Salvador Novo, un hombre con toda una ciudad en la memoria
Angélica Abelleyra Ť Salvador Novo: un hombre con toda una ciudad en la memoria.
En torno de Novo (1904-1974) existen opiniones múltiples, reflejo de su prolífica labor creativa; pero entre todas ellas persiste un juicio unánime: en el México del siglo XX pocos cronistas han sido tan completos como él y ninguno lo ha superado en el ámbito del periodismo moderno.
A fin de mostrarnos al gran prosista, al cronista agudo y al creador de un estilo veloz y directo de narrar, se lanza el primero de los tres tomos de La vida en México en el periodo presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, como una labor continuada de aquella tarea titánica de recopilación que hizo tres décadas atrás el escritor José Emilio Pacheco.
Dentro de su serie ``Memorias mexicanas'', la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) no interrumpe la labor difusora alrededor de Novo, y después de reditar los tres volúmenes iniciales de La vida en México (relativos a los sexenios de Lázaro Cárdenas, Manuel Avila Camacho y Miguel Alemán), emprende ahora la tarea de publicar por vez primera, en forma de libro, una obra capital para la literatura mexicana: las más de mil 500 páginas escritas por Novo en el periodo de Ruiz Cortines, convertidas en tres tomos sobre este lapso prolífico para el fundador del Teatro de Ulises.
A esa tríada, enriquecida con el prólogo de Antonio Saborit --de quien tomamos la primera frase de esta nota-- le seguirán cuatro tomos más que se editarán a lo largo de 1997 y 1998: dos se ocuparán de los escritos en el sexenio de Adolfo López Mateos; uno para el de Gustavo Díaz Ordaz y otro en el de Luis Echeverría, que Novo recreó hasta diciembre de 1973, cuando dejó de escribir semanas antes de su muerte, el 13 de enero del 74.
Los prefacios de los futuros periodos serán de Sergio González Rodríguez y Antonio Saborit, alternadamente; la investigación hemerográfica y el índice onomástico han sido realizados en todos los casos por la historiadora Lligany Lomelí y el cuidado editorial es de Alvaro Uribe, de la Dirección General de Publicaciones del CNCA.
``De alguna manera es revivir a Novo y crear obras totales que no existían'', comenta Uribe, al añadir que los libros ocuparán la atención de cualquiera que le interese ``la buena lectura y la buena prosa''. Coordinador del proyecto, indica que curiosamente en los años cuarenta ``Novo se pensaba como un escritor desperdiciado en el periodismo, por lo que quizá con estos volúmenes de una década posterior aquel añejo desdén de sí mismo como periodista se lea hoy como literatura de altos vuelos''.
Pero no sólo el CNCA desarrolla proyectos en torno del impulsor de Contemporáneos. Con el apoyo de la asociación Estudio Salvador Novo, AC, del autor de Nueva grandeza mexicana se preparan otras publicaciones: por un lado, Sergio González Rodríguez coordina la recopilación de crónicas, artículos y ensayos periodísticos que Novo dio a conocer entre las décadas 1920-40. El resultado será la mejor aproximación a ese joven universo escritural donde, dice González Rodríguez, ``Novo encuentra la voz que le va a situar como renovador de la prensa en México''. El título: Viajes y ensayos, dos tomos a cargo del Fondo de Cultura Económica (FCE), con textos de introducción del propio González Rodríguez, Antonio Saborit, más la investigación hemerográfica de Lligany Lomelí.
Por otra parte, en la Colección Archivos que coeditan en México el CNCA y el FCE al lado de otras instituciones de Argentina, Colombia, Francia, Italia y España, está prevista la edición crítica de la obra poética de Novo, coordinada por Carlos Monsiváis.
Puntualiza Uribe: ``Es costoso exhumar y editar libros, de manera que la reedición de la obra de Novo no es ni un esfuerzo aislado de un organismo ni una decisión caprichosa; es una necesidad.''
Un ejemplo es la tarea reiniciada casi 30 años después de que José Emilio Pacheco recopiló en 1968 los artículos de Novo durante el sexenio de Ruiz Cortines, y le recomendó al cronista de La vida en México postergar su publicación porque la época --la década de los cincuenta-- ``está demasiado cerca para ser historia y demasiado lejos para ser actual.''
Novo aceptó la suspensión temporal y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes retomó la tarea porque --añade Uribe-- ``hoy no hay reserva que valga; los personajes son tan absolutamente históricos, lejanos de nosotros y casi legendarios que ya no se justifica seguir reteniendo la edición''.
Amplía el coordinador que Pacheco ``prefirió ceder a otra generación la tarea de compilar, prologar la obra, y el equipo de seis personas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de alguna manera está midiendo el inmenso talento y capacidad de trabajo de José Emilio.''
Para el editor, los tres tomos sobre el gobierno de Ruiz Cortines son no sólo una forma de repasar la ciudad de México en los años cincuenta sino que se convierten en ``la historia viva y la crónica directa del teatro'' en aquella época. Por eso serán invaluables para actores, directores, críticos y dramaturgos que tendrán el testimonio del Novo productor, escritor, director e, incluso, actor de algunas de las obras más importantes de entonces.
Y es que el primer volumen abarca 1953 y 1954, años en los que Novo echa a andar su Teatro de la Capilla y lleva a escena piezas de André Roussin, Guido Cantini y Cesare Giulio Viola, entre otros. Adelanta Uribe que cuando la edición de este sexenio de La vida... esté completa, se organizará una celebración en el propio teatro en Coyoacán.
Con el proyecto que nos ocupa, Uribe ``espera que el público se interese por igual en la obra que en la vida del autor de Nuevo amor. Sin embargo --recalca-- resulta difícil porque se trata de escritos autobiográficos, de textos en que Novo se escuda en la persona pública. Otra vez en ellos oculta buena parte de su intimidad; publica lo que se puede publicar en los periódicos de entonces y su vida íntima prácticamente no es mencionada en ninguno de los artículos, ni sus opiniones sobre personajes. En la serie es patente una de las críticas que recayeron sobre él: no hizo comentarios adversos sobre la gente del poder público o de la iniciativa privada que le podía ofrecer algún apoyo. Con esas salvedades, con esta forma de construir una persona pública, puede decirse que Novo es un individuo que queda pospuesto detrás de todo aquello que él quiere que creamos que es.''
Convencido de que Novo contará con una enorme cantidad de lectores jóvenes que no tuvieron oportunidad de leerlo en los periódicos, Uribe tiene la certeza de que entre la vastedad de textos sigue habiendo mucho material ``que todos los editores perseguimos.''
``Se sabe de la existencia de unas memorias íntimas de Novo, mucho más íntimas que las que ahora publicamos, que también sería de nuestro interés publicar'', adelanta al tiempo de calificar --como lo ha hecho Antonio Saborit-- que el libro ahora surgido es el mejor diario público hasta el momento de un autor por demás integral: insustituible periodista y poeta innovador que tomó riesgos.
Por cierto, en su amplio prólogo ``El fantasma en el espejo'', Saborit hace un recuento de la febril actividad periodística de Novo en el ámbito teatral. Y dice que la voz del escritor fue:
``Una de las más autorizadas en el periodismo de opinión. Tal vez se pueda pasar por alto su valor como director o como autor teatral; pero no se podrá evaluar con la debida justeza el impacto social de su columna entre algunas de las minorías activas de la ciudad de México si se pasa por alto el peso de la cuerda teatral en el tan singular estilo personal de Salvador Novo, su deseo de realizar en ella la ilusión, la empatía'', concluye el investigador al situar a Novo como ``una de las prosas más civilizadas de nuestras letras''.