La Jornada 6 de enero de 1997

En dos años cayó 4.3% la capacidad de generación de electricidad: CFE

Juan Antonio Zúñiga M. /I Ť El sector eléctrico mexicano prácticamente no ampliará su capacidad de generación durante 1997 y prevé un déficit de 11 mil 474 megavatios ante la demanda de los próximos 10 años y la infraestructura existente en la actualidad para satisfacerla.

De hecho, en el caso de que los informes oficiales sean fidedignos, la capacidad de generación eléctrica se ha reducido en mil 503.4 megavatios (MV) durante los últimos dos años, si se considera que hoy en día es de 33 mil 708.6 megavatios, según la Secretaría de Energía; mientras en 1994 ésta era de 35 mil 212 MV, un potencial 4.3 por ciento inferior al de 1994, de acuerdo con cifras de esta misma dependencia y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Por lo pronto, los proyectos de largo plazo en infraestructura para la generación de energía eléctrica se reducen a dos hechos concretos: se colocó la primera piedra de la planta termoeléctrica de Samalayuca II al término del tercer trimestre de este año, la cual entrará en funcionamiento en 1999 con una capacidad de 505 megavatios, y se anunció que en 1997 se dará a conocer el ganador para construir la planta Mérida III que, conforme a los pronósticos más optimistas, entraría en operación hacia el año 2000.

Frente a una demanda de electricidad que requiere poner en funcionamiento anualmente tres plantas con una potencia similar a la de Samalayuca II --poco más de 500 megavatios--, por hoy prácticamente todo se reduce a papeleos y ejercicios prospectivos, en los que no siempre la realidad cuadra con las cifras estimadas, a lo que este fin de año se han sumado cuatro convocatorias para la construcción de otras tantas plantas que, en el mejor de los casos, entrarían en operación a mediados del año 2000.

En conjunto, estas cuatro plantas generadoras de electricidad --tres termoeléctricas de ciclo combinado y una geotermoeléctrica-- contarán con una capacidad de mil 450 megavatios, es decir, menos de lo requerido por el aumento de la demanda en el año en que entren en operación.

La inversión estimada para su construcción asciende a 900 millones de dólares y responde ``a la política de impulsar la participación de particulares en la generación del fluido eléctrico, y a la invitación que para tal propósito hiciera en mayo (de 1996) la Secretaría de Energía''.

Si se considera que la apertura de propuestas se llevará a cabo después del primer semestre de 1997, entonces habrán transcurrido unos 16 meses a partir de la invitación que hiciera la Secretaría de Energía y la construcción de estas cuatro plantas seguramente se iniciará en 1988.

Las plantas convocadas para su construcción son la termoeléctrica de ciclo combinado Rosarito III, que contará con una capacidad de 450 megavatios; la de Monterrey, con una potencia similar a la anterior; la de Chihuahua, también con 450 MG de capacidad en sitio, y la geotermoeléctrica de Mexicali con una potencia de 100 megavatios.

Un problema complejo frente al crecimiento de las necesidades de energía eléctrica, en un país en el que unos 4.6 millones de habitantes desconocen que el sector eléctrico atiende ya al 95 por ciento de la población, entre otras cosas, porque no tienen luz.

De acuerdo con el promocional Oportunidades de inversión en el sector de la energía de México --editado por la Secretaría de Energía-- la demanda de electricidad promediará una tasa de crecimiento anual de 4.9 por ciento durante los próximos 10 años, lo que implica un incremento acumulado de 60.25 por ciento, de principio a fin de este periodo.

Como finalmente un sexenio no dura más que seis años y este ejercicio tomó de base el de 1994, ``se espera que para el inicio del próximo siglo, las ventas de energía eléctrica aumenten en 25.7 más que en dicho año'', y para enfrentarlo se encuentran en proceso de construcción proyectos que generarán unos 2 mil 443 megavatios, según la Secretaría de Energía.

En términos de la capacidad instalada actual, un crecimiento de 4.9 por ciento de aumento en la demanda requeriría incorporar anualmente por lo menos mil 618.8 megavatios; esto es, 16 mil 188 MV en los 10 años considerados, o 6 mil 472 megavatios adicionales entre 1997 y el 2000. De esta forma, los proyectos en construcción resolverían tan sólo el 38 por ciento de las necesidades planteadas por el incremento en la demanda de energía eléctrica.

En previsión a este escenario se cuenta para atender el crecimiento de la demanda de electricidad con 22 proyectos que ``serán sometidos a proceso de licitación'' para que mayoritariamente participen en ellos los inversionistas privados, los que ``representan una capacidad de generación de 9 mil 31 megavatios''.

De tal manera que, si las cosas salen como se prevén en el papel, ``para el año 2004 la generación de energía eléctrica se incrementará en 11 mil 474 MV''; algo así como el 71 por ciento de lo requerido para cubrir la demanda de ese año, con un déficit de 4 mil 174 megavatios, que tal vez pudiera cubrirse con los ahorros de energía que se alcancen con el mejoramiento de las líneas de transmisión, iniciado a partir de 1997.

Sin embargo para 1997 hay cero megawatts de capacidad instalada proyectados y tres avances concretos, todavía muy lejos de lo necesario: una primera piedra en Samalayuca II una planta más o menos nueva; la firma de un acuerdo protocolario entre la CFE y un consorcio ítalo-mexicano para la edificación de una terminal carbonífera en Lázaro Cárdenas, Michoacán, para suministrarlo mediante bandas de 10 kilómetros de longitud a la termoeléctrica de Petacalco, y Mérida III, cuyo concurso se convocó en 1994 y el resultado se dará a conocer en 1997, en lo que será el primer productor independiente de energía eléctrica, construido totalmente con inversión privada.