La Jornada domingo 12 de enero de 1997

ESPACIO ABIERTO Ť José Ureña

No más sana distancia.

El Instituto Federal Electoral (IFE) deberá plasmar por escrito, a petición del Partido Revolucionario Institucional (PRI), las prohibiciones o limitaciones de los funcionarios públicos en materia política.

Tal definición comenzará a perfilarse en la próxima sesión del Consejo General del organismo con la idea de acabar por fin con una polémica sobreviviente a leyes y códigos electorales, penales y de servidores gubernamentales.

El escrito de la directiva priísta encabezada por Humberto Roque Villanueva y Juan S. Millán fue presentado el viernes mediante el representante de dicho partido ante el instituto electoral, el jalisciense Enrique Ibarra.

Que todo esté señalado expresamente en la ley

La solicitud en poder del consejero presidente José Woldenberg Karakowsky recuerda que todo ciudadano tiene derechos otorgados por la Constitución y que una de las responsabilidades del Estado es facilitar el uso de esas prerrogativas.

El PRI no lo dice textualmente, pero se asienta que es el caso de los funcionarios de gobierno en sus tres niveles, pese a haber alcanzado cargos por cumplir los requisitos legales y de ciudadanos plenos.

Ha habido evoluciones en muchos aspectos, pero no cabales. Se han reformado normas, se exigen nuevas prácticas, hay decisión del gobierno, los partidos se han sumado al esfuerzo general y se supervisa el manejo de recursos.

El esquema se reforzó con ajustes a la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos y al Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común y para toda la República en materia del fuero federal.

En tanto, la mayoría de los estados han asumido ordenamientos equivalentes y en casos específicos se dispone de catálogos de conductas y tipificaciones penales para acciones que pudieran favorecer a un partido o a sus candidatos.

Pero, objeta el PRI, ningún precepto limita y mucho menos prohíbe a los burócratas la afiliación voluntaria a determinadas siglas, y eso puede entenderse como aval para que simpaticen con los candidatos respectivos.

Ahí viene un aspecto central: ¿es válido realizar actos de proselitismo en su favor? Eso no significa ni descuido de la función pública ni uso de recursos en apoyo de determinado partido o sus abanderados.

El tema no está aclarado. Durante las campañas presidenciales de 1994, los entonces candidatos Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo rechazaron la presencia de gobernadores y secretarios de Estado en sus actos abiertos por la provincia.

Utilizar la fuerza de sus gobernantes, meta del Revolucionario Institucional

Hasta ahora no ha habido un comportamiento lineal de Presidente, gobernadores y alcaldes. Sin importar signo militante, la mayoría de ellos acude a actos de su partido y a menudo genera críticas de analistas y opositores.

De acuerdo con la ley, los impedimentos políticos de los servidores pueden glosarse en tres: toma de decisiones en respaldo de algún partido o candidatos, prestar subordinados o favorecer a aquellos con recursos.

Pero esto, en opinión del PRI y pese a contar con un nuevo marco jurídico aprobado por sus diputados y senadores, no es suficiente. Por ello el escrito dejado por Enrique Ibarra en la presidencia del IFE.

Entre líneas está el propósito del priísmo por utilizar a sus cuadros en mandos de gobierno para asegurar la elección de 1997, cuando se decidirán 300 diputaciones de mayoría, 200 de representación proporcional, 32 senadurías, seis gubernaturas y el gobierno del Distrito Federal.

Seguramente sus representantes argumentarán que no es nada ilegítimo y que para evitar nuevos conflictos se piden mayores especificaciones al IFE, órgano de dirección y vigilancia de las disposiciones constitucionales y legales.

Puede ser el fin de un viejo, recurrente conflicto que marca elección tras elección. Lo novedoso será que la decisión se tomará en un organismo por primera vez autónomo y en el que el PRI no será, como en las cámaras, votante único.

También será el fin de aquella sana distancia gobierno-PRI que se prometió en noviembre de 1994 en el auditorio Plutarco Elías Calles, en la euforia de los 17 millones de votos. Ahora la distancia se limitará a lo que determinen las leyes.

Semana de Fernandos: Ortiz Arana a Querétaro y Moreno Peña a Colima

Al nuevo dirigente priísta no se le han complicado las postulaciones de candidatos a gobernador y los preparativos indican que ésta será la semana de los Fernandos: Ortiz Arana para Querétaro y Moreno Peña para Colima.

Una semana después, antes del final de enero, Armando López Nogales será postulado abanderado del PRI en Sonora y se esperará casi medio febrero para dar a conocer al buscador de la primera jefatura de gobierno citadino por voto directo.

Pocos dudan que José Antonio González Fernández, actual procurador de Justicia del Distrito Federal, pierda la enorme delantera que lleva sobre dos prospectos que en privado dicen no aspirar: Alfredo del Mazo González y Jesús Silva Herzog.

Esto simplifica las cosas en la capital. Las lleva casi al estado de nitidez que guardan en Querétaro, donde Fernando Ortiz Arana ha hecho tanto trabajo y ni siquiera la secretaria de Turismo, Silvia Hernández, le hace sombra.

