La Jornada 11 de enero de 1997

FALLIDA INMOLACION

Ap, Afp, Ansa, Efe y Reuter, Seúl, 10 de enero Ť Un trabajador sudcoreano se prendió hoy fuego en protesta por la decisión del gobierno del presidente Kim Young Sam de modificar la ley laboral para facilitar los despidos y flexibilizar los horarios de trabajo, poco después que la policía se enfrentara contra varios miles de manifestantes en la ciudad de Ulsan, 310 kilómetros al sur de esta capital.

Al terminó de la manifestación de Ulsan, disuelta por agentes antimotines con gases lacrimógenos, y en la que hubo unos 20 lesionados, Chung Jaesung, obrero de la compañía automotriz Hyundai, se roció un líquido flamable y se prendió fuego mientras gritaba: ``abolición de la ley abominable''.

Compañeros de Chung, de 34 años, lograron apagar las llamas que lo consumían y pudieron salvarle la vida, pese haber sufrido quemaduras en 90 por ciento del cuerpo, por lo que se encuentra grave.

Después del intento de inmolación de Chung, 32 mil trabajadores de la planta de Hyundai en Ulsan se declararon en huelga, y dirigentes sindicales de esa empresa, la principal del ramo automotriz en Corea del Sur, convocaron a paros en otras ensambladoras de automóviles. Advirtieron también que impedirán el ingreso a las plantas de obreros con los que se pretenda remplazar a los huelguistas.

La proscrita Confederación de Sindicatos de Corea (CSC), organizadora de las huelgas en las que participan más de 200 mil trabajadores, reiteró su advertencia de extender los paros al metro de Seúl y a los sectores eléctrico y telefónico, entre otros servicios públicos, si para el lunes próximo no es anulado el proyecto de ley aprobado el 26 de diciembre por la mayoría oficialista del Parlamento, con el que el gobierno pretende aumentar la competitividad industrial del país.

Veinte dirigentes de la CSC permanecen en la catedral de Seúl y en plantas siderúrgicas y automotrices, después que la fiscalía de la capital ordenó su detención por supuestas infracciones a la ley.

El ex periodista Kwon Youngil, uno de los dirigentes del movimiento, advirtió que él y sus compañeros no permitirán ser arrestados y reiteró su inocencia de los cargos que se les imputan. Hasta ahora los intentos de detener a los sindicalistas han desembocado en cruentos choques entre policías, indicó la prensa sudcoreana.