La Jornada 15 de enero de 1997

Pellicer, poeta admirado pero poco difundido

Patricia Vega/ I Ť Quien no lo lea este año, se lo pierde.

Tajante, Gabriel Zaid escribió que Carlos Pellicer es ``el más americano de nuestros poetas. El de obra más vasta y variada. Poesía de grandes monumentos y delicadas miniaturas. Nuestro primer poeta realmente moderno. Nuestro (Vicente) Huidobro...''

El tabasqueño Carlos Pellicer (1897-1977) cantó la gloria del paisaje de su tierra natal como ningún otro poeta mexicano lo había hecho; razón por la que Octavio Paz ha afirmado que la poesía de Pellicer inicia un nuevo diálogo con la naturaleza.

De hecho, cuando a Carlos Pellicer le preguntaban ``¿cuál es tu tierra?'', el poeta solía responder: ``dirán mi agua'', porque ahí están el Usumacinta y el Grijalva, rememoraba la narradora, también tabasqueña, Josefina Vicens.

Este 1997 es el año del centenario del natalicio del poeta Carlos Pellicer Cámara. Por la efeméride, a lo largo de todo el año se realizarán diversos eventos académicos y artísticos auspiciados por organismos culturales públicos y privados, tanto a nivel nacional como estatal (ver recuadro).

Más que en cualquier otro campo, en opinión del ejemplar heredero y albacea testamentario de la obra del poeta tabasqueño --su sobrino, el pintor Carlos Pellicer López-- la actividad central del centenario está constituida por la edición de la poesía completa de Carlos Pellicer, reunida por primera vez en una recopilación y ordenación englobadora dividida en tres volúmenes (la reproducción cronológica de los libros aparecidos en vida del poeta y los publicados póstumamente; los poemas no coleccionados y publicados en diversas revistas entre 1922 y 1975, y que Pellicer fue dejando fuera de sus libros, y la copiosa producción desconocida --``primeros poemas''-- que reúne exclusivamente las composiciones fechadas desde 1911 hasta 1921) preparados por Luis Mario Schneider y el propio Carlos Pellicer López para ser editados conjuntamente por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y Ediciones del Equilibrista, como parte de la colección Biblioteca Carlos Pellicer iniciada desde 1992 por el sello editorial que encabeza Diego García Elió.

La noticia es que a 20 años de la muerte del poeta, y gracias al hallazgo fortuito de unas maletas viejas olvidadas en el sótano de la casa de Carlos Pellicer, su sobrino proporcionó más de 385 composiciones poéticas de juventud que habían permanecido inéditas. Para su primer libro, Colores en el mar (1921), sólo seleccionó alrededor de 40 poemas.

La obra poética

Hay azules que se caen de morados, de tanto ser citado este brevísimo poema de Carlos Pellicer ya forma parte de la tradición oral mexicana.

Y es que, paradójicamente, Pellicer era un poeta famoso en vida, admirado y citado, pero poco leído; un escasísimo número de personas tenía ejemplares de sus libros. Hasta que Ediciones del Equilibrista retomó el proyecto de reditar, uno por uno, los libros individuales del poeta como parte de la colección Biblioteca Carlos Pellicer, prácticamente era imposible encontrar dicha obra poética en librerías. También las antologías publicadas por la UNAM (1962) y el FCE (1981) ya habían dejado de circular.

Al poco tiempo de la muerte del poeta, Gabriel Zaid escribió un artículo que tituló ``Pellicer: un desastre editorial'' en el que se quejaba de la limitación de los tirajes de los libros de Pellicer: ninguno tuvo más de mil ejemplares, ya que el propio poeta afirmaba que sólo escribía para él y unos cuantos amigos. Zaid resume la situación en los siguientes términos: ``después de medio siglo de presentaciones públicas (1910-1962), a los 75 años de edad, en plena gloria, ni uno solo de sus libros se había reeditado, ni uno solo se había editado normalmente, no había ninguno en las librerías y sólo un centenar de personas los tenía todos, no por las vías normales sino por cortesía del autor. Pellicer era un nombre importante, pero sólo un nombre [...] Descanse en paz, don Carlos Pellicer, enterrado en sus pésimas ediciones. La Universidad Nacional, Bellas Artes, Sep Septentas, los innumerables departamentos editoriales de innumerables dependencias, los editores de provincia y tantas buenas personas heroicamente dedicadas a gastar toneladas de papel que no circula, tal vez acaben de enterrarlo para siempre con grandes paletadas de celulosa. Pero no podemos sino desear que algún día, alquien que haya sido sacudido por el milagro oculto de su obra, sepa resucitar y difundir el centenar de páginas que harán de Pellicer algo más que un gran nombre: una revelación.''

Querido señor Zaid, diez años después de escrito su brillante texto puedo decirle que el milagro ha ocurrido gracias a una efeméride, a la labor ejemplar del albacea Carlos López Pellicer --quien a raíz de la muerte de su tío, asumió como suyo el compromiso de difundir la obra pelliceriana-- y al esfuerzo emprendido por un editor privado, Diego Gracía Elió, cuyo proyecto de publicar en su totalidad la Biblioteca Carlos Pellicer (a punto de quedar trunco por la crisis económica que aqueja al país), ha sido apoyado por la Universidad Nacional Autónoma de México y por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Celebremos, también, que Carlos Pellicer Cámara no sólo fue un poeta.

Museógrafo y promotor de la plástica

¿Recuerdan que una de las Salas del Museo de Arte Moderno lleva, precisamente, el nombre de Carlos Pellicer?

