La Jornada 10 de enero de 1997

Promete Zedillo entregar ``buenas cuentas'' en la elección del DF

Elena Gallegos y Alberto Nájar Ť En una gira de trabajo por el Distrito Federal --desde abril del año pasado no efectuaba ninguna--, el presidente Ernesto Zedillo ofreció rendir ``buenas cuentas'' del proceso electoral del 6 de julio y conferir el gobierno de la ciudad a quien libremente el pueblo decida.

Dijo que aunque muchos señalaron que la elección del jefe de gobierno de la ciudad restaría poder al Presidente, él tomó la decisión ``con la más absoluta y profunda convicción'' de impulsar la reforma política, y sostuvo que gracias a ella los habitantes de la capital recibirán, como legítimamente lo merecen, ``su certificado de mayoría de edad''.

Esta reforma, aseguró el Presidente, se hizo sin simulaciones ni dilaciones y que los actos de gobierno en la actual administración no buscan la formación de clientelas políticas ni para que organizaciones --que no necesariamente están interesadas en la ciudadanía-- ganen adeptos.

El recorrido abarcó las delegaciones de Coyoacán, Xochimilco y Magdalena Contreras --de la que era vecino-- y durante el mismo una señora burló la seguridad para exigirle: ``¡Usted nos dice que viene a resolver los problemas de la gente, pues ayúdenos! Aquí, a unas cuadras (cerca de Periférico Sur y la Calzada México-Xochimilco), en la escuela Martín Torres, los maestros no van a clases, la directora es una inepta y los niños están sin atención''.

Luego de la inauguración de un nuevo edificio de Locatel en Coyoacán, Zedillo comentó a los vecinos ahí reunidos que él no ha usado los recursos en obras de relumbrón, para intereses políticos o electoreros ni para popularidades personales de corto plazo.

Se refirió también a aquellos que pensaron que no era compatible enfrentar la crisis económica y al mismo tiempo impulsar la democratización integral del gobierno capitalino. Dijo que se creía que esto no era congruente ``si se veía desde la perspectiva del corto plazo o de los intereses particulares o partidistas''.

Incluso, admitió que hubiese sido muy ``tentador'' adoptar una política de gobierno para obtener la popularidad y seguir soslayando los problemas añejos y profundos del DF, ``pero no hubiera obedecido a la responsabilidad que se me confirió si hubiésemos actuado de esa manera''.

De ahí --continuó-- que se tomaron decisiones fundamentales como la de sacar adelante el proyecto democrático y la de resolver el problema del transporte, entre otras. ``Hemos tomado --dijo más tarde ante vecinos de Xochimilco-- las decisiones que garantizan la viabilidad del DF en los años por venir''.

Pero antes, en Coyoacán, insistió en que hubiera sido ``tremendamente injusto'' utilizar los recursos para impulsar popularidades de funcionarios públicos y sostuvo que con la misma decisión que hubo en el caso del transporte y la reforma política se ha abordado el grave problema de la seguridad pública.

De Coyoacán se trasladó al cruce de Periférico y Calzada México-Xochimilco, donde el director de Obras, Daniel Ruiz Fernández, le explicó sobre mamparas el programa de vialidades para la ciudad y le ofreció que en la segunda quincena de febrero estará concluida el puente de la glorieta de Vaqueritos.

--¿De veras? --le preguntó con gesto incrédulo por la magnitud de la obra.

--¡Claro! --respondió Ruiz--, apostamos si quiere.

Entonces el presidente se dirigió al jefe del DDF, Oscar Espinosa Villarreal: ``Mejor apuéstale tú'', y éste de inmediato se sacudió con un: ``No, yo no, porque siempre me gana''.

Pero unos minutos después retó a su subalterno: ``Está bien, te apuesto una caja de habanos''.

Ahí, el asambleísta del PRI Eduardo Mondragón se deshizo en elogios para las políticas del Presidente y, queriéndose lucir, dijo que ellos, los priístas, siempre se quedaban solos en la aprobación de las obras viales, pero ahí estaba el panista José Luis Luege, quien atajó: ``No, eso no es cierto, nosotros siempre apoyamos los presupuestos para este tipo de obras''.

Más tarde, y como último acto del recorrido, Zedillo regresó a Magdalena Contreras, en la que vivió muchos años. Inauguró ahí la escuela Simitrio Ramírez Hernández. El plantel había sido solicitado a Espinosa Villarreal. Se aprovechó la ocasión para entregar a maestros y alumnos los nuevos libros de Educación Ambiental y Geografía del DF; al mismo tiempo se pusieron en funcionamiento 14 escuelas más.

Estuvieron en el acto el secretario de Educación Pública, Miguel Limón Rojas, y el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Humberto Dávila Esquivel. Zedillo contó a decenas de niños, quienes lo recibieron en el patio del colegio, las penurias que, cuando era niño, vivían las familias para lograr un lugar en las escuelas públicas.