Interrogan a CSG 16 horas en Dublín
Elena Gallegos y Juan Manuel Venegas Ť El ex presidente Carlos Salinas de Gortari compareció por segunda ocasión ante el Ministerio Público Federal. Durante más de 16 horas contestó decenas de preguntas relacionadas con el asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, de cuya autoría intelectual se acusa a su hermano Raúl.
Lo anterior ocurrió el lunes pasado en la sede de la embajada de México en Dublín, en donde también se le interrogó sobre otros delitos que la fiscalía le imputa a su hermano mayor: enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y narcotráfico. El ex mandatario tuvo que responder, en total, a 216 preguntas.
En esta segunda presentación ministerial --la primera fue parte de las investigaciones del caso Colosio--, el ex mandatario fue asistido por el penalista Mariano Albor, quien desde finales de noviembre asumió su representación legal.
La diligencia ministerial efectuada en Irlanda fue ubicada por los abogados de Raúl en ``la última etapa'' del desahogo de pruebas en el juicio que se le sigue por homicidio y cuando la defensa ha decidido llamar como testigos de descargo a Justo Ceja, Ignacio Ovalle Fernández y Hugo Andrés Araujo.
Incluso, se mencionó que entre el 26 y el 27 de diciembre del año pasado, ya por conducto de Albor, Salinas habría presentado una ``primera declaración por escrito'' sobre este caso. El texto estaría ``radicado'' en el juzgado tercero del penal de Almoloya de Juárez.
En esta declaración escrita, el ex presidente habría insistido en que desconocía los negocios que hizo su hermano. Sin embargo, rechazó que tuviera participación alguna en el asesinato de quien fuera secretario general del PRI.
También habría sostenido que Justo Ceja --su ex secretario privado-- siempre fue ``leal'' e ``institucional'', y habría señalado que no tiene ningún elemento para pensar siquiera que pudiera estar involucrado en el asesinato de Lafragua ni en el ocultamiento de evidencias.
El abogado de la familia Salinas, Juan Velázquez, declaró anoche que por sus conversaciones con ``don Carlos'', le consta que es el primer interesado en que se conozca la verdad, ya que el ex presidente considera que ``se han tejido muchas mentiras involucrándolo malamente en los homicidios de Colosio y Ruiz Massieu'', y que se le ha querido responsabilizar frente a la opinión pública, ``sin prueba alguna''.
Un comunicado emitido ayer por la Procuraduría General de la República (PGR) informó que la diligencia ministerial estuvo a cargo del subprocurador de Coordinación General y Desarrollo, José Luis Ramos Rivera; el coordinador general de Investigación de esa Subprocuraduría, Ismael Eslava Pérez, y el embajador mexicano en Irlanda, Daniel Dultzin Dubín, quien se constituyó como auxiliar del Ministerio Público Federal. Otros agentes del Ministerio Público participaron también en el interrogatorio.
A solicitud de la PGR, el embajador giró un citatorio a Carlos Salinas de Gortari para que rindiera su testimonio en relación con las averiguaciones previas SE/26/96, SE/40/96 ``y demás relacionadas, sobre las cuales se considera podría aportar información''.
Cabe recordar que el miércoles 27 de noviembre, cuando rindió su testimonio en relación con el caso Colosio --también en la sede diplomática mexicana--, Salinas contestó más de 300 interrogantes.
Lo fundamental de su comparecencia quedó resumido en la declaración que entregó al fiscal Luis Raúl González Pérez y que 24 horas después el ex presidente hizo pública a través de todos los medios de comunicación, por lo que no se descarta que en los próximos días Carlos Salinas decida dar a conocer también su versión de los sucesos de Lafragua.
En aquella ocasión, Salinas de Gortari calificó de ``falsas e irresponsables'' las versiones que lo vinculaban con el crimen del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio, y dijo que atentaba ``contra la legitimidad de nuestras instituciones y la estabilidad de nuestro país el sugerir que, desde la Presidencia de la República, pudiera haberse concebido aquel delito cuya consecuencia ha sido nada menos que trágica''.
Negó que hubiese ruptura entre él y Colosio; sostuvo que conoció el polémico discurso del 6 de marzo antes de que fuese pronunciado; descartó enfáticamente que le hubiese sugerido que retirara su candidatura, aunque admitió que ``resultó equivocado'' designar a Manuel Camacho Solís --quien se quedó en el camino a la candidatura priísta--, en el cargo de comisionado para la paz en Chiapas, ya que actuó de manera ``protagónica'' y ``desató mayor tensión''.
