La Jornada 4 de enero de 1997

EU ``concede al mundo un poco de soberanía'': Alarcón

Afp, Ap, Dpa, Pl y Reuter, La Habana, 3 de enero Ť Cuba desestimó hoy la decisión del presidente Bill Clinton de prorrogar indefinidamente la entrada en vigor del título 3 de la ley Helms-Burton, pues ello, afirmó, sólo es ``un arma de ne gociación de Estados Unidos'' hacia otros países que criticaron la ley.

Canadá manifestó su ``decepción'' porque, expuso, se trata sólo de una suspensión temporal y parcial de una ley inaceptable'' por su extraterritorialidad, mientras la Unión Europea celebró la decisión de Clinton, aunque algunos países miembros la calificaron de insuficiente.

En tanto, el cardenal cubano Jaime Ortega informó que el viaje del papa Juan Pablo II a Cuba será postergado hasta 1998, según reveló hoy el cardenal Camillo Ruini, de visita en la isla enviado por el Vaticano. En noviembre pasado, el presidente cubano Fidel Castro se entrevistó con el papa y lo invitó a Cuba, único país latinoamericano que no ha visitado, y se había fijado su visita para el año en curso.

Fuentes eclesiásticas cubanas dijeron que la postergación de la visita de Karol Wojtyla a Cuba se debió a que sus médicos consideraron que su agenda ya estaba ``muy cargada'' en 1997, y mayores compromisos podían repercutir en su salud.

El vocero de la cancillería cubana, Miguel Alfonso, afirmó que la decisión de Clinton de retrasar el Título III de la Helms-Burton ``lo único que hace es concederle graciosamente al mundo, por voluntad imperial, seis meses más de soberanía plena''. Agregó que siguen en vigor los demás títulos de la ley, que son tan injerencistas y extraterritoriales como el resto.

El Título III de la Helms-Burton autoriza a ciudadanos estadunidenses, incluso de origen cubano, a comenzar juicios contra empresas y particulares que mantengan relaciones comerciales con propiedades que les fueron confiscadas después de la revolución cubana de 1959.

El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, anunció que el gobierno de la isla creará de inmediato comisiones de reclamaciones a Estados Unidos, ante las cuales ciudadanos cubanos podrán presentar demandas en caso de haber sido afectados por ``acciones auspiciadas o apoyadas por Washington''. Dichas comisiones funcionarán en acatamiento de la Ley de Reafirmación de la Dignidad y Soberanía Cubanas aprobada el pasado 24 de diciembre, según la cual serán perseguidos judicialmente quienes hayan causado daños a la integridad física y moral de los cubanos, por órdenes de Washington o de la dictadura de Fulgencio Batista, derrocado por la Revolución cubana.

De su lado, el ministro canadiense de Comercio Exterior, Art Eggelton afirmó que a pesar de la decisión de Clinton, el comportamiento de Estados Unidos sigue siendo inaceptable, pues pretende imponer su política exterior a terceros países. ``Estados Unidos no debe continuar sosteniendo una espada sobre las cabezas de otros países que son sus socios comerciales, ni sobre los negocios que éstos quieran hacer con Cuba''.

Eggelton dijo que su país decidirá pronto las medidas que tomará para desafiar la ley Helms-Burton en el marco del Tratado de Libre Comercio, para su consulta con México.

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, afirmó por su parte que la decisión de prorrogar seis meses la aplicación del Título III de la Helms-Burton es ``un paso en la dirección correcta'', pero enfatizó que ésta no cambiará la oposición de la UE a la extraterritorialidad de la ley, y que los Quince seguirán defendiendo sus intereses comerciales en Cuba.

Santer subrayó que la UE sigue decidida a apoyar la democracia y los derechos humanos en la isla, y a sostener conversaciones sobre este tema con Estados Unidos, ``aunque nuestras opiniones sean divergentes respecto a los medios''.

Mientras el gobierno de Gran Bretaña dijo que ``estudiará con interés'' el anuncio de Clinton, el vocero de la cancillería española, Inocencio Arias, afirmó que aunque España recibió ``con agrado'' la decisión estadunidense, ésta es insuficiente, pues la Helms-Burton sigue amenazando las relaciones internacionales y ello no cambiará por una prórroga temporal del Título III