La Jornada 8 de enero de 1997

UNA AGRESION MAS

El asesinato de un médico mexicano a manos de un policía en una tienda comercial texana reaviva la preocupación nacional frente a las muestras de xenofobia que se multiplican en el país vecino.

Enredado en un incidente menor, el profesionista mexicano fue sometido por el agente con tal saña que como consecuencia permaneció durante cinco días en estado de coma antes de fallecer.

El episodio se inscribe en la creciente corriente de animadversión que se ha generado en Estados Unidos contra la presencia de las llamadas minorías, entre ellas la mexicana, y que ha generado una serie de declaraciones y hechos lesivos de la sana convivencia entre vecinos.

Con oportunidad, la Secretaría de Relaciones Exteriores ha desplegado los recursos a su alcance para protestar ante el gobierno estadunidense por esta nueva agresión contra un mexicano. La nota diplomática enviada al Departamento de Estado expresa indignación ante la flagrante violación de los derechos humanos del médico asesinado.

Siendo importantes y encomiables, no serán, sin embargo, suficientes las iniciativas diplomáticas hasta ahora emprendidas y que repiten esquemas utilizados en incidentes anteriores. Será importante que el gobierno mexicano use a plenitud sus capacidades para combatir las tendencias racistas y xenófobas que se reproducen en aquella nación.

No está de más evidenciar que el nuevo incidente se dio contra un profesionista, un médico residente en San Antonio, que se encontraba en compañía de su familia en un centro comercial y que el motivo de la agresión fue un alegato de corte menor. La referencia es obligada por cuanto nos muestra la potencial violencia que se descarga contra mexicanos de otro perfil como son quienes ingresan ilegalmente a ese país y que, por sus circunstancias desventajosas, sufren cotidianamente agresiones algunas veces no tan llamativas pero sí persistentes e ignominiosas, frente a cuyo desconocimiento crónico no hay ni notas de protesta ni acciones diplomáticas.