Esa fue, en síntesis, la versión que el ex presidente defendió en torno al contexto que rodeó el asesinato de Lomas Taurinas.
Antes del testimonio de Salinas, la opinión pública pudo conocer el de su más cercano colaborador, José Córdoba Montoya, quien luego de presentarse ante el Ministerio Público el 16 de octubre, inesperadamente aceptó el reto lanzado por diputados perredistas de la Comisión Colosio y compareció ante ellos para responder a todas sus preguntas.
La percepción que se tiene en medios políticos del ex presidente es diametralmente opuesta a la que produjo cuando, antes de salir del país en marzo de 95, realizó una huelga de hambre, o cuando, en diciembre de ese mismo año, envió una carta en la que acusó al ex presidente Luis Echeverría de dirigir una ``ofensiva'' en su contra, en la que involucró lo mismo a Porfirio Muñoz Ledo que a Adolfo Aguilar Zínser, a Agusto Gómez Villanueva e Ignacio Ovalle Fernández, quienes han seguido trayectorias opuestas.
En esa ocasión, Carlos Salinas aseguró que se le quería convertir en ``el villano favorito''.
Un año después, en la declaración escrita del caso Colosio, el ex presidente empleó un tono más mesurado y hasta conciliador por lo que, desde entonces, columnistas y analistas políticos atribuyen esto a una campaña en medios lanzada desde Dublín para restañar la imagen del ex presidente y preparar un posible regreso.
De hecho, se habló con insistencia de que Carlos Salinas de Gortari pretendía visitar el país con motivo de las fiestas decembrinas, pero se dijo entonces que ``algunos de sus asesores'' le habrían convencido de lo contrario. Quizá por eso, sólo su esposa, Ana Paula Gerard, viajó a México.
La calavera, la vidente y otros enredos
La decisión de interrogar al ex presidente por el caso Ruiz Massieu se tomó el año pasado, luego de que fuese aprehendido el teniente coronel del Estado Mayor Presidencial, Antonio Chávez Ramírez, ex jefe de la escolta de Raúl Salinas.
Según la declaración ministerial de este oficial, Carlos Salinas de Gortari les habría agradecido a él y a otros escoltas, en un encuentro sostenido en Nueva York, ``la lealtad'' que mostraron a su hermano mayor, y les habría dado 5 mil dólares para costearles un curso ``de inglés'' en Londres.
Este testimonio de Chávez Ramírez se ubica en la época en la que comenzó el declive de Chapa Bezanilla y el de su jefe Antonio Lozano Gracia.
Fue la época del hallazgo de la calavera en la finca El Encanto, propiedad de Raúl Salinas, y cuando se vinculó a este suceso a la vidente Paca, los guardaespaldas y la ex amante María Bernal.
Pero el caso se fue enrendando más y más. Tanto que el procurador panista y su fiscal --para entonces ya había sido relevado del caso Colosio--, terminaron por ser destituidos.
Comenzaron a circular escandalosas versiones en torno a las maneras en las que Chapa había manejado la investigación y resultó que ni la calavera era de Manuel Muñoz Rocha, artífice del asesinato por órdenes de Raúl --según la hipótesis de Chapa--, ni la vidente había contribuido con sus dones al hallazgo, y los testigos no actuaban de buena fe, ya que ahora se asegura que hasta dinero les habían dado. Lo mismo al principal acusador, Fernando Rodríguez González, que a La Paca.
Por eso, en la última semana de noviembre pasado, Eduardo Luengo, abogado de su hermano Raúl, envió al ex mandatario el expediente completo de los delitos que la fiscalía a cargo de Pablo Chapa Bezanilla, le imputaba. Entonces se supo que Paulina Castañón, esposa de Raúl, se entrevistaría también con él.
Con tanto enredo y contradicciones de los testigos, Luengo decidió agregar al expediente el testimonio del teniente coronel Chávez Ramírez, así como un detallado informe de la localización de los restos en la finca El Encanto que, en principio, se hizo creer a la opinión pública podrían ser los de Muñoz Rocha.
Ya con todos esos elementos, comenzó la asistencia legal de Albor, quien habría viajado a Dublín por esas fechas para preparar tanto la declaración escrita como el interrogatorio.
Mientras tanto, la llegada de Jorge Madrazo Cuéllar a la PGR y la designación de José Luis Ramos Rivera como nuevo encargado de las pesquisas, abren por lo menos la expectativa de que toda la maraña de hipótesis y contrahipótesis, acusaciones y contraacusaciones, pueda algún día desenredarse.
Por lo pronto el lunes en Dublín, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari volvió a comparecer ante el Ministerio Público Federal.