La Jornada 20 de enero de 1997

200 granaderos en la operación; los ayunantes de 97 días, graves

Triunfo Elizalde Ť Aprovechando que dormía la mayoría de los barrenderos de Tabasco, en el campamento que mantienen frente al edificio de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), a las 3:15 de la madrugada, en un primer operativo, unos 300 granaderos llegaron para llevarse por la fuerza a Venancio Jiménez Martínez y Jorge Luis Magaña Alamilla, quienes hoy cumplirían 97 días en ayuno, y a Agustín Vicente Sánchez, con 57 días en la misma condición.

Los tres fueron trasladados al hospital de Xoco. Asimismo, el trabajador tabasqueño Candelario Méndez Díaz fue severamente golpeado por los granaderos. Debido a las lesiones que sufrió se le internó en el hospital Angeles.

Un segundo operativo tuvo lugar a las 4:55. Los granaderos regresaron sólo para causar mayores daños al campamento y hacer huir al resto de los trabajadores de limpia de Tabasco, los que se alejaron del lugar unos 200 metros desde donde gritaban: ``queremos solución, no queremos represión''.

La intervención oportuna de la diputada perredista Adriana Luna Parra frenó la persecución y el destrozo de lo poco que quedaba en pie del campamento. Los policías se retiraron.

Por su parte, el senador perredista Félix Salgado Macedonio, quien había dejado el campamento a las dos de la mañana (una hora y quince minutos antes de que comenzara el primer operativo policiaco), retornó de inmediato de Iguala, Guerrero, a donde había viajado para sostener diversas reuniones de carácter político. Al llegar y ver los destrozos, dijo que ``el gobierno había escogido el peor camino para resolver el problema de los barrenderos de Tabasco''.

Versiones sobre lo sucedido

El primer operativo de las fuerzas policiales contra los recolectores de basura tabasqueños comenzó a las 3:15 horas. Según la versión de Aquiles Magaña, y de la mayoría de los agredidos, los granaderos salieron de edificios contiguos a la CNDH, concretamente de los números 3453 y 3443 de la avenida Periférico Sur.

A la hora mencionada los policías, provistos con escudos y toletes, comenzaron a correr hacia el campamento por la lateral y el carril de alta velocidad del Periférico. Los barrenderos que montaban guardia de inmediato dieron la voz de alarma, los que dormían se levantaron y con palos trataron de enfrentar a los policías, los cuales rápidamente los sometieron debido a su superoridad numérica, desplazándolos hacia el extremo sur, en tanto que otro grupo de policías se dedicó a romper mantas, derribar las tiendas de hule y destruir los bancos y mesas que se habían improvisado, así como a regar los alimentos, quebrar botellas con miel de abeja y causar el mayor número de destrozos.

Entre tanto, personal de los servicios médicos del Departamento del Distrito Federal, resguardado por granaderos, entró por la parte de atrás a la casa de campaña en donde estaban Venancio y Jorge Luis y se los llevaron, arrastrándolos en sus propias cobijas. Entre la confusión no lograron llevarse a los otros cinco ayunantes, ya que cuatro de ellos se escondieron entre sus propios compañeros, no así Agustín Vicente Sánchez, que sufría de una fuerte gripe y una infección en la garganta y dormía profundamente, por lo que no se incorporó.

Quien mayor resistencia opuso a los granaderos para que no se llevaran a sus compañeros fue Candelario Méndez Díaz, por lo que fue golpeado hasta tirarlo al suelo y meterlo en una patrulla, que luego lo dejó tirado en la avenida San Jerónimo, de donde fue levantado por una ambulancia que, al ser perseguida por otras patrullas, lo dejó ir. Este como pudo volvió al campamento y de ahí fue conducido, dadas las lesiones que presentaba, al hospital Angeles, donde aún es atendido.

Esta acción policiaca, que las autoridades afirman fue para salvar la vida de Venancio y Jorge Luis, concentró en pocas horas a varios cientos de personas que, en protesta por los hechos violentos, demandaron del gobierno honestidad en su actuación y resolución inmediata al conflicto de los trabajadores de limpia de Tabasco. Al lugar acudieron durante casi todo el domingo diputados, artistas, intelectuales, políticos, representantes de organizaciones no gubernamentales de derechos humanos, de grupos religiosos y ciudadanos en general.

Al mediodía arribó Cuauhtémoc Cárdenas, quien responsabilizó de la agresión al presidente Ernesto Zedillo, de quien dijo: ``lejos de resolver por la vía económica y política un problema tan sencillo como el de estos trabajadores de limpia, que comparativamente con los 5 mil millones de dólares que su gobierno acaba de pagar por adelantado a Estados Unidos, se decidió una vez más por el uso de la violencia. Agregó que Oscar Espinosa Villarreal (regente de la ciudad) es tan culpable como su jefe, pero en última instancia sólo acató órdenes de quien lo puso en el cargo que tiene; esta acción sólo pudo llevarse a cabo con el conocimiento y autorización de Ernesto Zedillo, él es ahora responsable de la vida de los ayunantes que fueron materialmente secuestrados, ya que no se ha permitido verlos en el hospital donde se encuentran'', dijo.

En una endeble casa de plástico se encuentran nuevamente Adolfo Sánchez Balcázar, Antonio Méndez Hernández, Jesús Jiménez Montero y Rodrigo González Juárez, este último con lesiones en el rostro y en la espalda. Comentó que fue golpeado en la cara por un granadero con su escudo, mientras otro le pegaba con un tolete por atrás.

