Ruy Pérez Tamayo
El trabajo científico

¿Cómo se hace la ciencia? ¿En qué consiste el trabajo científico? Uno de los mitos más populares y más arraigados en los sectores no científicos de la sociedad (que son la inmensa mayoría) es que existe algo que se llama El Método Científico, una receta o una serie de reglas que si se siguen al pie de la letra terminarán, inevitablemente, por producir la solución al problema planteado, cualquiera que éste sea. Incluso existen algunos libros de texto para estudiantes de nivel medio (secundaria y preparatoria) dedicados a describir El Método Científico, y también hay profesores que enseñan una materia que se llama Metodología de la Investigación o algo por el estilo.

Creo que todo esto es producto del enorme prestigio de la ciencia, debido a su capacidad para resolver problemas y promover el desarrollo de la sociedad, lo que ha sido reiterado una y otra vez desde el siglo XVII. Pero cuando se les pide a un grupo de profesionales de la ciencia que describan cuál es el método que siguen en sus trabajos el resultado es que vamos a escuchar una variedad de métodos casi tan amplia como el número de los interrogados. Desde luego, habrá varios científicos que dirán: ``Naturalmente, yo sigo el método científico, que consiste en...'' y a continuación describirán cada uno algo distinto. Ni siquiera cuando restringimos el grupo de científicos a los que vamos a solicitar que nos describan el método que usan en su trabajo, a una sola especialidad en la ciencia, digamos psicólogos experimentales o palentólogos, obtendremos un resultado que pudiéramos llamar uniforme. Mucho menos si entre nuestros científicos contamos con físicos teóricos, neurofisiólogos, matemáticos aplicados, bioquímicos, genetistas de poblaciones y biólogos moleculares. A esto se puede objetar que les estamos pidiendo a los científicos que actúen como filósofos de la ciencia y no como investigadores de la naturaleza, porque la reflexión sobre los aspectos metafísicos de la ciencia no forma parte habitual de sus actividades y en cambio es una de las ramas de la filosofía profesional.

Pues bien, si ahora reunimos a un grupo de filósofos de la ciencia (algo un poco más difícil en nuestro medio, porque no son muchos) y repetimos nuestra solicitud, de que nos describan cómo se hace la ciencia, el resultado será otra vez una serie de enunciados distintos, dependiendo de la ``escuela'' de pensamiento filosófico con la que esté asociado cada uno de ellos: habrá realistas, racionalistas, empiristas, positivistas, instrumentalistas, relativistas, kuhnianos, popperianos, y otros más. Si después de haberlos interrogado nos quedamos un rato con ellos, veremos que discutirán amigablemente y con argumentos buenos o mejores sus distintos puntos de vista, cada uno convencido de que su postura es la que corresponde más de cerca a la manera como se hace la ciencia, y alguno hasta dirá que si no se hace como él dice, por lo menos es como se debería hacer para hacerla bien.

En mi opinión, creo que la mayoría o quizá todos los que nos han dado su punto de vista sobre el método científico, tanto los investigadores activos como los filósofos que meditan y discuten sobre el tema, tienen razón. Porque la heterogeneidad actual de la ciencia es muy amplia y casi cada especialidad ha ido diferenciando y perfeccionando los métodos que mejor le han convenido para enfrentarse a los problemas específicos que han ido surgiendo durante su desarrollo. A mediados del siglo pasado la ciencia que estaba mucho más avanzada que todas las demás, y especialmente que la biología y las ciencias sociales, era la física, por lo que algunos pensadores de esa época escribieron sobre El Método Científico, convencidos de que el utilizado en la física era el bueno y que si se aplicaba a las otras disciplinas científicas éstas crecerían más rápidamente y mejor. Pero tal creencia en la uniformidad de las ciencias se disolvió cuando las menos avanzadas empezaron a desarrollarse y se hizo aparente que no sólo eran distintas de la física sino que estudiaban fenómenos mucho más complejos. Una de las primeras consecuencias de la teoría de la evolución, propuesta por Darwin en 1859, fue que las diferencias entre la física y la biología empezaron a hacerse no sólo notables sino interesantes, y una de ellas en especial es la manera como ambas proceden en el examen y análisis de los fenómenos que estudian, o sea sus respectivos métodos científicos. Con el desarrollo más reciente de las ciencias sociales la diversidad de los métodos de estudio se ha hecho palmaria y surge en el primer momento en que se intenta examinar ese fantasma del siglo XIX conocido como El Método Científico.