretario de la embajada recibe en su celular una llamada, aparentemente también de Tokio y conversan agitadamente en japonés''.
JDC: ``En la mente de todos estaba la posibilidad de que se preparaba una salida violenta. Por la televisión decían que había llegado un cuerpo Delta de ataque, que había 28 ambulancias preparadas a la espalda de la residencia, que los hospitales habían sido declarados en emergencia, que había un operativo policial preparándose cerca de la embajada de Japón. Que si eso ocurría iban a matar a un importante número de personas cautivas y que la televisión internacional daba cuenta de las presiones del gobierno de Estados Unidos. En síntesis, que todo estaba encaminado a una matanza.
``Fueron los momentos más difíciles, de más tensión. Las horas muertas donde podía pasar cualquier cosa. Y por eso la importancia de ese comunicado que sacamos. En esas horas la plática comenzó a relajar algo la situación. Hablábamos entre nosotros y con los del MRTA. Cerpa y el Arabe (otro integrante del comando) decían una y otra vez: `Señores, nosotros estamos aquí por nuestros presos, ése es el problema por el que estamos aquí; queremos la liberación de los compañeros presos'. Pero entre tanto y tanto decían también que estaban dispuestos a una negociación por una paz más duradera''.
FS: ``Tengo una segunda conversación con el Arabe. Hablamos sobre la guerra con Ecuador. Recibimos la primera visita y charla del comandante Huertas, a quien hemos identificado claramente como Néstor Cerpa Cartolini. Empieza a hablarnos del sentido de comunidad, de la solidaridad entre los miembros del MRTA y de la obligación de cuidar a los compañeros y apoyar a los que se encuentran presos.
``Continúa diciendo que el `objetivo del modelo económico es enriquecer más a los ricos y empobrecer más a los pobres' y deja traslucir una ideología que es mezcla curiosa de una visión comunitarista simple con algunos elementos de regreso a nuestras raíces profundas, y con el uso del mercado con fines sociales. Gran énfasis en la necesidad de oír al pueblo, de conocer nuestras raíces y de aprender nuestra historia. No queda muy claro qué es lo que tienen en mente. Sólo Cerpa habla''.
JDC: ``No éramos rehenes que estuviéramos tirados en el piso, que no pudiéramos hablar y esto nos hizo comenzar a buscar soluciones. Tudela dijo entonces que debería hacérseles ver que si el tema son los presos, entonces no hay salida, porque es pedirle al gobierno que salga con las manos en alto. Y entonces Tudela, que es un excelente negociador, decía que aquí lo que debe ponerse como tema central es el asunto de la negociación de paz, y tratar de que el MRTA entienda que lo que hicieron ya es importante para ellos.
``El embajador de Polonia les dijo: `Miren, ustedes ya metieron un golazo, ahora cuidado con hacerse un autogol'. El autogol era matar a cualquiera de nosotros. Eso hubiera cambiado el escenario. Era necesario dejarle un margen de maniobra al gobierno.
``Pero ellos insistían en sus presos, pero no sólo en su liberación. Una y otra vez hacían referencias a las condiciones en que estaban en prisión: el aislamiento en que estaban, la subalimentación, la tortura sicológica, la separación de sus familiares y que eso ellos no lo iban a tolerar, y que además era un problema de dignidad y que no iban a abandonar a sus presos.
``A mí me quedó claro que para mucha gente de los que ahí estaban era muy novedoso todo lo que escuchaban del MRTA, porque además estábamos en una situación límite donde la gente aprende a oír y a ver cosas que en otras circunstancias no ve. Y entonces, había una situación de mucha tensión pero también de mucha calma. Calma porque los rehenes estaban tranquilos y calma porque el comando nunca gritó, nunca se alteró, nunca perdió el control.
