Que declaren Ceja, Ovalle y Araujo, pide Luengo
Juan Manuel Venegas y Roberto Garduño E. Ť En la recta final del juicio contra Raúl Salinas de Gortari por el homicidio de José Francisco Ruiz Massieu, su abogado Eduardo Luengo Creel considera citar a declarar como testigos de descargo a Justo Ceja Martínez, Ignacio Ovalle y Hugo Andrés Araujo, señalados por Fernando Rodríguez González como personajes que ``conocieron'' del complot que culminó en Reforma y Lafragua el 28 de septiembre de 1994.
Además, la defensa pretende invalidar los testimonios de Fernando Rodríguez González, Agustina Cruz, María Bernal, Francisca Zetina, Ramiro Aguilar Lucero, Noé Hernández Neri y del teniente coronel Antonio Chávez Ramírez, presentándolos como testigos de ser necesario o, en su caso, utilizando el expediente que contiene las ``múltiples contradicciones'' en las que han incurrido, así como los delitos en los que algunos de ellos pudieron haber participado.
Para el abogado Luengo resulta de ``vital importancia y trascendencia'' para el futuro del proceso de su cliente la comparecencia de Justo Ceja Martínez, ex secretario privado del presidente Carlos Salinas de Gortari, toda vez que fue señalado por Rodríguez González y Chávez Ramírez como presunto cómplice de Raúl Salinas.
``Ninguno de esos dos testigos (Rodríguez y Chávez Ramírez) que presentó el ex fiscal Pablo Chapa pueden ser tomados en serio porque han cambiado, e incluso inventado, sus declaraciones'', aseveró Luengo Creel.
Resaltó que el caso del teniente coronel Chávez Ramírez es una ``clara muestra'' de que todo fue ``un invento de Pablo Chapa Bezanilla'', pues al interrogar al militar no le planteó una sola pregunta sobre las imputaciones que le hizo a éste otro de los testigos del ex fiscal: Ramiro Aguilar Lucero.
Pero el caso más ``patético'', a decir del abogado, es el de Fernando Rodríguez González, quien ha variado sus declaraciones ``por lo menos en diez ocasiones, y todo lo que dice saber, además, es de oídas''.
Se recordará que en su declaración de febrero de 1995 a Chapa Bezanilla, Rodríguez González aseguró que Justo Ceja entregó al desaparecido Manuel Muñoz Rocha dinero con el que se preparó el complot para asesinar a José Francisco Ruiz Massieu. Rodríguez González -preso actualmente en el Reclusorio Sur- aseveró lo anterior, porque su compadre Muñoz Rocha ``me lo contó'', cuando le platicó que participaría en la planeación del homicidio.
Para entonces, Fernando Rodríguez González ya había alterado su declaración en seis ocasiones.
En cuanto al proceso penal en sí, Eduardo Luengo explicó que el periodo de presentación y desahogo de pruebas se alargó a solicitud de la propia defensa, ``y nosotros estamos en facultades de solicitar al mismo juez que se cierre el periodo de instrucción cuando lo consideremos conveniente, pero preferimos que esto se alargue el tiempo que sea necesario porque queremos argumentar jurídicamente la inocencia de Raúl Salinas de Gortari''.
El penalista insistió en que el ``ridículo'' de Chapa Bezanilla con su hallazgo en la finca de El Encanto debe considerarse también como una ``irregularidad más'' en el proceso contra el hermano del ex presidente.
El fiscal Chapa, explicó Luengo Creel, acusó a Raúl Salinas de Gortari, apoyándose también en testigos como Ramiro Aguilar Lucero, Francisca Zetina (La Paca) y María Bernal. El primero ``inventó una historia'' en la que participaron las dos mujeres mencionadas, y Chapa incluyó esos testimonios en sus pesquisas.
``La perversidad'' de Pablo Chapa Bezanilla manifiesta en estos hechos refleja ``la intención de culpar sin fehacientes, y eso debe ser considerado por el juzgador'', concluyó.