La Jornada 24 de enero de 1997

Punto muerto en Perú; Fujimori y el MRTA se dicen ``dispuestos a esperar''

Mireya Cuéllar, enviada, Lima, 23 de enero Ť El tono de voz de Néstor Cerpa Cartolini no transmite ningún tipo de emoción: ``Esperaremos el tiempo que sea necesario, a ver si el gobierno cambia de actitud, y si no cambia, esperaremos, pues... lo que el destino quiera que sea. Acá, nosotros hemos decidido ya nuestro destino, y no vamos a retroceder''.

La prensa internacional logró hoy establecer comunicación con Cerpa Cartolini, tan sólo para ratificar que tampoco los emerretistas están dispuestos a modificar su posición: la liberación de sus compañeros presos debe ser el punto medular en la agenda de negociaciones.

``Nosotros vamos a seguir esperando todo el tiempo que sea necesario. La unidad del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) que ingresó a la embajada ha venido a cumplir una misión, para nosotros militar. Esa misión tiene objetivos. Esperaremos el tiempo que sea necesario'', añadió el líder rebelde con un tono de tranquilidad.

Las cartas están sobre la mesa: el gobierno no quiere soltar a los emerretistas presos, y el comando que asaltó la residencia del embajador del Japón exige que sea precisamente ese el punto de partida para cualquier negociación.

Y mientras la Policía Nacional no deja de provocar a los emerretistas con sus vuelos rasantes y acercamientos a la puerta principal de la residencia, el presidente Alberto Fujimori hizo un viaje intempestivo de cinco horas a La Paz, Bolivia, donde platicó en privado durante dos horas con el mandatario de esa nación, Gonzalo Sánchez de Lozada.

El viaje inesperado de Fujimori levantó una serie de versiones en el sentido de que estaría buscando la anuencia de Bolivia para provocar un ingreso a la sede diplomática. El embajador de Bolivia en Lima, Jorge Gumucio, es uno de los 73 rehenes y el MRTA quiere la liberación de cuatro emerretistas detenidos en ese país a cambio del embajador. Morihisha Aoki y Gumucio son los únicos diplomáticos extranjeros que permanecen en la residencia.

Sin embargo, Fujimori ofreció una conferencia de prensa en La Paz para desmentir inmediatamente esa especie. Aludió a su origen asiático y dijo que ``tiene mucha paciencia para esperar'' a que los emerretistas cambien de opinión. Pero tampoco deja de repetir que si alguno de los rehenes fuera afectado en su integridad física, ``la lógica'' sería otra, en alusión a una posible acción de fuerza.

Asumiendo que su posición es ``inflexible'', Fujimori dijo desde La Paz --la conferencia fue transmitida en vivo al Perú-- que se va a ``mantener en esa línea. ¿Por qué retroceder ante un grupo que ha tomado una embajada?, ¿por qué retroceder ante un grupo que tiene una trayectoria de crimenes, de secuestros?

Asimismo, propuso a su anfitrión una estrategia común en la lucha contra el terrorismo que afecta a ambos países, y negó que el reforzamiento de la policía en torno a la residencia constituya una alerta de intervención militar.

En los alrededores de la embajada se presentó hoy un incidente cuando el coronel Julio Santillan, coordinador de todas las actividades operativas del ejército, cruzó con un aparatoso dispositivo los límites de movimiento en el área establecidos por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Cuando Santillán ingresó, un miembro del organismo humanitario se le acercó para reclamarle que su incursión ponía en peligro la integridad de Michel Minnig y de otros miembros de la Cruz Roja, quienes en ese momento se encontraban dentro de la residencia.

Santillán, vestido en traje de campaña, incursionó en los límites de la embajada acompañado de un comando que apuntaba a todos con sus lanzagranadas y fusiles de precisión. Uno de los elementos portaba un equipo de radio comunicación.

Las unidades antiminas siguen estacionadas muy cerca de la residencia, y los francotiradores de la policía, apostados en los edificios cercanos, permanecen en alerta. Más aún: esta madrugada un grupo de élite de la policía clausuró una de las puertas principales de la residencia al colocar maderas y clavarlas desde afuera. No hubo explicaciones sobre este hecho.

Los helicópteros, que empezaron haciendo vuelos rasantes por las mañanas, ahora también lo hacen por la noche. Como vuelan con las luces apagadas (llevan únicamente una cámara con luz inflarroja para inspeccionar en la oscuridad), el sonido de incierta procedencia pone nerviosos a los vecinos del embajador Aoki. La policía se empeña en no dejar tranquilo un solo momento a Cerpa Cartolini.

El líder emerretista comentó al respecto que Fujimori no está acostumbrado a negociar ni siquiera con la oposición política legal; ``está acostumbrado a imponer, entonces ésta es una muestra más de que antes de sentarse a negociar, quiere imponer sus condiciones''.

Este día se informó aquí que Japón expresó su confianza en que la propuesta Comisión de Garantes sea integrada rápidamente y en que se registren progresos en la solución de la crisis de los rehenes. El primer ministro japonés, Ryutaro Ha-shimoto, telefoneó a Fujimori para reiterarle el apoyo de su gobierno a una negociación para resolver el problema.

Por su parte, el Congreso peruano aprobó por amplia mayoría mantener en su cargos a los ministros, magistrados y congresistas rehenes del comando armado. Del mismo modo, dio luz verde a una moción en la que responsabiliza al comando de la salud de los rehenes