Antonio Gershenson
Militares y salidas

Varios militares retirados, incluso generales y almirantes, ingresaron públicamente al Partido de la Revolución Democrática. No se debe minimizar este hecho porque sean militares retirados, pues lo son casi todos los militares que participan en política pública, por ejemplo todos los legisladores que fueron postulados por el PRI y provienen del Ejército y la Armada.

No se había dado el caso de una participación política de oposición de militares de alto rango en mucho tiempo. Tal vez se pueda citar como antecedente la candidatura presidencial opositora del general Henríquez Guzmán, hace más de cuatro décadas.

Esto se inscribe en un contexto de salidas del PRI de grupos de militantes del mismo y de personas que han tenido una cierta jerarquía. Por ejemplo, tres ex gobernadores formaron parte del grupo que salió para formar Convergencia Democrática, que ahora fue aceptada por el IFE como asociación política. Si bien en el caso de Dante Delgado hay dos versiones sobre las causas de su salida, en los otros dos casos nadie ha puesto en duda que ésta se inscriba en una disidencia política.

En Campeche han renunciado dirigentes y ex dirigentes del PRI, así como organizaciones sociales que estaban afiliadas al mismo. En otros estados ha habido casos similares en menor escala. Un diputado del PRI fue de los que abrieron la presente temporada de renuncias, al anunciar la suya en la tribuna de la Cámara.

Entre las causas de este fenómeno podemos citar las siguientes:

1. Es claro que una de las motivaciones que han existido entre la militancia del PRI es la posibilidad de alcanzar puestos públicos de elección. Ahora que la candidatura por el PRI no significa automáticamente la victoria y el puesto, esa motivación se ha visto debilitada. Es más, al abrirse la posibilidad de llegar al puesto a través de otro partido, la motivación puede actuar en sentido inverso al de antes, e impulsar la salida del PRI.

2. En la XVII Asamblea del PRI y poco antes, se puso de manifiesto el descontento de militantes priístas por el hecho de que, luego de que ellos habían estado haciendo campaña y todo, varios de los puestos más importantes fueran para los que ellos mismos llamaron tecnócratas. Esto se expresó en el cambio del proyecto de Estatutos presentado por la dirección de ese partido, encaminado a dificultar que eso siguiera sucediendo.

3. No todos los priístas han aceptado de buena gana los cambios de rumbo hacia una política económica liberal. Esto contribuye a explicar por qué por lo menos las salidas del PRI que han sido más conocidas no van hacia el PAN. Si sólo fuera un problema de puestos, el PAN, como segunda fuerza electoral hasta el momento, podría ser el destino de quienes buscan un espacio político por la vía de la oposición. Es más, los avances electorales del PAN parecen haber contribuido al descontento entre sectores del PRI, no sólo por las razones que se derivan de lo que antes dijimos, sino también porque se considera que la política gubernamental económica, y en algunos casos también la social, han alejado del PRI a parte de sus electores tradicionales, en beneficio de esa segunda fuerza.

En cualquier caso, estamos en un momento de cambios. Están pasando cosas que antes no pasaban. El hecho de que no sea tan espectacular lo que pasa en un mismo día, no disminuye el alcance de estos cambios que, gradualmente, están operando en nuestro país.