UNAM: pase automático y cuotas, a revisión
José Gil Olmos Ť Dar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) un desarrollo equilibrado y armónico fue el compromiso que adquirió Francisco José Barnés de Castro al tomar ayer posesión como nuevo rector de la máxima casa de estudios del país en los próximos cuatro años. Para ello anunció una revisión profunda a la institución con el fin de enfrentar una doble responsabilidad: transformarse a sí misma e impulsar el desarrollo nacional.
Sin embargo adelantó que no habrá incremento en la matrícula estudiantil pero que se revisarán ``con cuidado'' cambios al pase automático y al sistema de cuotas, ``hasta encontrarse una solución justa''.
Toma de posesión de Francisco José Barnés de Castro.
Lo acompañan su antecesor José Sarukhán y Sergio García.
Foto: Francisco Olvera
Barnés dio a conocer un programa de 15 puntos, no sin advertir que éstos tendrán que ser consensuados con la comunidad universitaria. A manera de ejemplo citó reformas a la legislación universitaria en aspectos como la descentralización, el funcionamiento de los consejos académicos de área, el perfil del personal académico, la restructuración de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles, la creación de la Secretaría de Planeación y la desaparición de la de Servicios Académicos.
En una ceremonia organizada en la explanada de la Facultad de Química, de la que fue director, y a la que asistieron unas 500 personas que por más de una hora se formaron para felicitarlo -ex rectores, intelectuales de distintas corrientes, funcionarios administrativos y pocos estudiantes-, Barnés de Castro habló de la necesidad de que la UNAM, al igual que otras universidades, siga jugando un papel determinante en el proceso de transformación del país y dar respuesta al reto mundial de globalización económica y tecnológica.
Como buen científico, el hijo de inmigrantes españoles que huyeron de la dictadura franquista en la década de los cuarenta manifestó que no creía en ``fechas mágicas'', pero no pudo dejar de caer en la tentación del milenarismo y, a cuatro años del inicio del nuevo milenio, dijo que este es un momento propicio para reflexionar sobre el futuro de la UNAM.
Tras de hacer un recorrido de los orígenes de la Universidad desde 1521, el nuevo rector indicó que los retos de la competencia internacional y la globalización imponen a la institución compromisos cada vez mayores.
``A las universidades les corresponde jugar un papel determinante en este proceso de transformación, formando los recursos humanos altamente preparados que el país requiere, aportando conocimientos e información necesarios para una mejor toma de decisiones, tanto en el ámbito tecnológico como en el económico social y contribuyendo a preservar y enriquecer los valores de la cultura nacional'', explicó Barnés al recibir la venera de rector.
Acompañado de su equipo de colaboradores, Barnés adelantó algunas reformas en su naciente administración: planes y programas abiertos y flexibles, vinculación entre academia e investigación, apoyos al posgrado y descentralización. En síntesis, un programa de desarrollo institucional concertado que permita a la UNAM ``anticiparse a los problemas y responder con oportunidad a las expectativas de la sociedad''.
Como primer punto indicó que la UNAM deberá transformarse en un sistema orgánico, integrado por una red de campus que funcione con un mayor grado de autonomía académica y administrativa, pero que a la vez opere dentro de un marco institucional claramente definido. Esto es, señaló, descentrallizar la actividad niversitaria en los cinco planteles del área metropolitana.
En segundo lugar anunció que se revisará el funcionamiento de los consejos académicos de área para que los cuerpos colegiados tengan mayor injerencia en la conducción de la vida académica.
Como tercera acción habló de fortalecer el cuerpo académico propiciando el más alto nivel en los cuadros existentes y previendo la formación de recursos humanos que el desarrollo institucional demande. Para ello propuso actualizar el marco legal y definir con mayor precisión los perfiles de las diferentes figuras del personal académico, así como sus derechos y obligaciones.
Como cuarto punto indicó que los estudiantes recibirán una formación integral, actualizada y pertinente, que los capacite para incorporarse como ciudadanos útiles a una sociedad cada vez más informada, participativa y democrática. Para ello adelantó la restructuración de la Secretaría de Asuntos Estudiantiles.
