La Jornada martes 4 de febrero de 1997

Fernando Benítez
La crisis

En la actualidad leer los periódicos o escuchar los noticieros es para volverse loco. Los medios de comunicación reflejan a diario la crisis, las muchas crisis que sufre nuestro país. Es el marco trágico en que vivimos. Es la crisis económica: el empobrecimiento de los mexicanos, la sequía en varios estados de la República, la quiebra de los bancos y el triunfalismo de los funcionarios públicos. Es la crisis política: las luchas de los partidos, la arrogancia del PRI, que ha ganado todas las elecciones presidenciales durante 65 años, recurriendo a cohechos y trampas; es Carlos Salinas de Gortari y su hermano mayor, el multimillonario Raúl; y son los fantasmas de Colosio, Ruiz Massieu y el cardenal Posadas. Es la crisis social: la inseguridad terrible que vivimos; son los barrenderos de Tabasco en huelga de hambre, el aparecer desnudos ante los púdicos diputados; son los indios en la miseria, los indocumentados que tratan de pasar a Estados Unidos en busca de trabajo afrontando peligros mortales, y son los miembros del EZLN y demás grupos que se han levantado en armas. Son los plantones de todos los agraviados por el sistema y en el centro de todo está una de las mayores crisis que ha sufrido México. Pero ¿no hemos vivido siempre en crisis?

Se desentierra a los muertos y una llamada vidente ubica los huesos de Muñoz Rocha en una finca propiedad de Raúl Salinas de Gortari. Los mexicanos estamos en llamas, violentados y perplejos.

Juárez, en 1833, hacía un diagnóstico del país: ``Las opiniones encontradas, exaltadas las pasiones, el Poder Ejecutivo vacilante y sin prestigio, la administración de justicia en su total abandono, exhausto el erario, la milicia reducida a una completa nulidad...''. Este panorama, con ligeras variantes, es similar al que sufrimos hoy en día.