La Jornada 20 de enero de 1997

David Aponte, enviado, Colima, Col., 19 de enero Ť Teniendo el PRI el control político del estado, la lucha preelectoral más importante se prevé dentro de las filas de ese partido, ante la próxima designación de su candidato a la gubernatura. En tanto, el PAN apuesta a una errónea designación del aspirante priísta y a la ``descomposición'' del priísmo local como vía para incrementar sus posiciones políticas en la entidad y establecer un corredor Guanajuato-Jalisco-Colima.

El PRD, tercer actor político, busca una nueva fórmula para enterrar las aspiraciones panistas y después estar en posibilidades reales de disputar con el PRI: la designación mayoritaria de candidatos externos a la gubernatura, alcaldías y Congreso local.

Desde esa perspectiva, la disputa priísta está vinculada a la candidatura a la postulación y no a la contienda electoral con los otros partidos. El tricolor tiene ahora la gubernatura, la mayoría en el Congreso local y nueve de los diez municipios.

Los aspirantes del PRI han tomado como tribunas del debate político, o como mecanismos de precampaña, a los medios de comunicación colimenses. Unos para la ``autopromoción'', otros para lanzar ataques y acusaciones de malversación de fondos públicos.

En ese ambiente, los ocho aspirantes a la candidatura del PRI a la gubernatura --Socorro Díaz Palacios, Graciela Larios Rivas, Cecilio Lepe Bautista, Jesús Orozco Alfaro, Fernando Moreno Peña, Librado Silva García, Carlos Vázquez Oldernbourg y Arturo Velasco Villa-- tuvieron que firmar un pacto de civilidad el domingo 5 de enero, que pareció no surtir efectos en el curso de la segunda semana del mismo mes.

Por un lado, el Diario de Colima, bajo la dirección de Héctor Sánchez de la Madrid --primo del actual gobernador Carlos de la Madrid Virgen--, publicó a ocho columnas diversas acusaciones de malversación de fondos, presuntamente cometidas por el rector de la Universidad de Colima y uno de los precandidatos, Fernando Moreno Peña, y las actividades políticas y de promoción de otros aspirantes. Del otro, el periódico Ecos de la Costa, propiedad del ex rector Humberto Silva Ochoa, hizo lo propio con las actividades de Moreno Peña, quien culminará su rectorado a finales de enero.

El secretario general del PRI, Juan S. Millán Lizárraga, tuvo que viajar a la ciudad de Colima el lunes 13 de enero para solicitar ``respeto y unidad'' a los aspirantes, a los sectores y a los grupos políticos priístas. Los precandidatos se comprometieron a evitar los ``ataques'' y los actos políticos de ``autopromoción''.

En diversos actos públicos, la dirigencia estatal se vio obligada a recurrir al mensaje de la unidad y a minimizar la disputa interna, la ``guerra de tinta'' como calificaron algunos priístas de Colima.

``Vamos a demostrar a los escépticos y a los que todo critican y nada proponen, que los priístas colimenses tenemos cultura política, tenemos organización, visión, talento y el coraje, capaz de encabezar la unidad para seleccionar y para ganar'', dijo Miguel Angel Novela, presidente del Comité Directivo Estatal.

Con un tono similar, el cenecista Rodrigo Vergara Arellano dijo que un priísmo sin unidad crearía confusión y dispersión de la militancia, de la cual ``buen provecho sacarían nuestros adversarios políticos, que sólo están a la caza de nuestros errores, a falta de verdadera y auténtica plataforma política''.

De inmediato, los aspirantes con mayores posibilidades --dos hombres y dos mujeres--, Fernando Moreno Peña, Jesús Orozco Alfaro y Graciela Larios, declararon que ``no peligra la unidad'' del partido y el acuerdo de civilidad es una muestra de madurez política. Socorro Díaz Palacios, quien perdió la contienda interna en 1991 con el actual gobernador Carlos de la Madrid Virgen, no quiso opinar como parte del convenio interno.

