Roque: no podrá la oposición ``desaparecernos por conjuro''
José Ureña Ť Como partido de centro que equilibra fuerzas políticas, el PRI garantiza la gobernabilidad, y ``la fantasía oposicionista de desaparecernos por conjuro no podrá ser concretada'', insistió ayer Humberto Roque Villanueva.
La ``expectativa antidemocrática de eliminarnos del espectro político nacional por simple voluntarismo'' atiende a la desesperada urgencia de la oposición de arribar al poder y no a la objetividad histórica, agregó el dirigente priísta.
Ante el Consejo Político Nacional (CPN) del PRI, el ex líder camaral definió los intentos de coalición entre Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) como ``producto de alianzas de mercantilismo''.
Tal intento puede ser producto ``de la probeta de estrategias electorales'' y para ello ignoran principios e ideología, buscan gobiernos de dudosa consistencia y ``su destino es la incongruencia y la incapacidad de gobierno''.
Roque Villanueva cerró con su discurso la primera sesión del CPN organizada por él y destinada a analizar la plataforma electoral que se seguirá para ganar las elecciones intermedias nacionales, seis gubernaturas y el Distrito Federal.
Acompañado de los dirigentes camarales Fernando Ortiz Arana y Juan José Osorio Palacios, del Comité Ejecutivo Nacional, y más de 200 consejeros reunidos a puerta cerrada en el auditorio Plutarco Elías Calles, pasó revista a la historia del PRI.
``Cumplir con nuestro cometido político, permanecer como partido mayoritario, fuente de equilibrios y gobernabilidad, hace menester que actuemos con convicción histórica e ideológica en nuestra actual circunstancia, reafirmándonos en la nueva realidad que trocó condiciones de hegemonía en sólida mayoría'', dijo al comenzar su intervención.
``No pretendemos más ni aceptaremos menos de lo que la voluntad ciudadana otorgue. Nuestra reafirmación es por mantener los orígenes que nos diferencian de otros partidos y nos legitiman históricamente'', explicó.
Calificó a su partido como democrático por ser incluyente, ajeno a prejuicios, dogmas e intolerancias que en otras latitudes ``han lastrado y derrumbado edificaciones politicoideológicas de apariencia monolítica e indestructible, arrastrando en su caída logros y valores auténticos, con perjuicio de sus comunidades nacionales''.
El PRI es, sintetizó, ``el centro por donde ha transitado el México posrevolucionario. Centro que comprende los proyectos sociales más importantes de los mexicanos; ubica y equilibra a los extremos ideológicos generadores de intolerancia''.
Su arenga: ``hemos logrado el equilibrio de fuerzas políticas y económicas, consustancial a la gobernabilidad para nuestro país, concepto muy ajeno al de la confrontación y el chantaje paralizantes.
``Somos expresión de fuerzas sociales cohesionadas y actuantes a través de organizaciones, por eso la fantasía oposicionista de desaparecernos por conjuro no podrá ser concretada...
``La expectativa antidemocrática de eliminarnos del espectro político nacional por simple voluntarismo opositor atiende a su desesperada urgencia de arribar al poder y no a la objetividad histórica.
``No somos producto de alianzas del mercantilismo político que pretende ignorar principios e ideología para buscar gobiernos de dudosa consistencia, a pesar de que se saben enemigos irreconciliables''.
Su destino es la incongruencia y la incapacidad de gobierno.
``En nuestra contienda democrática, donde nuestra propuesta tiene fundamento histórico, aparecen, beligerantes y pragmáticos, los partidos sin memoria de sus principios, producto quizá de la probeta de estrategias electorales para hacerse del poder como su fin primero''.
Más adelante abundó en que los extremos ideológicos se tocan ``porque tienen la misma esencia, el dogma, que es respetable en el ámbito religioso, pero fuera de la inviolable libertad de la conciencia, en política, carece de sentido. Representa el fundamentalismo, lo indiscutible, lo inmutable, el absolutismo''.
Según Roque, a quien interrumpieron varios aplausos, ello ``es la negación de la razón... Sin fuerza vital, carentes de proyecto, recurren a la animosidad antes que a la argumentación; niegan la dinámica de la vida social porque la cristalizan en la rigidez o en el oportunismo''.
Finalmente recordó que hay desencanto por la política y lo político y advirtió: ``Los beneficios sociales, el crecimiento económico logrado por el pueblo impulsado por el partido nos alcanzan ahora como exigencias con el riesgo de rebasarnos''.