Joven migrante vio morir en la nieve a su esposa y dos compañeros
Jorge Alberto Cornejo y Jesús Narváez, corresponsales, Tijuana, BC, 19 de enero Ť Cuando un guardia de la Patrulla Fronteriza lo encontró caminando en la autopista número 8 --que conduce a la región rural al este del condado de San Diego--, Jesús Jiménez llevaba entre sus manos una foto de su esposa Ofelia Tepec, de apenas 20 años de edad, cuyo cadáver tuvo que abandonar en la montaña bajo la nieve.
Ambos salieron de su natal estado de Guerrero dos semanas después de haberse casado y tenían como meta llegar a Los Angeles, donde él buscaría empleo en un restaurante de comida mexicana.
En la patrulla, Jesús narró al agente que le brindó primeros auxilios cómo comenzó la desgracia que cobró la vida de al menos tres personas más que lo acompañaban desde el domingo 12 de enero, cuando cruzaron ilegalmente la frontera por un lugar cercano a Tecate.
El pollero les había asegurado que el trayecto a pie desde la frontera hasta la carrerera más cercana sería de apenas seis horas, pero luego de casi 24 horas el grupo se perdió en medio de una tormenta de nieve y él tuvo que cargar a su joven esposa, debido a que ésta se encontraba en mal estado ante la falta de ropa adecuada para soportar temperaturas de menos 5 grados centígrados.
En medio de la tormenta el guía les indicó que iría a hacer contacto con quienes deberían trasladarlos en automóvil hasta Los Angeles, pero ya no regresó.
Ya sin rumbo, el grupo buscó refugio debajo de un puente, donde el pasado miércoles por la noche Jesús vio morir a su esposa. Minutos después, otro joven de apenas 17 años también falleció.
El guía que abandonó al grupo de migrantes a su suerte fue detenido el viernes pasado y presentado ante una corte federal en San Diego. De ser encontrado responsable de la muerte de los connacionales podría ser condenado a cadena perpetua o incluso a la pena capital.
John Williams, jefe de la Patrulla Fronteriza en el condado, señaló: ``Es una actitud criminal llevar a migrantes sin agua, comida ni alimentos por regiones extremadamente peligrosas de las montañas al este del condado, en donde encontrarán una muerte segura. Por eso los coyotes deben enfrentar cargos por homicidio''.
Quince muertos este año
En lo que va de 1997, las autoridades consulares mexicanas en el puerto de San Diego tienen documentadas las muertes de 14 connacionales en el condado. La semana pasada falleció otro más en un accidente vehicular en el municipio bajacaliforniano de Tecate, por lo que llegaría a 15 el número de personas que han muerto en su intento por llegar a Estados Unidos.
El año pasado murieron 38 migrantes, más cinco de este lado de la frontera, con lo que sumaron 43. Como consecuencia de ello sólo se detuvo a un presunto pollero identificado como Fernando Covarrubias Varela, de 26 años de edad, quien actualmente está sujeto a un proceso penal en Los Angeles, en el que enfrenta ocho cargos por homicidio y uno por tráfico de indocumentados.
Covarrubias Varela cobró mil dólares por transportar a 22 migrantes del condado de San Diego a Los Angeles, y tras una persecución policiaca se accidentó el vehículo que conducía provocando la muerte de ocho mexicanos el pasado 7 de abril en Temecula.
Llega el cuerpo de uno de los migrantes a Nayarit
El día de hoy llegó al poblado de Yago, ubicado en la sierra de Santiago Ixcuintla, el cuerpo del joven Juan José Pérez González, quien falleciera congelado en un río cercano a San Diego, en cuyas aguas trataba de esconderse de la Patrulla Fronteriza en su intento por quedarse a trabajar en Estados Unidos.
El padre de hoy occiso se dedica a la agricultura en la comunidad de Yago, ubicada en la parte baja de la sierra y, según dice, ``la situación se ponía cada vez más dificíl, por lo que Juan José decidió irse a buscarle al otro lado''.
El agricultor señala que su hijo partió junto con un grupo de amigos de esta comunidad, ``a buscar una manera de ganar dinero, porque aquí no hay donde pero, finalmente, mire lo que pasó''.
Este es el segundo cuerpo traído de Estados Unidos al municipio de Santiago Ixcuintla en lo que va del año. El primero de ellos, José María Villagrana Bañuelos, de 24 años de edad, fue trasladado a esta cabecera municipal luego de ser asesinado por desconocidos, cuando salía de una fábrica de ropa en Los Angeles.