La Jornada 21 de enero de 1997

Se quitó una ``presión psicológica'': Pérez Jácome

José Antonio Román Ť La decisión del Departamento del Distrito Federal de proporcionar atención médica a los huelguistas tabasqueños no agrava las negociaciones entre los trabajadores de limpia y las autoridades de esa entidad, afirmó el vocero del gobierno federal, Dionisio Pérez Jácome.

Dijo que con esa decisión ``se quitó una especie de presión psicológica'' que había con el prolongado ayuno de los ex trabajadores de limpia que exigen su reubicación, y ahora las diferencias de criterios y opinión entre las partes se podrán ver con mayor claridad.

Entrevistado en los pasillos de la Secretaría de Gobernación, Pérez Jácome señaló que, al parecer, las diferencias ``son mínimas'' e incluso se había llegado ya a un acuerdo sobre el monto económico por cuestión de ``desgaste'' de los trabajadores tabasqueños.

Por ello, las partes involucradas deben redoblar sus esfuerzos y tratar de aportar la cuota de voluntad que a todos corresponde, a fin de alcanzar un acuerdo definitivo del conflicto, aseguró.

El funcionario gubernamental insistió en que por más diversas posiciones de las partes, éstas no tienen por qué ahondarse por la acción de una autoridad ajena, independiente, como fue en este caso el Departamento del Distrito Federal, que decidió atender de urgencia a los huelguistas ex trabajadores de limpia de Tabasco.

Durante la entrevista, reiteró los argumentos que utilizó tanto el gobierno capitalino como el federal para realizar el que llamaron desalojo humanitario.

``La autoridad cumplió un deber que tenía; cuidó, procuró salvar la vida de un ser humano, pues el estado de salud era ya bastante grave y ponían en riesgo su integridad física'', indicó.

Dionisio Pérez Jácome subrayó la disposición de la Secretaría de Gobernación de proseguir en el papel de interlocución y ser sede de estas conversaciones, para tratar de solucionar el problema lo más pronto posible.

Durante la madrugada del domingo, unos 200 granaderos irrumpieron en el campamento donde proseguían su ayuno tres barrenderos -dos sumaban 97 días y otro 57- y los trasladaron contra su voluntad al hospital de Xoco, en una acción del gobierno considerada ``humanitaria''