Ruy Peréz Tamayo
El seminario de Bioética

A finales del año pasado se inauguró en la Facultad de Medicina de la UNAM el Seminario Permanente de Bioética. La iniciativa partió del interés conjunto de la Facultad de Filosofía y de la Facultad de Medicina, de contar con un foro académico para la discusión multidisciplinaria de problemas de bioética, regido por el espíritu más genuinamente universitario, o sea abierto a todas las ideas y a todas las tendencias, y dentro de un marco de absoluto respeto y tolerancia. La idea fue aceptada con beneplácito por otras dependencias universitarias (el Instituto de Investigaciones Filosóficas y el Instituto de Investigaciones Biomédicas) y por El Colegio Nacional; se espera que con el tiempo otros grupos académicos se vayan sumando a este programa.

Desde hace algún tiempo existe la inquietud en algunas escuelas de medicina, no sólo en México sino de otras partes de América Latina, por incorporar a la ética médica en la enseñanza de la medicina, siguiendo alguno de los varios modelos que desde hace años han adoptado varias escuelas del vecino país del norte. Incluso yo he participado en más de un seminario sobre el tema y hasta he presentado algunas conferencias sobre ética médica, en las que concluyo que la mejor y única forma de enseñar la ``materia'' es con el ejemplo, ya que no se trata de una serie de reglas o conceptos sino de una forma de ejercer la medicina. Sin embargo, la tendencia a transformar a la ética médica en una ``materia'', comparable a la histología o a la gastroenterología, con un programa específico y con libros de texto, ha ido ganando cada vez más adeptos, sobre todo entre los grupos que profesan una ética trascendental, lo que amenaza con introducir valores extramédicos en las decisiones técnicas, tanto de diagnóstico como de tratamiento, lo que sólo puede tener consecuencias negativas para el ejercicio óptimo de la medicina. Pero con toda su importancia, los problemas de la ética médica no constituyen la totalidad de la bioética, como se pretende en algunas escuelas de medicina huérfanas del indispensable apoyo universitario general; por lo contrario, la ética médica es sólo una parte especializada de la bioética, que se refiere a todos los aspectos del comportamiento humano en relación con la vida, cualquiera que sean los organismos aislados o las estructuras complejas que la posean.

De esta manera, la bioética es relevante no sólo a los médicos sino también a los biólogos, a los químicos, a los abogados, a los sociólogos y a los filósofos, y también a los economistas, a los financieros y a los políticos, y también a los maestros, a los policías y a los bomberos, a los pescadores, a los jardineros y a los guardianes del zoológico de Chapultepec; todos ellos tienen que ver con la vida en sus distintas manifestaciones.

Podría decirse que existe una gran diferencia entre la vida humana y el resto del universo viviente, e incluso señalar con algun término inefable esta diferencia, pero debemos considerar que la declaración la hace un ser humano; si los árboles pudieran hablar, seguramente dirían que su vida es diferente a todas las demás del mundo vivo, y también inventarían una razón contundente (e indemostrable) para convencernos. Lo que realmente sabemos de los seres vivos es que todos compartimos varias propiedades, como información genética, complejidad estructural, metabolismo energético, recambio metabólico, ciclo biológico (nacimiento, desarrollo y muerte) y capacidad de autorreplicación, de autoconservación y de autorregulación. Además, algunos seres vivos expresan propiedades peculiares, como la de soportar muy altas temperaturas, o la de poseer dos formas diferentes de existencia, cada una adaptada a distintas condiciones ambientales, o la de componer La Pasión según San Mateo y disfrutarla.

El Seminario Permanente de Bioética se abrió para escuchar y discutir todas las ideas y opiniones sobre el tema de todos los seres vivos; desafortunadamente, sólo podemos participar en él los humanos, porque somos los únicos que podemos comunicarnos. Sin embargo, conviene recordar que somos minoría y que es sólo por accidente que vamos a representar a todo el mundo biológico. Tratemos de hacerlo con modestia, con dignidad y con respeto al resto de los seres vivos.