Colima es distinto. El domingo pasado el dirigente estatal Miguel Angel Novelo citó a los ocho precandidatos para firmar un acuerdo político de civilidad y no agresión con resultados fatales: sólo fueron siete y la lucha se trasladó de inmediato a los periódicos.

Faltó Socorro Díaz Palacios, directora de Leche Industrializada Conasupo (Liconsa), quien fue informada de la reunión apenas la madrugada de ese día y sin posibilidades de viajar para llegar a tiempo a la capital colimense.

No fue ella la que rompió la disciplina. En el ambiente local se consideró que el conflicto latente lo escenificaban dos valores locales, el rector Fernando Moreno Peña y el senador Jesús Orozco, ambos con medios impresos de respaldo.

Público y priístas se despertaron con nuevas noticias de presuntos fraudes cometidos decenios atrás por el rector de la Universidad de Colima, a los que el Diario de Colima le dedicó encabezados de escándalo.

El conflicto creció en la semana. Tanto, que hoy partirán representantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRI para analizar el impacto real de la campaña y saber si desde hoy puede decidir una elección con fácil triunfo priísta.

Sólo en ese supuesto, que la campaña de desprestigio sea más grande que la imagen que aquí se tiene de Moreno Peña, se revisaría el caso Colima y regresarían a la contienda interna Jesús Orozco y Socorro Díaz.

Los colosistas impulsan a López Nogales en Sonora

En Sonora el senador Armando López Nogales queda como virtual precandidato único para ser el abanderado del PRI, a cuyo comité directivo estatal encabeza de tiempo atrás y desde donde hace arreglos con todos los grupos.

La prensa manejó otros nombres, pero López Nogales tuvo enfrente sólo a Bulmaro Pacheco, un hombre con designación de asesor presidencial y a quien Esteban Moctezuma arropaba mucho en la Secretaría de Gobernación.

Pero Pacheco perdió en la semana dos apoyos significativos. Uno de ellos lo representan los empresarios del sur sonorense, rumbo a Sinaloa, y ya optaron por alinearse con la decisión priísta. Con Armando, se entiende.

La otra es una confidencia que trascendió al mundo político: Liébano Sáenz, secretario particular del Presidente de la República, anduvo por Sonora para ver algunos asuntos y cuentan que visitó a don Luis Colosio.

El papá de Luis Donaldo Colosio lo recibió y le confirmó que no está ni estuvo tentado a buscar la candidatura para gobernador, por más que muchos se la ofrecieran y la prensa especulara sobre esa eventual decisión.

La versión de amigos dice que en algún momento don Luis indagó, para sorpresa del visitante:

-¿Es cierto que usted anda impulsando a Bulmaro Pacheco para candidato de mi partido a gobernador de Sonora, a sabiendas de la opinión que mi hijo tenía de él?

De cualquier manera, para ese estado no había más figuras. Estas no se dan en un estado con gobernador fuerte, caso de Manlio Fabio Beltrones, y los colosistas que sobreviven tampoco supieron crecer de 1994 a la fecha.

Tema libre

En la semana habrá noticias de Santiago Oñate Laborde, quien renunció a la presidencia del PRI el 13 de diciembre pasado. Los hechos indicarán que fue una decisión personal y que no podía ir de inmediato a una encomienda presidencial, la que estará esperándolo para febrero... La auditoría a la Procuraduría General de la República arroja resultados más allá de los esperados. Una gran sorpresa es que en la Oficialía Mayor, durante el tiempo de Fernando Antonio Lozano Gracia, había un numeroso equipo de espías al mando del titular José Antonio Gándara. Otra es que más de 80 por ciento del personal contratado para la lucha contra el narcotráfico, aglutinado en el Instituto Nacional para el Combate a las Drogas (INCD), estaba comisionado con políticos. La hacían de guardias personales. ¿Sabía todo esto Lozano Gracia? Lo cierto es que el secretario de la Contraloría, Arsenio Farell Cubillas, ha pedido al procurador Jorge Madrazo Cuéllar todo su apoyo y éste ha ordenado abrir despachos y expedientes... El ex secretario de Hacienda y de Comercio, Jaime Serra Puche, recién regresó de Ginebra, Suiza, y tiene en puerta mucho trabajo. Sus mejores clientes no son mexicanos. Lo han contratado gobiernos extranjeros -Marruecos y Egipto- y hace trabajos coordinados con especialistas estadunidenses y canadienses. Durante el segundo semestre de 1995 tuvo como subordinados a la representante comercial de Estados Unidos, Carla Hills, y al ministro de Comercio de Canadá, Michael Wilson, con quienes negoció el Tratado de Libre Comercio (TLC). Uno de sus servicios es demostrar que los tratados bilaterales son compatibles con los multilaterales. Aunque trata asuntos extranjeros, su influencia en el gobierno mexicano se mantiene y el arribo de Carlos Sales Gutiérrez tuvo su recomendación, como podría tenerla para que Juan Gallardo Thurlow llegue a la presidencia del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y amarrar por ahí la estrategia de que todo va bien en economía y que la recuperación está cerca, a la vuelta de los meses.