IRLANDA: 25 AÑOS DEL DOMINGO SANGRIENTO
Afp y Reuter, Londonderry, 2 de febrero Ť Más de 15 mil personas desfilaron este domingo en Londonderry, encabezadas por las familias de los 14 civiles que hace 25 años murieron por disparos del ejército británico durante el Domingo Sangriento, y exigieron una nueva investigación sobre esa matanza.
Enarbolando 14 cruces blancas, una por cada víctima, así como fotografías, las familias marcharon mientras se escuchaban gaitas irlandesas y otros manifestantes desplegaban banderas tricolores de Irlanda o insignias nacionalistas.
Mezclados entre la multitud, marcharon Gerry Adams, líder del Sin Feinn, brazo político del Ejército Republicano Irlandés, y su número dos, Martin McGuinnes.
McGuinnes, sobreviviente de esa matanza, reiteró en su discurso su llamado a una ``investigación pública internacional'' sobre los sucesos del 30 de enero de 1972, citando revelaciones sobre la actitud del ejército de Gran Bretaña aparecidas en un reciente libro de un testigo que, subrayó, ``exponen ante la mirada de todos al gobierno y al aparato militar británico'' como lo que son.
Poco antes, en declaraciones al canal de televisión Sky, Adams sostuvo que el primer ministro británico, ``John Major, tiene la responsabilidad de crear una comisión independiente sobre esos muertos, porque hasta ahora nadie ha sido puesto en tela de juicio''.
El 30 de enero de 1972, paracaidistas británicos dispararon contra católicos no armados que marchaban para exigir al gobierno provincial pro británico el respeto de los derechos civiles, dando muerte a 13 de los manifestantes; otros 15 resultaron heridos, uno de los cuales falleció poco después.
``Durante el Domingo Sangriento, tropas británicas llegaron a esta ciudad, asesinaron a 14 irlandeses y después fueron condecorados por la reina'', dijo McGuinnes, al referirse a los honores que recibió el Regimiento de Paracaidistas por sus servicios en Irlanda del Norte.
La investigación sobre la matanza no condujo a ninguna condena. Concluyó que el ejército respondió, pero sin encontrar pruebas de los disparos contra los soldados ni el mínimo indicio de que las víctimas hubieran estado armadas.
La marcha de este domingo, una de las más grandes que se hayan registrado en la segunda ciudad más importante del Ulster, culminó una semana de actos para presionar a Londres a que realice una nueva investigación sobre los sucesos del Domingo Sangriento.