No es un hecho gratuito: primero en el departamento de artes plásticas y luego como director del Instituto Nacional de Bellas Artes (de 1943 a 1946), Pellicer se hizo cargo de varias exposiciones importantes. Organizó las primeras muestras de José María Velasco, Joaquín Clausel, Juan Cordero, Dr. Atl y José Guadalupe Posada. Asimismo organizó la primera y única exposición que se le hizo a José Clemente Orozco en Bellas Artes, inaugurada en 1947 pero organizada desde el año anterior por el propio Pellicer, quien escribió el catálogo de la misma.

En alguna ocasión el poeta confesó: ``mi afinidad con los pintores es inmediata. Si admito que el color y la línea estén más cerca de lo que escribo, que la palabra, es fácil entender por qué he vivido más próximo a los pintores que a los escritores''. De ahí su permanente devoción por el paisajista José María Velasco, uno de sus tres grandes héroes --los otros son San Francisco de Asís y Bolívar.

Habría que agregar las aportaciones de Pellicer como museógrafo: en 1950 empieza a trabajar en la capital de Tabasco para, en 1952, inaugurar el primer museo arqueológico de Villahermosa. Luego hizo el museo arqueológico de Hermosillo y, en 1956, el museo de sitio de las ruinas de Palenque que ya no existe.

El famoso parque arqueológico de La Venta se inauguró en 1958 Pellicer rescató y trasladó a Villahermosa los famosos monolitos olmecas que fueron encontrados en una zona arqueológica ubicada en el perímetro de un campamento petrolero de Pemex. También protegió la zona arqueológica de Comalcalco, ubicada en medio de cacaotales y luchó por salvar lo más posible de los sitios arqueológicos que posteriormente fueron inundados con la construcción de la presa de Raudales en Malpaso. Años después siguieron el museo de la Casa de Frida Kahlo en Coyoacán y el Anahuacalli, de Diego Rivera. Al pueblo de Tepoztlán, Morelos, le regaló su colección arqueológica que dio origen al museo de esa localidad.

Carlos Pellicer López lamenta que ``ya no queda nada del trabajo museográfico original de Pellicer: todos los museos hechos por Pellicer han sido alterados. Sin embargo, su ejemplo como museógrafo pervive: con un gran sentido estético y escenográfico le gustaba presentar escenas en las vitrinas. En la actualidad nadie se cuestiona que en Oaxaca exista un museo con los colores de Tamayo, esa es una idea de mi tío...''


Homenaje nacional

Mañana jueves inician las actividades para celebrar el primer centenario del natalicio del poeta tabasqueño Carlos Pellicer. A las 11 horas se efectuará una ceremonia en la Rotonda de los Hombres Ilustres (Panteón de Dolores) --sitio donde descansan las cenizas de Pellicer-- y a las 20 horas, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, la cancelación de un timbre conmemorativo y las palabras de Carlos Monsiváis inaugurarán, oficialmente, el Homenaje Nacional a Carlos Pellicer, cuya actividad inicial es la presentación de un concierto y las coreografías Hora de junio y Réquiem para un poeta, con el Taller Coreográfico de la UNAM dirigido por Gloria Contreras.

Organizado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Departamento del Distrito Federal y la Universidad Nacional Autónoma de México se espera que, al igual que en otras ocasiones, se dé un efecto multiplicador en el que las instituciones se sigan sumando con diversas actividades.

El domingo 19, a las 12 horas, en la Sala Ponce de Bellas Artes se presentarán los tres tomos que reúnen la poesía completa de Pellicer, con los comentarios de Samuel Gordon, Carlos Pellicer López, Luis Mario Schneider y Guillermo Sheridan. Durante este mes, Víctor Castro, Mónica Ricardez y Adriana Cervantes ofrecerán lecturas de la obra de Pellicer en la Casa de Cultura Jaime Sabines, el Centro Cultural Juan Rulfo y el Centro Cultural Carlos Pellicer. El viernes 24, en la Casa Sabines, se efectuará la mesa redonda Carlos Pellicer y la vanguardia, con la participación de Gordon, Vicente Quirarte y Víctor Castro; y el domingo 26, en la Sala Ponce de Bellas Artes, se presentará nueva edición de Esquemas para una oda tropical con ilustraciones de Alfredo Zalce, en la que intervinieron entidades culturales de Colima, Michoacán, Guanajuato, Aguascalientes, San Luis Potosí, Zacatecas y Jalisco.

Como un homenaje al poema Horas de junio, se eligió ese mes para hacer un seminario sobre la obra de Pellicer, con especialistas nacionales y extranjeros. Clara Barggellini coordina, para el Museo de Arte Moderno, una muestra que dé cuenta de las aportaciones de Pellicer a la plástica. Ese mismo mes saldrá el número 86 de la revista Tierra Adentro, dedicada a Pellicer. La UNAM anunció la redición del disco de Carlos Pellicer en la colección Voz viva de México, ahora en CD y casete. Y la Dirección General de Publicaciones del CNCA hizo saber que este año estará lista la edición especial anotada de la poesía de Pellicer, que desde hace varios años prepara Samuel Gordon, para la colección Archivos de la UNESCO y que se distribuye a nivel iberoamericano. Dicho material, por medio de un acuerdo CNCA-UNAM, ha sido trasladado a un CD-ROM, que además de los textos anotados y estudios críticos, incluirá imágenes de los manuscritos, mecanuscritos y variantes de todos los poemas de Pellicer; las portadas e ilustraciones de las ediciones príncipes, fragmentos de filmes de la época, fotografías y una biografía del poeta.

Ediciones del Equilibrista continuará buscando coeditores para proseguir con la publicación, libro por libro, de la Biblioteca Carlos Pellicer.