La disputa interna obligó al Comité Ejecutivo Nacional a posponer la emisión de la convocatoria para la selección del candidato, con el propósito de analizar las acusaciones, los actos de promoción, los golpes entre los aspirantes y la trayectoria de cada uno de ellos. En orden alfabético: Socorro Díaz Palacios, directora general de Linconsa, con estudios de periodismo; Graciela Larios Rivas, dirigente de la CTM en Colima, con estudios de secundaria; Fernando Moreno, rector de la Universidad de Colima, abogado por la UNAM, y Jesús Orozco Alfaro, senador con doctorado en Ciencias Económicas por la Universidad de París.

La cacería del PAN

El PAN apuesta a la ``descomposición'' de los sectores priístas y la errónea designación del PRI, como vía para incrementar sus posiciones políticas a nivel estatal, los 10 municipios y el Congreso local, de acuerdo con un análisis del panismo colimense.

El proyecto panista está orientado a ``arrancarle'' al PRI su dominio en Colima y establecer un ``corredor industrial'' desde Guanajuato y Jalisco, ambas entidades gobernadas por el PAN, según la Dirección de Promoción del Comité Estatal del blanquiazul.

Con el triunfo en la gubernatura de Colima, los panistas buscan un mayor desarrollo económico de las entidades en su poder y una ``salida'' al Pacífico: la utilización de la infraestructura portuaria de Manzanillo. En esa materia, pretenden una mayor proyección a nivel nacional.

En el ámbito político-electoral, las expectativas del triunfo panista están fundamentadas en el constante crecimiento de la votación panista en el periodo 1985-1994, tendencia que supera el ciento por ciento de los votos en las últimas cuatro elecciones.

De acuerdo con sus propias estadísticas, el PAN en Colima ha registrado las siguientes tendencias electorales, todas ellas de crecimiento en miles de votos en los diversos comicios locales: mil 34 sufragios en 1985; tres mil 942 en 1988; siete mil 44 en 1991, y 16 mil 978 votos en 1994. En sus documentos internos, el panismo colimense asegura que el número de sus votos aumentaron en más de 170 por ciento en promedio, entre las elecciones locales celebradas en 1991 y 1994.

Por ejemplo, cita que en los comicios municipales de 1991 el PAN obtuvo 17 mil 956 votos y en los mismos de 1994 llegó a 50 mil 509 sufragios, con un incremento de 184.46 por ciento. En el proceso electoral para la renovación del Congreso del estado, los panistas lograron 17 mil 955 votos en 1991 y 49 mil 532 en 1994, con un aumento porcentual de 175.86.

Las tendencias estatal y nacional ``nos indican que vamos a sacar una elección victoriosa para el PAN'' en las próximas elecciones del 6 de julio, consideran el secretario general de Acción Nacional en la entidad, diputado local Víctor Manuel Torres, y el director de Promoción del Comité Estatal, Jorge Luis Preciado.

El panismo intentará captar unos 107 mil votos en las próximas elecciones locales y con esas cifras lograr un crecimiento del ciento por ciento. ``Esa es una tendencia nacional hacia el PAN. Nosotros vamos a aprovechar los medios de comunicación y la campaña electoral en el Distrito Federal (el ambiente político de la elección para jefe del gobierno capitalino), como parte de la promoción en Colima'', señalaron.

Preciado opina que el PAN será el beneficiario electoral de la ``descomposición'' interna del PRI, las posiciones ``radicales'' de sus sectores y los errores en la designación del candidato priísta a la gubernatura del estado. Para el PAN, la postulación de la cetemista Graciela Larios representaría una ventaja para el panismo colimense.

De esa forma, la empresa Vital, con sede en Jalisco, elaboró un estudio con las expectativas de triunfo electoral del PAN en Colima. Los candidatos de blanquiazul buscarían la victoria en cuatro de los 10 municipios del estado, las cuatro zonas que concentran el 79 por ciento del número total de votos de la entidad.

El Comité Estatal considera que sus aspirantes ganarán a los candidatos del PRI en la capital de la entidad, Colima, con un margen de 10 por ciento; Comala también con el mismo porcentaje; Coquimatlán (el único municipio gobernado por los panistas) con 30 por ciento arriba del priísmo, y Villa de Alvarez con una ventaja del 15 por ciento.

