RELEVO EN MANAGUA
Ips, Dpa, Ap, Efe, Afp, Ansa y Reuter, Managua, 10 de enero Ť El empresario de derecha Arnoldo Alemán asumió hoy la presidencia de Nicaragua para los próximos cinco años con un llamado a la oposición sandinista a mantener un diálogo ``sin condiciones ni agenda'', a fin de buscar soluciones conjuntas a los problemas del país.
Sin embargo, el dirigente Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) fueron los grandes ausentes de la ceremonia de asunción llevada a cabo esta mañana en el Estadio Nacional, en cuyo acto estuvieron presentes millares de personas, así como siete presidentes latinoamericanos y delegaciones de 80 países.
Antes de pasar la banda presidencial a su sucesor, la mandataria saliente, Violeta Barrios viuda de Chamorro, de 67 años, afirmó que entregaba una Nicaragua ``transformada y en paz'' tras ``una etapa difícil de transición democrática, y ahora será necesario que continúe navegando el barco de la libertad''.
Barrios, quien dijo que ahora podrá regresar a la tranquilidad del jardín de su casa, admitió que también hereda severos problemas sociales, principalmente el desempleo. Afirmó que había gobernado para todos, sin dar cabida al odio ni a la revancha, ya que de otra forma era muy difícil reconstruir el país.
La banda presidencial fue impuesta al nuevo gobernante por conducto del presidente del Parlamento, el oficialista Iván Escobar Fornos, tras lo cual Alemán delineó las principales aristas de lo que será su proyecto político y económico y que pondrá en marcha durante los cinco años de gestión, que concluirá el 10 de enero del 2002.
No obstante, las partes más importantes las dedicó al FSLN, el principal partido de oposición y cuyos representantes estuvieron ausentes en la ceremonia de asunción. Por ello, dijo que esperaba de los sandinistas un ``espíritu flexible y de concertación'', una ``oposición política democrática, crítica, constructiva y, sobre todo, patriótica''.
Hizo énfasis en que ``nada ni nadie nos atará las manos para gobernar en beneficio de los nicaragüenses'', en una evidente alusión a los sandinistas y a la reciente decisión del Poder Judicial de echar atrás una serie de leyes aprobadas por la anterior legislatura que llegó a dominar esa fuerza opositora y que ahora queda en minoría.
Con todo, aseguró que el lugar idóneo para una eventual concertación será el Parlamento, de donde el jueves, al asumir la nueva legislatura, la bancada sandinista de 36 diputados abandonó intempestivamente la sala al acusar al Consejo Supremo Electoral de intervenir en los asuntos de ese poder.
El ahora nuevo gobernante apuntó que brindará prioridad a los grandes problemas sociales, reactivará la economía y consolidará la institucionalidad democrática. Habló de la lucha ``contra el flagelo del desempleo y la miseria'', pugnará por una mejor Constitución, resolverá los diferendos de propiedades y facilitará el regreso de exiliados.
Los altos mandos del ejército y la policía juraron lealtad a la Constitución política durante la misma ceremonia, y Alemán aseveró que respetará y mantendrá buenas relaciones con ambas fuerzas ya institucionalizadas. Ya investido como presidente, Alemán tomó juramento al general Joaquín Cuadra, jefe del ejército, y al resto de los mandos.
Alemán, quien también tomó juramento a su gabinete, negó en seguida ante la prensa que pretenda instaurar una ``dictadura'', insistió en que el ex presidente Ortega deberá pagar el precio de la casa que habita, y que mantendrá relaciones diplomáticas con Cuba, pero que denunciará ``cualquier violación a los derechos humanos'' en la isla.
Por su parte, la policía dijo haber detenido a dos personas que supuestamente pretendían atentar contra el nuevo mandatario y que tendrían nexos con el sandinismo, en tanto que los acusados rechazaron las imputaciones. En paralelo, se reportó que seis soldados murieron y cuatro resultaron heridos en una emboscada en el centro del país.