La Jornada 19 de enero de 1997

Mató a su hijo al disparar contra los asaltantes de su casa

Ricardo Olayo Ť Con ayuda de su hijo, Enrique Ramírez López, de 62 años, se había quitado las ataduras que le pusieron dos delincuentes que entraron a robar a su casa en la madrugada. Al sentirse liberado corrió a la recámara por una pistola, y disparó en la oscuridad a la primera sombra que se movió. El resultado fue trágico: el balazo dio en el cráneo de su hijo, quien murió casi de manera instantánea, mientras los delincuentes huían en el automóvil Spirit de la familia y a bordo llevaban una televisión, un fax y un compact disc.

El resto de la familia despertó con el estruendo del balazo e intentó dar atención a Enrique Ramírez López, de 32 años de edad, quien ya no resistió a la llegada de los cuerpos de socorro y murió en la sala de la casa.

Por su probable responsabilidad penal, el padre de la familia fue detenido y llevado a la agencia del Ministerio Público, donde además se le investigará por el delito de posesión ilegal de arma de fuego.

Los hechos se reportaron en la colonia Granjas San Antonio, delegación Iztapalapa, alrededor de las 3 de la madrugada de este sábado, y ayer a las 9 de la noche el padre rindió su declaración ministerial, según se informó en la Dirección de Investigación de homicidios de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).

El Ministerio Público integraba el expediente para resolver si se trató de un homicidio imprudencial o bien tendría que ser enviado al juez penal para que éste resolviera su situación legal.

De acuerdo con el expediente 19/70, tanto el padre como su hijo, Enrique Ramírez López, de 32 años, fueron sorprendidos por los delincuentes, quienes los amarraron para poder despojarlos de sus pertenencias. En menos de 20 minutos, Enrique logró desatarse y ayudó a su padre, quien le dijo que tenía en la recámara una pistola. Entonces, al estar desatado fue por el arma y alertó a su esposa; al regresar a la sala vio moverse una sombra y efectuó el disparo que mató a Enrique.

El padre declaró anoche ante el Ministerio Público que todo estaba muy oscuro y que por los nervios realizó el disparo. Se ubicó en la escena de los hechos y confesó todo tal y como ocurrió. La pistola utilizada es calibre 22 y es de su propiedad.

El es un abogado laborista de 62 años, y su hijo, de oficio mecánico, tenía 32; vivía en unión libre con su pareja, pero esa noche fue a dormir a la casa de su familia.

Dos de los hijos que declararon en torno a los hechos indicaron que sólo escucharon algunos ruidos previos al estruendo del disparo y que no pueden aportar datos. Beatriz Elisa Ramírez, de 29 años, y Mario Alberto Ramírez, de 34, dijeron que sólo tienen que reclamar el cuerpo de su padre y que esperan que éste sea declarado inocente. En tanto, la esposa no se había podido presentar a declarar por su estado de ánimo. Para la integración del expediente se informó en la PGJDF que están pendientes los peritajes sobre fotografía, toxicología, la necropsia y balística, para poder definir si hay responsabilidad penal.