Por fin. Después de más de dos años de padecer la inverosímil historia que estuvo a punto de terminar con la existencia de Peter Parker como el único y original Hombre Araña, en octubre Marvel Comics terminó ese penoso episodio con la serie Revelations.
En junio de 1994 comenzó la pesadilla cuando se transformó por completo la historia del personaje más importante de Marvel. Después de 33 años de acostumbrarse a la idea de que Peter Parker era el Hombre Araña, resultó que todo había sido un fraude al conocerse la verdad: Parker era un clon de Benjamin Reilly, el verdadero héroe arácnido y a partir de ese momento ocupó su lugar. De tal forma que la saga iniciada en agosto de 1962 en el número 15 de Amazing Fantasy --la historia del debilucho ratón de biblioteca que sorpresivamente adoptó superpoderes al ser mordido por una araña radioactiva-- que un año más tarde daría paso al número 1 de Spider-Man se convirtió en una farsa. El resultado fue demasiado ficticio aun para la lógica de los comics.
Sin duda este cambio surgió como respuesta a la estrategia iniciada en 1992, por DC Comics, con la muerte y resurrección de Superman. Tom Lyle, guionista y artista de Marvel que participó en la trama del clon, mencionó que a diferencia de Clark Kent, Peter Parker desaparecería para siempre. Sin embargo, la respuesta de los lectores fue contundente: las ventas --que ya estaban disminuidas-- cayeron, cancelaron suscripciones e incluso formaron grupos de protesta como el llamado Los expatriados del Hombre Araña.
Marvel corrió el riesgo y perdió. El público dio su veredicto y Peter Parker debería volver al centro del escenario. La editorial no podía menos que obedecer a la práctica iniciada en 1962 por Stan Lee (padre del llamado Universo Marvel), cuando disolvió la frontera entre creadores y lectores al publicar las cartas recibidas con sus respectivas respuestas. La reacción de Marvel inició en diciembre de 1995 cuando despidió a varios guionistas del Hombre Araña y el reto para el nuevo equipo era devolverle coherencia al personaje creado por el mismo Stan Lee, quien --durante su visita a México con motivo de la Conque 96-- se negó a opinar sobre el asunto, pero reconoció que había momentos en los que le gustaría volver a escribir las historias de sus personajes.
Parece que los escritores, entre ellos el mismo Tom Lyle, no aprendieron la lección, el resultado es la seudo-resurrección de Norman Osborn (alter ego de El Duende Verde), su principal enemigo, a quien suponíamos muerto y es precisamente él quien termina con la vida de Reilly, que antes de desintegrarse --según la lógica de la historia al morir un clon su cuerpo se desintegra-- confiesa a Parker ``...you are Spider-Man''. Nuevamente lo más increíble se hace realidad. Al final, lo único rescatable es que Peter Parker vuelve a ser el auténtico Hombre Araña.
Spider-Man es y sigue siendo el personaje más humano dentro de los comics de superhéroes, es un héroe, sí, pero también un hombre con familia y con una serie de problemas existenciales generados por la falta de sus padres y de su propia condición de héroe. Por tanto, es un personaje que merece mayor respeto.
La serie Revelations --publicada en cuatro números-- plantea nuevas incógnitas sobre el futuro del héroe y, sobre todo, en torno del destino de su pequeña hija que él supone muerta y en realidad fue robada por los cómplices de Norman Osborn en el momento de su nacimiento, algo completamente nuevo e inesperado. Aunque el viejo adagio predica que un clavo saca otro clavo, ojalá que este hecho no sea el inicio de otra historia inverosímil y sobre todo tan decepcionante como la del clon.