La Jornada 24 de enero de 1997

Excesivo peso de anticastristas en la política de EU hacia Cuba, revela informe

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 23 de enero Ť La Fundación Nacional Cubano-Americana y sus representantes han invertido 3.2 millones de dólares en moldear la política estadunidense hacia Cuba durante los últimos siete años, ejerciendo así una influencia ``excesiva'' que ha distorsionado el debate sobre el bloqueo a la isla, según un informe divulgado hoy.

Como para subrayar el punto, el presidente Bill Clinton reiteró este jueves su apoyo al bloqueo y sugirió que el acuerdo que Canadá firmó ayer con Cuba no representa un avance para la situación de los derechos humanos en la isla. El convenio, firmado por el canciller canadiense Lloyd Axworthy y el gobierno de Fidel Castro, fue nota de primera plana en los principales diarios de Estados Unidos, pero Clinton subrayó su respaldo a la política de aislamiento y bloqueo económico contra Cuba. ``Creo que nuestra política es la apropiada'', afirmó.

Sin embargo, según el informe difundido hoy, la política de Clinton hacia la isla es en gran parte producto de la influencia de un sector cubano-estadunidense. Aunque empresas mexicanas, como el Grupo Domos, y canadienses, como Sherrit, gastaron cientos de miles de dólares para intentar influir en el debate sobre la ley Helms-Burton, el documento del Centro para la Integridad Pública sostiene que esa ley para endurecer el bloqueo, promulgada en 1996, fue redactada con la asistencia de abogados que actuaban en favor de intereses de empresas tales como Bacardí, que se benefician con esa legislación, que fue promovida mediante contribuciones financieras a campañas políticas.

``La Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) y su director, Jorge Mas Canosa, han creado una fuerza de cabildeo que es, dólar por dólar, quizá la más efectiva en Washington'', declaró hoy Charles Lewis, director del Centro para la Integridad Pública. ``El debate ha sido distorsionado y no balanceado, y pienso que ese grupo tiene una influencia excesiva''.

El informe de 99 páginas presentado hoy traza los orígenes de Mas Canosa desde su nacimiento en Cuba, su fuga de su país y su gradual acumulación primero de poder económico mediante su empresa de construcción, y después de poder político a través de la FNCA. Uno de los triunfos más grandes de la Fundación, según el centro, fue el papel que jugó al convencer al entonces representante (hoy senador) demócrata Robert Torricelli --originalmente en pro de un levantamiento parcial del embargo-- de cambiar su posición a favor de la implantación más severa del bloqueo.

El Centro informa que durante el periodo en que Torricelli varió su postura, el representante empezó a percibir contribuciones de la FNCA que eventualmente sumaron los 120 mil dólares. Sin embargo, esta aseveración provocó una dura reacción del vocero del ahora senador Torricelli, Jim Jordan, quien calificó el informe de ``estú- pidamente simplista, intelectualmente deshonesto y racista''.

Jordan alegó que Torricelli siempre ha apoyado el bloqueo económico, y que su posición sobre Cuba se endureció todavía más después de una reunión con Fidel Castro, a fines de los ochenta. Señaló además que la investigación del Centro para la Integridad Pública fue financiada por una fundación en Washington que ha invertido mas de un millón de dólares en promover un cabildeo contra del bloqueo.

En su conferencia de prensa de hoy, los autores del informe indicaron que recibieron unos 60 mil dólares en donativos de tres fundaciones (entre ellas la Ford) para financiar el proyecto de investigación. Lo que ésta, titulada Juego de presión: Estados Unidos, Cuba y el Acta Helms-Burton, sostiene es que detrás del escenario público, un pequeño grupo de cubano-americanos de Miami ha utilizado su dinero e influencia para dominar el debate sobre la política estadunidense hacia Cuba.

La FNCA y sus directivos han aportado un 73 por ciento de todos los fondos donados a campañas políticas por agrupaciones involucradas en cabildeo de asuntos cubanos. Además de Torricelli, entre los políticos que han recibido fondos de la fundación de Mas Canosa figuran los tres legis- ladores de origen cubano, el senador Ernest Hollings (quien recibió en total 65 mil 850 dólares) y el senador Jesse Helms (65 mil 447).

Pero según los autores del documento, la FNCA no fue el actor principal en la promoción de la Helms-Burton. El informe revela que asesores de Helms dependieron en gran medida de un grupo de abogados que representaban a empresarios que podrían beneficiarse al obtener el derecho de presentar demandas legales bajo la Helms-Burton, una vez promulgada ésta.

Entre estos abogados estuvieron Nicholas Gutiérrez, de Miami, representante de dueños de ingenios azucareros y otros que perdieron propiedades después de la revolución, y Otto Reich, ex embajador en Vene- zuela y abogado que representa a Bacardí Internacional, empresa que era propietaria de una planta de ron en Santiago de Cuba, confiscada en 1960.

Según el documento, a estos abogados y a otros como ellos, que representaban a clientes que podían beneficiarse con la nueva ley, se les permitió hacer sugerencias sobre el texto y frases que podrían incorporarse en el borrador de la legislación.

Al mismo tiempo, había un cierto número de empresas que promovían un cabildeo contra la Helms-Burton, incluyendo Amstar, Boise Cascade y Colgate Palmolive. Documentos oficiales del gobierno estadunidense proporcionados por los autores a La Jornada también demuestran que el Grupo Domos pagó a la empresa Hill and Knowlton Inc., 10 mil dólares mensuales para cabildear contra esa legislación. ``Estas empresas tuvieron éxito al lograr concesiones legislativas, pero no podían lograr su objetivo final de matar la iniciativa'', señalan los autores del informe.

A fin de cuentas, los autores admiten que estos cabilderos no violaron ley electoral estadunidense alguna, pero alegan que estos grupos y sus fondos lograron silenciar las voces de muchos académicos y analistas que habían argumentado a favor de una política de diálogo y no de aislamiento económico hacia Cuba. ``Hemos encontrado que una parte del exilio cubano... ha ayudado ha mantener y fortalecer una política que en otro caso podría haber sido muy diferente'', dijo el director del centro, Charles Lewis.

Sigue el enojo de EU por la visita del canciller canadiense

A todo esto, el senador republicano Jesse Helms criticó la visita del canciller canadiense a La Habana y la firma de acuerdos entre ambos países, y dijo que la actitud de Ottawa recuerda la del primer ministro británico, Neville Chamberlain, quien negoció con el gobierno de Adolfo Hitler y creyó que podía arribarse a acuerdos con él. Helms, además, recomendó a los canadienses ``revisar su principios'', pero al ser cuestionado sobre si se deben adoptar sanciones de algún tipo contra Canadá, el senador se pronunció en contra. El vocero del Departamento de Estado, Nicholas Burns, afirmó que el acuerdo cubano-canadiense no necesariamente promoverá cambios democráticos en la isla. ``No hay razón para creer que unos intercambios y seminarios sobre derechos humanos con dirigentes de un régimen autoritario vayan a tener resultados positivos'', señaló.

Por su parte, el canciller Lloyd Axworthy, reiteró que su país está convencido de que la cooperación con Cuba dará mejores resultados que el aislamiento para lograr una transición democrática en la isla, y que no espera que en seis meses haya en Cuba una comisión independiente de derechos humanos, pero que es positivo que ya ha empezado a hablar del tema con el régimen cubano. Sobre las críticas estadunidenses aseguró: ``no esperaba que la reacción de Estados Unidos fuera un ramo de flores''.