En Chiapas, guerra de baja intensidad, insiste el Centro Fray Bartolomé
Juan Balboa, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 12 de enero Ť En Chiapas, primordialmente en las dos zonas consideradas como de conflicto, existe una ``guerra de baja intensidad'' que tiene como objetivo deslegitimar y socavar a los campesinos e indígenas que son considerados opositores o enemigos, afirmó el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, y rechazó las declaraciones recientes del Ejército mexicano, que lo niegan.
La ``guerra de baja intensidad'' en Chiapas, explica Pablo Romo, en alusión al último informe redactado por el organismo de derechos humanos sobre la situación en el norte de Chiapas, es esencialmente una guerra de desgaste con la que el Ejército Nacional Mexicano evita los grandes enfrentamientos y reduce sus desplazamientos; la estrategia le permite agotar lentamente a sus enemigos, los campesinos e indígenas del estado.
Entrevistado sobre las declaraciones hechas el sábado por el comandante de la séptima región militar de la Secretaría de la Defensa Nacional, general Mario Renán Castillo, relativas a que en Chiapas no existe una ``guerra de baja intensidad'', el investigador del Centro de Derechos Humanos de la diócesis de San Cristóbal de las Casas reafirmó que ésta existe en la entidad como una guerra de agotamiento en la que no se trata de eliminar físicamente a la población, sino de confundir a la opinión pública y movilizar sus propios recursos.
Nos remite al último informe del organismo sobre la situación en el norte de Chiapas, una de las dos zonas -la otra sería la selva Lacandona- conocida como de conflicto, donde asegura que la región indígena chol sufre ``el embate de la guerra de baja intensidad y de la contrainsurgencia, a manos del Ejército Nacional Mexicano y del grupo paramilitar Paz y Justicia''.
``La guerra de baja intensidad prevé desarrollar áreas o zonas bien resguardadas militarmente y mejor controladas políticamente'', señala la investigación del Centro Fray Bartolomé de las Casas. El documento indica que aislar a los choles del resto de la sociedad mexicana, para poder destruirlos y controlarlos, ``parece ser uno de los objetivos centrales'' de la estrategia contrainsurgente del Ejército en esa zona.
``La guerra de baja intensidad, que busca acabar con las retaguardias de los movimientos revolucionarios, debe desarticular el trabajo comunitario de la Iglesia, organismos no gubernamentales y los sindicatos'', agrega.
La investigación asegura que esta estrategia se realiza con la colaboración del Instituto Bíblico de Palenque, una casa de formación presbiteriana en la cual se forman no sólo pastores de esta Iglesia, sino también adventistas, y subraya: ``presbiterianos y adventistas son la mayoría de los cuadros y tropa del grupo paramilitar Paz Justicia''.
Ideologizar así la religión, puntualiza, enfrentar así protestantes y católicos, es preparar una cosecha de tempestades que ni siquiera el Ejército mexicano podría controlar.