Propalan rumores de que ``ya viene la guerra''
Hermann Bellinghausen, enviado, Selva Lacandona, Chis., 17 de enero Ť Lenta pero sostenidamente, la tensión crece en la zona de conflicto. Aunque supuestamente la situación militar no ha cambiado, se ha puesto en operación un nuevo esquema por parte del personal de la Sedena destacado en la zona.
En el terreno objetivo, algunas posiciones se han reforzado, con un incremento de tropas federales en los campamentos próximos a los Aguascalientes de Oventic y La Garrucha, y un incremento en los efectivos que patrullan La Realidad. Esto se suma a los vuelos nocturnos sobre las cañadas y Los Altos, como pudo corroborarse durante un recorrido por dichas regiones.
Mujeres zapatistas expulsadas de Pantelhó,
a su arribo al territorio autónomo de Chimix
Foto: Ana Isabel Patiño
Asimismo, en el terreno psicológico, la presión ha corrido a través de los rumores, propalados por los propios soldados en las cabeceras municipales de Ocosingo y Altamirano, de que ``ya viene la guerra''.
El flujo de tropas federales hacia los campamentos de Jolnachoj y El Pinar, que flanquean Oventic, ha aumentado estos días, a la vez que se suspendían los convoyes que van de Jolnachoj a San Cayetano, pasando por Oventic. Aunque se dice que también aumentaron las tropas en San Cayetano, esto no se pudo confirmar.
Después del 11 de enero, la vigilancia terrestre se vio reforzada con patrullajes aéreos nocturnos. El cambio también influyó para crear un ambiente de tensión en Oventic, La Garrucha y La Realidad.
El mismo 11 de enero, una columna militar transitó cerca de Morelia, en la cañada de Altamirano; apoyada además por un destacamento de la seguridad pública del estado, fuertemente armada.
Durante una semana, los patrullajes a La Realidad consistieron en hasta dos vuelos por noche. Apenas ayer se reanudó la patrulla terrestre, que cubre el trayecto de Guadalupe Tepeyac al río Euseba. En esta ocasión, el convoy estaba conformado por 125 efectivos (generalmente son 100) y 15 vehículos. Contra lo habitual, no regresó hasta el mediodía de hoy. La descubierta y el último vehículo blindado llevaban la artillería emplazada, mientras desde distintos vehículos tres cámaras fotográficas y tres de video retrataban todo lo que se moviera.
El campamento del Ejército en el ejido La Sultana, en la cañada de Patihuitz, ha experimentado inquietud. Los campesinos tzeltales del lugar dicen que ``ven nerviosos'' a los soldados, y hay un continuo movimiento de vehículos.
En resumen: más soldados, más atentos y tensos, más reservados. Aviones y nervios.
Fuera de eso, no pasa nada en la selva ni en Los Altos.
Juan Balboa, corresponsal, San Cristóbal de las Casas, Chis., 17 de enero Ť Autoridades municipales y representantes de unas 20 comunidades del municipio de Pantelhó exigieron hoy la libertad de los tres dirigentes del gobierno autónomo, integrado por zapatistas y perredistas, detenidos el pasado 12 de enero.
Mientras tanto, cuatro organismos de derechos humanos pidieron a la Procuraduría General de Justicia estatal una ``investigación seria y efectiva'' acerca de los hechos violentos ocurridos el pasado domingo en la cabecera municipal de Pantelhó, a fin de que se deslinden responsabilidades y se evite que la tensión política en ese municipio y, en general, en Los Altos de Chiapas, se agudice.
En una carta enviada a las comisiones de Concordia y Pacificación (Cocopa) y Nacional de Intermediación (Conai), las autoridades del ayuntamiento autónomo, los agentes municipales y los representantes de las comunidades exigieron la intervención de los legisladores de la Cocopa para evitar ``un derramamiento de sangre'' en la región de Los Altos.
``Nosotros nos tuvimos que retirar, pues no creímos que era bueno enfrentarnos entre indígenas y derramar nuestra sangre'', señalaron y advirtieron que no permitirán que el gobierno municipal priísta de Pantelhó -reconocido por el gobierno y el Congreso del estado- ``nos siga tratando como animales, nos amenace con armas blancas y de fuego, amenace con agredir sexualmente a nuestras mujeres y viole las costumbres de los indígenas''.
Las autoridades autónomas insisten en que la liberación de Mariano Jiménez Gómez, José Jiménez Pérez y Ramón Pérez Ruiz, quienes fueron procesados por los delitos de lesiones y privación ilegal de la libertad (causa penal 09\997), es la única opción para lograr la paz en la región.
Indicaron, además, que es injusto el hecho de que estas tres personas permanezcan en la cárcel mientras el verdaderos culpable de la agresión, el síndico municipal priísta Mariano Gómez Gómez, continúe libre.
La Coordinadora de Organismos No Gubernamentales por la Paz (Conpaz), el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, el Servicio Internacional por la Paz (Sipaz) y Global Exchange aseguraron que la detención de los tres dirigentes indígenas ``agrava aún más'' la situación política en la región de Los Altos de Chiapas.
``Dicha problemática sólo podrá solucionarse con el establecimiento de un espacio de diálogo y negociación entre los dos grupos, con el ánimo de respetar las formas de gobierno que este pueblo indígena ha elegido'', puntualizaron.
Extraoficialmente se conoció que algunas familias zapatistas que se encontraban refugiadas en las montañas de Chimix intentarían este viernes regresar a sus hogares, ubicados en los barrios de Los Naranjos y Santa Cruz en la cabecera municipal de Pantelhó, los cuales fueron saqueados el pasado domingo.