Barnés aseguró, en el quinto punto, que el bachillerato seguirá vinculado a la UNAM porque sigue siendo la mejor manera de incidir sobre la calidad de la educación de un alto porcentaje de los alumnos que entran a la licenciatura. Para ello señaló que se reforzará la planta docente de personal de carrera, se fortalecerán los programas de actualización y se impulsará la práctica educativa.
En la sexta propuesta, Barnés de Castro reconoció la necesidad de una profunda revisión de los modelos educativos a nivel licenciatura; mientras que del nivel de posgrado -séptimo punto- dijo que se impulsará la creación de nuevos programas de maestría, orientados a perfeccionar la actividad del personal académico.
También insistió en la actualización profesional con amplios y diversificados programas de educación continua, y reiteró que la UNAM seguirá en el liderazgo en el campo de la investigación. Para ello precisó que se requiere que ésta se difunda dentro y fuera del país, además de que se traduzca en claros beneficios para la sociedad.
El nuevo rector manifestó que se hará una difusión más amplia de los valores universitarios, se propiciará un desarrollo equilibrado de las artes, las humanidades, las ciencias sociales y las naturales, se buscará mayor armonía entre la docencia, la investigación y la difusión, así como una eficiente organización académico-administrativa.
Finalmente, Francisco Barnés de Castro también anunció ajustes en la organización de las instancias de gobierno, de tal manera que la Secretaría General tendrá todos los instrumentos de conducción académica. Se crea también la Secretaría de Planeación para generar un programa de desarrollo institucional y se proponen sistemas de evaluación internos y externos para medir la calidad, productividad y trascendencia de los trabajos académicos.
Sarukhán y Carpizo, satisfechos con los cambios
Los ex rectores de la UNAM Jorge Carpizo y José Sarukhán vieron con satisfacción los cambios en la estructura de Rectoría anunciados por Francisco José Barnés de Castro, entre ellos la desaparición de la Secretaría de Servicios Académicos y la creación de la Secretaría de Planeación.
Entrevistados luego de la ceremonia de toma de posesión del nuevo rector -en la que también estuvieron sus antecesores Octavio Rivero Serrano, Guillermo Soberón y Pablo González Casanova-, Carpizo consideró que el reto de la UNAM es mantenerse como una ``institución fuerte y vigorosa'', en tanto que para Sarukhán es adecuarse a los nuevos cambios y necesidades.
Al dar posesión a Salvador Malo Alvarez como responsable de la Secretaría de Planeación, Barnés precisó que la estructura de la administración central permanecerá en los términos actuales. La nueva instancia se encargará de coordinar los procesos institucionales de planeación, evaluación y presupuestación, así como generar un programa de desarrollo institucional.
Por su parte, la Secretaría General, a cargo del arquitecto Xavier Cortés Rocha, asumirá las funciones que cumplía la Secretaría de Servicios Académicos.
Aunque algunos de los cambios anunciados por Barnés echaron atrás iniciativas tomadas por sus dos antecesores, el ex rector Sarukhán expresó que en el caso de la Secretaría de Planeación era una idea que ya se había considerado cuando el mismo Barnés de Castro fungió como secretario general de la UNAM.
Sarukhán se congratuló por el anuncio de que no aumentará la matrícula estudiantil porque, explicó, ``creo que hay que continuar el esfuerzo de incrementar la calidad''.
Ya en rectoría, Barnés dio posesión a sus colaboradores, tres de los cuales contendieron con él para relevar a José Sarukhán: en la Secretaría General, a Xavier Cortés Rocha; en la Administrativa a Leopoldo Paasch Martínez; en la Secretaría de Planeación a Salvador Malo Alvarez, y en Asuntos Estudiantiles a Francisco Ramos Gómez, quien estuvo muy activo en las negociaciones de los últimos conflictos estudiantiles tales como los movimientos de rechazados y en contra del plan de estudios del CCH