``Mientras, Aoki estaba convertido en un hombre preocupado por sus huéspedes. Era un hombre que se había despreocupado de su propio destino en aras de cuidar a sus invitados, y que luego de haber hablado a Japón sólo estaba esperando que llegara a Perú el canciller de ese país (Yuhiko) Ikeda.
``Mientras, Cerpa y el Arabe se reúnen con Aoki en su habitación y se sientan en la cama con el embajador alemán, el griego, el canciller y el embajador Lecaros, de Perú, y con ellos conversan. El MRTA expone sus posiciones y dice que les quiere pedir a ellos que los va a dejar libres y que les pide que transmitan cuáles son las exigencias del MRTA y cuál es la situación adentro.
``La comisión sale a eso de las 6 de la tarde del miércoles y se abre entonces un largo compás de espera. Todos nos quedamos esperando a que regresen pero ya no lo hacen más. Muchos, al principio, consideramos que los integrantes de esa comisión habían traicionado a sus compañeros rehenes al no regresar, pues de los cinco embajadores sólo regresa el representante de Canadá, Anthony Vincent, a eso de la medianoche del día miércoles, pero sólo habla un momento con Cerpa, no nos dice nada a los otros rehenes y a continuación se va. Luego, ya el jueves, nos enteramos de que la comisión determinó disolverse.
``Al salir, sin embargo, me he enterado que no hubo tal supuesta traición, sino que el gobierno, a través del ministro (de Educación, Domingo) Palermo les exigió a los diplomáticos de esa comisión no intervenir, y pues al no ser escuchados ni aceptados como mediadores, la comisión decidió disolverse''.
Jueves, una larga espera
FS: ``Después de 36 horas de rehenes empezamos a sentir aburrimiento, cansancio y sueño. La tensión y el hambre nos hacen irritables. Alguien encontró una aspiradora y comenzamos a limpiar el lugar. La actividad nos ayuda. Cerpa nos pide que nos organicemos y se designan delegados para distribuir alimentos y provisiones.
``Cerpa repite sus visitas a cada salón para presentar sus puntos de vista. Menciona que desafió al congresista Siura a mencionarle una sola masacre indiscriminada de mujeres, niños y ancianos por parte del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru como única condición para liberarlo.
``Dice que los del MRTA no son terroristas sino guerrilleros. Menciona la posibilidad de una salida política tipo M-19 en Colombia y dice que trataron de acercarse al gobierno en 1985 y 1990. Le menciono que es importante para ellos tener la opinión pública a su favor y que eso no se va a conseguir si se agrava la situación de salud de los rehenes y que era de interés para ellos liberar cuanto antes a quienes estaban delicados de salud. Menciono el caso del ingeniero Carlos Chiappori, presidente de Maquinarias Sociedad Anónima, mayor de 70 años que acaba de tener cuatro operaciones quirúrgicas. Cerpa toma nota y continúa su gira.
``La Cruz Roja, mientras, entrega víveres: manzanas, plátanos, pan, jamón, queso, además de botellones de agua. Nos organizamos para distribuir la comida en los dos pisos. En el primero se arma un equipo de lujo para preparar sandwiches: David Gruffit, Sandro Fuentes y Manuel Romero. Nunca había comido un sandwich mixto hecho por dos ex ministros y el gerente de un hotel de cinco estrellas.
``Se distribuyen toallas húmedas, de ésas que son excelentes para limpiar el trasero de un bebé. Vemos que han llegado ventiladores, cepillos y pasta de dientes así como papel higiénico y toallas de papel. Sin embargo, el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru no permite que se distribuya todo y sólo nos entrega lo indispensable. Vemos tele. Nos aburren las noticias del secuestro y se cambia de canal para ver cachascán (lucha libre). Así pasa el jueves.
``La espera siguió y de pronto nos enteramos de la llegada del canciller de Japón, Ikeda, cuya presencia hace que pasemos a una segunda fase del problema. La tensión baja: a todos se nos abre el convencimiento de que la solución militar ya no es inmediata, y que puede haber otra salida''.