Un éxito, el programa de rescate financiero, clama Clinton
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 15 de enero Ť El presidente Bill Clinton declaró hoy que el programa que su gobierno autorizó para el rescate financiero de México fue un éxito, y anunció que el vecino país del sur pagará anticipadamente 3 mil 500 millones de dólares al Departamento del Tesoro, con lo que se salda íntegramente el crédito vigente del paquete financiero de emergencia concedido a la administración de Ernesto Zedillo el 21 de febrero de 1995.
Según observadores e inversionistas, de esta manera Clinton resuelve una disputa política interna con quienes criticaron su decisión ejecutiva de apoyar a México durante la crisis.
El mandatario estadunidense hizo público por la mañana en la Casa Blanca, que ``hace sólo unos momentos, el presidente Ernesto Zedillo me llamó para informarme que había girado instrucciones para realizar el pago de 3.5 mil millones de dólares restantes de los 13.5 mil millones que Estados Unidos prestó a México hace dos años, después del colapso del peso''.
Clinton recordó que en 1995 su administración respondió con un paquete de apoyo de emergencia para enfrentar la crisis mexicana y que hoy ``Estados Unidos está siendo repagado con más de tres años de anticipación, hemos ganado más de 500 millones de dólares sobre nuestro préstamo, nuestras exportaciones a México están en su punto más alto de todos los tiempos, y la economía mexicana está encarrilada de nuevo''.
Al autorizar el paquete crediticio, dijo, muchos en Washington se opusieron y dudaron que México pagaría. ``Estaban equivocados'', sostuvo el presidente, y añadió: ``Hoy el pueblo estadunidense puede estar orgulloso de que hicimos lo correcto por México, por Estados Unidos, y por proteger la prosperidad global''.
``La crisis financiera en México también fue el problema de Estados Unidos. Teníamos que actuar para prevenir que desestabilizara a nuestro tercer socio comercial más grande, de extenderse a otros mercados emergentes desde América Latina a Asia, amenazando la venta de bienes y servicios que generan empleos para trabajadores estadunidenses'', agregó.
``Al tomar acción protegimos el mercado fuerte y creciente para los productos estadunidenses que apoya a 700 mil empleos aquí. Ayudamos a México a sostener su programa de reforma democrática y crecimiento económico, y a darle al pueblo mexicano una esperanza renovada para un futuro más seguro''.
Clinton alabó el esfuerzo del presidente Zedillo y su equipo, ``por la habilidad y valentía que han demostrado al apegarse a su programa de reforma y resucitar la economía de México''.
Detalló los logros en México, incluyendo la estabilización del tipo de cambio, la reducción de la tasa de inflación, la creación de un millón de empleos y el crecimiento sostenido de su economía, así como la recuperación de la confianza de los inversionistas internacionales. Comparó este esfuerzo con la crisis financiera de 1982 y los siete años que tardó México en regresar a los mercados financieros privados.
``Esta vez sólo tardó siete meses'', subrayó, y dijo que ``México enfrentará nuevos retos al avanzar sobre la reforma económica y política, al trabajar para fortalecer su red de seguridad social y elevar los niveles de vida de los pobres, y al luchar contra el azote del narcotráfico''. Reiteró el apoyo continuo de Estados Unidos para estos esfuerzos, y destacó que su gobierno está comprometido con el fortalecimiento del vínculo económico con América Latina en lo inmediato.
Al concluir su anuncio, Clinton atestiguó la firma del documento protocolario con el embajador mexicano en Washington, Jesús Silva Herzog, y el secretario del Tesoro, Robert Rubin, por medio del cual concluye formalmente el acuerdo crediticio especial entre ambos países. Según fuentes oficiales en Washington, el pago se realizará este jueves.
Fuentes del Departamento del Tesoro revelaron que Estados Unidos cobró a México mil 400 millones de dólares sólo por intereses sobre dicho paquete crediticio. La ganancia fue de 580 millones si se calcula la diferencia entre lo que este monto de dinero generaría de las inversiones en bonos del gobierno estadunidense comparado con lo adicional que se ganó al prestarlo a México. Como han reiterado funcionarios de esta administración, esto no sólo fue ``una buena acción política'' sino también un ``buen negocio''.
El crítico más insistente de esta iniciativa en Washington, el senador Alfonse D'Amato, declaró su satisfacción por el pago, y sostuvo que ``demuestra la importancia de la supervisión del Congreso que ayudó a asegurar un pago a buen tiempo y completo''.