La Jornada 5 de febrero de 1997

EU debe mantener su papel estelar: Clinton

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 4 de febrero Ť El presidente Bill Clinton declaró esta noche que la expansión del libre comercio a todas las Américas será una de seis prioridades de su política exterior durante los próximos cuatro años de su segunda presidencia, y anunció que visitará la región en la primavera.

Asesores de la Casa Blanca informaron que el presidente había considerado anunciar la fecha de su visita a México durante su informe anual ante el Congreso, conocido como el discurso sobre el Estado de la Unión, esta noche, pero negociaciones de último minuto para cotejar los calendarios de Clinton y su esposa postergaron el aviso, que aún se espera esta semana. Sí declaró que los estadunidenses deberían estar orgullosos por el apoyo que ofrecieron a México durante su crisis.

Clinton inició su discurso enumerando los logros en los primeros cuatro años de su presidencia, y declaró: ``No enfrentamos ninguna amenaza inminente, pero sí tenemos un enemigo: la inacción'', y que por lo tanto emitía un llamado para ``preparar a Estados Unidos para el siglo XXI''.

Por mucho, la sección más amplia del discurso de una hora de duración presentado por Clinton fue dedicado a su propuesta para realizar una ``cruzada nacional'' para mejorar la educación en Estados Unidos. Hablando desde un podio al centro de la Cámara del Congreso, sostuvo que ``cada niño de ocho años tiene que saber leer; cada niño de 12 tiene que poder ingresar a Internet; todo joven de 18 tiene que poder acudir a la universidad, y cada adulto tiene que poder continuar aprendiendo''.

Dijo que la educación será su prioridad principal para los próximos cuatro años y detalló un programa de diez puntos de acción, que incluye metas nacionales para todo estudiante y fondos adicionales para ayudar a escuelas a nivel local. ``Tenemos que hacer que la educación estadunidense sea como el propio Estados Unidos: la envidia del mundo'', afirmó.

En un discurso interrumpido por aplausos 41 veces, Clinton subrayó que aunque Estados Unidos goza de una robusta economía y niveles de prosperidad sin precedente, los desafíos que el país enfrenta son tan grandes como en cualquier momento de su historia en tiempos de paz. Ofreció una serie de llamados que complacieron a todos sobre asuntos universalmente aceptables: el fortalecimiento de la familia y la comunidad, impuestos más bajos, protección de los ancianos y cómo sanear las heridas de las divisiones raciales.

Aunque gran parte del discurso fue dirigido más al publico televisivo nacional, el presidente también habló directamente a los legisladores, al declarar que ellos tenían que cumplir con las ``tareas incompletas'' de su última sesión. Pidió al Congreso trabajar junto a él para implantar las reformas del sistema de bienestar social que promulgó el año pasado, advirtiendo que ahora el reto es crear los empleos para los que antes vivían del welfare; pero señaló que insistirá en que algunos de los recortes en asistencia a los inmigrantes legales bajo esta enmienda sean restaurados: ``No hacerlo sería indigno de una gran nación de inmigrantes''.

En otra referencia al tema, destacó que este país siempre ha sido ``una nación de inmigrantes'', y resaltó en particular el caso de Frank Tejeda, ex representante por Texas, quien murió recientemente, comentando que ``un americano orgulloso cuya familia provino de México'', y destacó que Tejeda fue un veterano de Vietnam condecorado, que luchó por su país en la guerra y continuó a su servicio en el Congreso.

Clinton enviará su propuesta de presupuesto federal al Congreso el jueves y esta noche declaró que trabajará de cerca con los legisladores, no sólo para lograr un acuerdo, sino para asegurar que para el año 2002 aquél quede balanceado. También invitó a la legislatura a aprobar una iniciativa para reformar el sistema de financiamiento de campañas electorales antes del Día de la Independencia (el 4 de julio), y pidió a los televidentes escribir o llamar a sus legisladores para presionarlos a que la promuevan.

Preservar el papel estelar en el mundo

En el rubro de las relaciones internacionales, Clinton reiteró la necesidad de asegurar que Estados Unidos permanezca como el país con el papel principal en los asuntos mundiales. Refiriéndose a la victoria de la guerra fría, dijo: ``Hoy más gente que nunca comparte nuestros ideales e intereses''. ``En el hemisferio -insistió- todos los países viven bajo la democracia, con la excepción de uno, y su día pronto llegará'', en obvia referencia a Cuba.

En una alusión a México, dijo: ``Todos deberíamos estar orgullosos de que Estados Unidos haya encabezado el esfuerzo para rescatar al vecino de su crisis económica, y todos deberíamos estar orgullosos de que el mes pasado México repagó con tres años de anticipación, con 500 millones de dólares de ganancia. Y las exportaciones a ese país están hoy más altas que nunca''.

En torno a América Latina, la mención se ubicó en la promoción del llamado consenso de la Cumbre de las Américas, al centro del cual está crear una área de libre comercio hemisférica. Como se esperaba, Clinton solicitó al Congreso proceder rápidamente con la aprobación de una legislación que otorga al Ejecutivo la autoridad para negociar tratados mercantiles -la ``vía rápida''-, clave para promover la ampliación del régimen de libre comercio a las Américas.

Reiteró los argumentos bien conocidos aquí de que la expansión del comercio exterior genera empleos en Estados Unidos: ``pero esto se trata más que de una cuestión económica. Al ampliar el comercio, podemos avanzar la causa de la libertad y la democracia''. Y continúo: ``no hay mejor ejemplo de esta verdad que América Latina, donde la democracia está en marcha. Por eso visitaré la zona en la primavera, para refortalecer nuestros importantes vínculos''.

En los otros cinco puntos, además de la promoción del libre comercio, en su agenda de política exterior incluyó la solicitud al Congreso para que apruebe el tratado de prohibición de armas químicas, apoyar la ampliación de la OTAN, mejorar las relaciones con Rusia y ayudar a fortalecer el papel del país en Asia y en la cuenca del Pacífico. También destacó la necesidad de emprender acciones concertadas contra las nuevas amenazas internacionales a Estados Unidos, e identificó al narcotráfico y al terrorismo entre éstas. Al mismo tiempo se refirió a la necesidad de mantener un financiamiento adecuado para el Pentágono, así como para la asistencia exterior, como parte de este esfuerzo.

Respecto a la guerra antidrogas, asunto interno como externo, declaró que su ``presupuesto balanceado incluye el esfuerzo más grande para detener los narcóticos en su origen, castiga a sus promotores y educa a los jóvenes para que sepan que estos son malos, que son ilegales, y que los matará''.

También reiteró la importancia de ``mantener el papel de Estados Unidos como una fuerza por la paz y la libertad'', mencionando en este contexto los conflictos en Bosnia, Irlanda del Norte y Medio Oriente.