Para la composición del Congreso local, el panismo colimense tiene las mismas esperanzas de triunfo en los cuatro municipios antes citados. Esa situación le permitiría el triunfo de siete diputados de mayoría relativa, de un total de 12 escaños de esa naturaleza.

El PAN de Colima ya abrió el registro para la selección de los aspirantes a diputados y presidentes municipales. El 23 de febrero realizará su convención para la selección del candidato a la gubernatura --ese día también lo hará el PRD--. Hasta el momento, los panistas mantienen reserva sobre los posibles precandidatos.

Los externos del PRD

Desde hace dos años, la dirigencia estatal del PRD inició el diálogo con diversos líderes de los sectores sociales y personalidades de la entidad. Como resultado de la estrategia, el perredismo colimense jugará con candidatos externos en las elecciones del próximo 6 de julio.

El perredismo en el estado buscará influir en una arena reservada únicamente para dos contendientes, el PAN y el PRI, con el proyecto de designación de aspirantes externos. Para ello cuenta con el apoyo del 90 por ciento de la militancia, asegura el líder del PRD en Colima, Carlos Sotelo.

En los últimos dos años, la dirigencia perredista ha buscado personalidades y cuadros con experiencia política, algunos de ellos sin militancia partidista, y con capacidad administrativa.

``Vamos a dar la batalla con gente que tiene liderazgo y arraigo en los grupos sociales en la entidad, con personas que tienen una conducta similar a la del PRD en cuanto a la movilización social y el discurso programático'', explica.

Según el análisis del perredismo colimense, la nueva estrategia no representa la ``entrega'' del partido o ``desdibujar'' al PRD. Por el contrario, la misma llevará a fortalecer al partido y quitarle posiciones al PAN. ``El panismo de la entidad será el primer damnificado con el proyecto perredista. Después iríamos sobre el PRI'', precisa el dirigente.

Además, militantes del PAN y del PRI están interesados en la estrategia y han buscado su incorporación al PRD. Lo hacen antes de la postulación en sus propios partidos. Eso quiere decir que la incorporación no guarda relación alguna con un posible desaire de sus propias filas en la designación de los candidatos, indica.

Bajo las nuevas reglas, la estrategia político-electoral, el PRD postulará a Gonzalo Castañeda como candidato a la gubernatura. El aspirante externo, quien coqueteó con el PAN, se dedica a la agricultura en el Valle de Tecomán y está casado con una hermana del actual actual gobernador De la Madrid Virgen.

En el ámbito municipal, otorgará las candidaturas a cinco personas que no pertenecen al PRD. Las otras cinco serán para militantes con arraigo y trabajo político. Para las diputaciones de mayoría relativa elegirá a 10 aspirantes externos. Las dos restantes tendrán que surgir del interior.

Carlos Sotelo asegura que la decisión del perredismo en Colima permitirá devolver la confianza al electorado en el terreno político, y reactivar el aparato productivo con la capacidad de gestión de los candidatos triunfantes en el económico. El PRD también quiere remontar las cifras electorales de los comicios pasados y ser una fuerza política capaz de influir en las decisiones del desarrollo integral de Colima, agrega.

Ciertamente, las últimas estadísticas no dibujan una presencia importante de la izquierda en la entidad. El PRD mantuvo el mismo porcentaje de la votación total, 13 por ciento, en los comicios locales de 1991 y 1994. Incluso, la tendencia de las agrupaciones con esa línea política ha registrado altibajos en los últimos seis años.

De acuerdo con las estadísticas del Instituto Electoral del Estado, el PRD obtuvo 13 mil 315 votos en la elección de ayuntamientos en 1991 y 27 mil 14 en los comicios de 1994. En la jornada electoral para el Congreso, los perredistas recibieron 12 mil 714 en 1991 y 25 mil 381 en 1994.

En las próximas elecciones del 6 de julio, la expectativa es de triunfo en los municipios de Armería y Tecomán, según el dirigente estatal Carlos Sotelo.