En términos generales el estado de salud de los cuatro inconformes es estable, aunque dos de ellos presentan síntomas de gripe.

En la trifulca hubo otros lesionados con heridas leves en las manos y en los brazos.

Protestas de ONG

Entre las organizaciones no gubernamentales que de inmediato tuvieron conocimiento de los hechos están la Comisión Mexicana para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, el Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el cual envió a su primer visitador, Rafael Alvarez, para conocer exactamente que había pasado, y con base en ello denunció a nivel nacional e internacional, sobre todo ante Amnistía Internacional, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, ``de la agresión de que fueron objeto humildes trabajadores de limpia mexicanos por parte de 300 granaderos, que la acción se llevó a cabo en la madrugada cuando prácticamente nadie podría darse cuenta, pedir auxilio o intervenir'' (habla de que lesionaron a siete barrenderos, entre ellos a Candelario Méndez Díaz). Reportó que en los operativos hubo personas vestidas de civil y ``vehículos particulares'' de la Secretaría de Seguridad Pública, así como Luis Enrique Martínez Méndez, empleado de Gobernación que fue descubierto tomando notas de lo que sucedía.

De última hora la CNDH emitió un comunicado en el que hace saber que con motivo del desalojo de los dos ayunantes con 97 días en huelga de hambre y otro con 57, envió al hospital de Xoco a dos visitadores adjuntos junto con dos médicos legistas para que certificaran el estado en que se encuentran los barrenderos de Tabasco. Según la CNDH, las condiciones son estables y ``tendrán una pronta recuperación''. Asimismo reiteró las razones legales por las que no puede intervenir en este tipo de problemas laborales y subraya que lo fundamental es la vida del ser humano, por lo que ésta no debe ser expuesta en problemas como los que están viviendo los ex trabajadores de limpia de Tabasco.

Hasta las 18 horas de ayer existía la amenaza de que los granaderos volvieran al lugar de los hechos, sobre todo cuando docenas de personas comenzaron a reconstruir las tiendas y a volver a montar el campamento destrozado por las fuerzas policiacas. Es de señalar que antes de las 15 horas volvieron a aparecer por la parte de atrás de la CNDH, en la avenida San Jerónimo, vehículos con granaderos, los que sólo estuvieron unos minutos y se marcharon.

Como a las 16 horas se presentó la diputada priísta Ofelia Casillas Ontiveros, se entrevistó con el senador Félix Salgado Macedonio y con Aquiles Magaña. Les dijo que debían regresar a la mesa de negociaciones, pero ellos no aceptaron hacerlo si nuevamente tenían que tratar ``con el falso de Juan Burgos Pinto''. Esto se acabó. ``Queremos que nos den la cara el secretario Emilio Chuayffet o por lo menos el subsecretario Arturo Núñez, quien aspira a ser gobernador sustituto de Tabasco una vez que caiga Roberto Madrazo, señalaron.

La legisladora priísta le dijo a Félix Salgado que eso era protagonismo. Se hicieron de palabras fuertes, pero no de insultos. Al retirarse ella quiso dejar asentado ante los medios de comunicación que la terquedad estaba del lado de Aquiles Magaña y la disposición por parte del gobierno para resolver el problema, pero fue abucheada por gente que la rodeaba.

La versión oficial

Miriam Posada García Ť Alrededor de 200 efectivos de la Secretaría de Seguridad Pública acudieron a las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, en apoyo de 50 elementos de Seguridad Civil de la Secretaría de Gobernación, quienes desalojaron a los trabajadores de Tabasco que se encontraban en huelga de hambre.

El operativo de apoyo policiaco se programó para llevarse a cabo a las 3:00 horas del domingo, por lo que la Dirección de Control Operativo de la SSP, al mando del general Felipe Bonilla Espinobarros, dispuso el desplazamiento de aproximadamente 200 elementos del agrupamiento de granaderos.

Media hora después de haber iniciado el desalojo, el jefe Lince 2, Enrique R. Carbajal, quien estuvo al mando del operativo y depende de manera directa del director de la Región IV Poniente, general Héctor Durán Maldonado, reportó al general Felipe Bonilla Espinobarros que el operativo había concluido.

El resultado fue el traslado de cuatro personas al Hospital Xoco, entre ellos tres trabajadores tabasqueños, quienes fueron identificados como Venancio Jiménez, Jorge Luis Magaña Alamilla y Agustín Vicente.

Los tabasqueños fueron trasladados a bordo de las ambulancias 36203, 36015 y 36019 del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), porque ``se encontraban de huelga de hambre y por lo mismo se encontraba en mal estado, de acuerdo con el reporte policiaco''.

La cuarta persona trasladada al hospital de Xoco, a bordo de la ambulancia 06, fue Armando Hernández López, quien presumiblemente es un elemento de Seguridad Civil de la Secretaría de Gobernación, quien presentaba golpes contusos en diferentes partes del cuerpo.

De acuerdo con el reporte oficial los granaderos que ``apoyaron'' a los elementos de Seguridad Civil en la ``humanitaria'' labor de desalojo no portaban armas, sólo iban equipados con cascos, espinilleras y escudos, y se retiraron de la zona minutos después de lograr el traslado de los huelguistas.