Los reporteros fueron fotografiados y filmados
Mireya Cuéllar, enviada, Lima, 17 de enero Ť En fila, por grupos de diez en diez, más de mil periodistas nacionales y extranjeros desfilaron hoy frente a una cámara de la Policía Nacional de Perú. Quien pretenda acercarse a las inmediaciones de la residencia donde están los 73 rehenes en manos del comando emerretista, en el elegante barrio de San Isidro, deberá contar con un salvoconducto que le será entregado mañana.
No conforme con interferir el espacio aéreo para que los periodistas no puedan hablar vía radios de onda corta con Néstor Cerpa Cartolini, y con desalojarlos de las azoteas cercanas para que tampoco lo puedan hacer con ayuda de un altavoz, el gobierno decidió hoy censar a toda la prensa que cubre la llamada crisis de los rehenes.
Primero se dijo que sería el Comité Internacional de la Cruz Roja el que daría una acreditación a todos los reporteros para que se pudieran acercar sin problemas a la residencia; de hecho, las cartas de los diarios con la lista de sus reporteros estaban dirigidas a ella, pero al final resultó que era la policía la que se encargaba del peculiar censo.
Uno a uno, los reporteros fueron fotografiados y filmados. Como la espera era larga -poco más de tres horas en promedio-, no faltaron quienes al mejor estilo del jardín de infantes se metían en la fila sin importar que otros estaban atrás desde hacia horas, con los consiguientes gritos y empujones. Esto parece ser un incidente más de un proceso cada día más complicado para la prensa.
Al Palacio de Gobierno, donde Domingo Palermo lee las posturas del Ejecutivo, no se puede entrar sin un documento del Ministerio de Relaciones Exteriores, para el caso de la prensa extranjera. Y el ministro, que es el interlocutor gubernamental frente al MRTA, no acepta preguntas. Tampoco hay un vocero oficial. Del otro lado, el gobierno hace todo lo posible por bloquear cualquier comunicación de los periodistas con el comando.
A regañadientes, la prensa peruana ha asumido las directrices marcadas por el gobierno sobre la cobertura del asalto a la residencia de Morihisha Aoki. La radio y la televisión, que al principio estaban muy atentas de lo que decía Néstor Cerpa Cartolini, hoy manejan apenas algunos detalles de lo que el dirigente guerrillero plantea ante medios internacionales