La presión europea sobre La Habana lo hace innecesario, dice
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 3 de enero Ť El presidente Bill Clinton suspendió hoy indefinidamente la aplicación de la disposición más controvertida de la ley Helms-Burton, destinada a internacionalizar el bloqueo contra Cuba, y argumentó que las demandas legales contra inversionistas internacionales en la nación caribeña ya no constituyen un mecanismo necesario, pues, expuso, los gobiernos de Europa y América Latina intensificaron su presión sobre La Habana.
El Departamento de Estado también anunció que, en función de otra sección de la Helms-Burton, el gobierno estadunidense envió una carta el lunes pasado a la empresa israelí B.M. Group, en la que notifica que a sus ejecutivos se les podría negar el permiso de ingreso a territorio de Estados Unidos a causa de las inversiones de esa empresa en Cuba.
B.M. Group tiene operaciones de producción en el sector azucarero y de cítricos en la isla. A ejecutivos y principales accionistas del Grupo Domos, de México, y de Sherrit International, de Canadá, ya se les negó visa de ingreso a Estados Unidos, porque sus inversiones en Cuba involucran propiedades expropiadas a estadunidenses en la isla. Funcionarios del Departamento de Estado informan que aún investigan las actividades de otras 22 empresas internacionales, incluida la mexicana Banamex.
Ambos anuncios se produjeron simultáneamente a fin de generar el máximo apoyo a la decisión del presidente de, en efecto, nulificar una medida central de la Helms-Burton. El senador Jesse Helms de inmediato emitió una declaración en la que condenó la acción, pero de forma inesperada la anticastrista Fundación Nacional Cubano-Americana hizo otra declaración en apoyo a la decisión, al describir la suspensión de la medida como ``comprensible''.
La provisión conocida como el Título III la Ley de Solidaridad por la Libertad y Democracia de Cuba, suspendida hoy, hubiera permitido que ciudadanos estadunidenses, incluso de origen cubano, utilizaran las cortes de este país para demandar a extranjeros que ``trafiquen'' con propiedades expropiadas al triunfo de la revolución de 1959.
La Helms-Burton, a la que Clinton se había opuesto inicialmente, fue sancionada en marzo pasado luego que dos avionetas de un grupo anticastrista con sede en Miami fueron derribadas por Migs cubanos. Para que la polémica iniciativa pudiera ser aprobada, los republicanos fueron forzados a incorporar en el proyecto el derecho del Ejecutivo a suspender la puesta en práctica del Título III por periodos de hasta seis meses. Clinton primero utilizó este derecho por seis meses en julio pasado, poco antes de que la ley fuera aplicada.
``Espero continuar suspendiendo el derecho de presentar demandas, siempre y cuando los amigos y aliados de America continúen sus esfuerzos intensificados para promover la democracia en Cuba'', dijo Clinton al anunciar hoy una segunda suspensión por seis meses del Título III.
Varios funcionarios de la administración Clinton comentaron a La Jornada que esperan que Clinton continúe suspendiendo esta controvertida provisión cada seis meses hasta el fin de su presidencia.
El anuncio de este viernes constituye la culminación de más de seis meses de trabajo diplomático llevado a cabo por el enviado especial de la Casa Blanca, Stuart Eizenstat, con el propósito de construir una justificación política para la no aplicación del Título III de la Helms-Burton.
Ese objetivo fue suficientemente logrado al generarse suficientes declaraciones por parte de gobiernos europeos y latinoamericanos sobre su disposición de presionar al gobierno cubano para promover una apertura democrática.
Las razones de Clinton
Clinton hizo énfasis en el giro de política adoptado en diciembre por la Unión Europea para promover la democracia en la isla, así como en la declaración sobre democracia y derechos humanos en Cuba de la Cumbre Iberoamericana en Santiago, en noviembre pasado, como evidencia de un cambio suficiente en las posiciones internacionales sobre Cuba, como para justificar la suspensión del Título III.
``La comunidad internacional está más unida que nunca en la historia de 38 años del régimen represivo de (el presidente cubano Fidel) Castro en apoyo de la causa de la libertad en Cuba'', declaró Clinton en el anuncio divulgado desde Sant Tomas en las Islas Vírgenes, donde goza de vacaciones. ``Los gobiernos y organizaciones no gubernamentales han incrementado su apoyo a los disidentes en la isla y mantienen enfocada la atención internacional sobre la represión en Cuba''.
Clinton argumentó que, además de la presión aplicada por los gobiernos, se debería movilizar el respaldo de los líderes empresariales y las ONG para apoyar a organizaciones sindicales, de derechos humanos y civiles independientes en la isla.
Clinton también elogió esfuerzos europeos para apoyar a grupos de derechos humanos en Cuba, y mencionó en particular un esfuerzo entre empresarios europeos y estadunidenses para promover un ``código de conducta'' para empresas que inviertan en Cuba.
El enviado especial Stuart Eizenstat sostuvo hoy que todos estos esfuerzos se traducen en una presión sobre el gobierno cubano y sobre los inversionistas en Cuba. Señaló que Estados Unidos cree que al menos 12 empresas han cesado de invertir o han retirado sus inversiones de Cuba como resultado de la Helms-Burton, y subrayó como ejemplo el caso de la decisión de la cementera mexicana Cemex de abandonar sus operaciones en Cuba, poco después de la promulgación de esta ley.
Eizenstat comentó que la declaración de la Cumbre Iberoamericana, junto con la decisión del presidente electo nicaragüense, Arnoldo Alemán, de no invitar a Castro a su toma de posesión a fines de este mes, eran indicaciones de ``un cambio de actitud en América Latina'' frente a Cuba. Pero Eizenstat concedió que las tensiones entre los aliados estadunidenses continúan sobre este tema, y señaló que las contramedidas y leyes ``antídoto'' contra la Helms-Burton en México, Canadá y la Unión Europea son ``obstáculos potencialmente difíciles''.
También caracterizó la demanda contra la legislación ante la Organización Mundial de Comercio presentada por la Unión Europea, como ``contraproducente''.
Lo más sorprendente de hoy fue la ausencia de una condena a la acción presidencial por parte el sector cubano-estadunidense conservador. La Fundación Nacional Cubano-Americana, que condenó la primera suspensión de esta controvertida cláusula en julio de 1996, declaró hoy que ``la suspensión del Título III del Acta por un periodo de seis meses es comprensible''.
Muchos de los otros promotores de esta ley emitieron declaraciones cautelosas y fue el senador Helms quien emitió la condena más severa: ``Al declarar su intención de suspender esta provisión indefinidamente, el presidente ha cedido la mejor palanca que tenía Estados Unidos para presionar que Canadá y México cambiaran sus actitudes''. Aparentemente, la Casa Blanca decidió anunciar la suspensión hoy, antes de la fecha límite del 16 de enero, para evitar que un debate sobre la política hacia Cuba distrajera la atención de los medios de la ceremonia en la que Clinton asumirá su segundo mandato, el próximo día 20.
Además, la secretaria de Estado designada, Madeleine Albright, enfrenta una audiencia para confirmar su nombramiento la semana entrante, y algunos funcionarios del Departamento de Estado creen que así la decisión sobre Cuba constituirá un factor menos clave, ya que será un hecho consumado.
Varios asesores legislativos coincidieron hoy en que aunque Albright podrá esperar varias preguntas sobre la política hacia Cuba, ninguno de los nombramientos de Clinton para su nuevo gabinete será puesto en peligro a partir de la decisión de hoy. ``Sí, vamos a protestar, pero básicamente todos quieren iniciar el año cooperando'', afirmó un asesor congresional entrevistado por La Jornada