La Jornada 6 de febrero de 1997

Todavía no declaramos la guerra: EPR

Blanche Petrich /I Ť El 10 por ciento de los comunicados y declaraciones del Ejército Popular Revolucionario (EPR) llegan a encontrar eco en algún medio de prensa. Evidentemente esto preocupa a la comandancia general de esta organización porque, explica la comandante Carmen, se conocen sus acciones militares pero poco o casi nada de sus propuestas políticas.

Desde julio del año pasado, cuando reveló su existencia en el vado de Aguas Blancas, ha aparecido en comunidades en lo que llama ``acciones de propaganda armada'' en cerca de 200 ocasiones. ``Y nos encontramos con que ya nos están esperando; con que hay entusiasmo por oír nuestra alternativa. Y muchos jóvenes buscan incorporarse''. El comandante Oscar asegura que en esas ocasiones ``aflora el subterráneo'' de la tradición combativa mexicana. Este es el rostro desconocido del EPR, dicen sus jefes.


Dirigentes del EPR deliberan durante la conferencia de
prensa con reporteros.
Foto: Pedro Valtierra

En medio de un operativo de estrictísimas medidas de seguridad, que incluyen una reclusión del grupo de periodistas durante 24 horas en un cuarto forrado de manta y vinil, parte de la comandancia eperrista cita nuevamente a la prensa.

La información de los jefes guerrilleros incluye un análisis militar sobre la reciente restructuración del Ejército Mexicano. Según ellos, el presupuesto militar se triplicó de 5 mil 414 millones de pesos en 1993, a 15 mil 657 millones en 1996.

Esta readecuación con fines contrainsurgentes incluye, según un comunicado, el incremento de 175 mil efectivos en 1994 a 229 mil en 1997. Comprende también la creacion de unidades de tropas especiales, como la Fuerza Tarea Arco Iris con 10 mil efectivos, la creación de dos zonas militares adicionales y dos batallones élite de operaciones en la selva.

Es, dice el comandante Vicente, la ``guerra declarada''. Añade: ``hasta antes del primero de septiembre del año pasado había una guerra no declarada del gobierno contra el pueblo. Después de esa fecha, cuando Zedillo planteó toda la fuerza del Estado contra el EPR y por extensión contra el pueblo, así lo entendimos''.

La respuesta del EPR: Según el comandante Oscar: ``autodefensa revolucionaria. No hemos declarado la guerra todavía, porque consideramos que eso corresponde ya a otro grado de desarrollo''.

Más que propicia para la vida clandestina parece de pronto la metrópoli caótica, sus venas subterráneas del Metro perfectas para el traslado de los conspiradores en medio del anonimato de las multitudes, las callecitas oscuras de los barrios populares el mejor sitio para los contactos furtivos. Seis periodistas confluyen finalmente a la hora de la cena en un cuarto desconocido, después de viajar con los ojos cerrados, caminar mirando al piso, obedecer orientaciones de seres con los que uno se topa como por accidente en algún puente peatonal.

El pretexto para la cita con la prensa es el 80 aniversario de la Constitución, ``que prácticamente desde su nacimiento ha sido letra muerta'', y para reiterar una de sus banderas: ``es necesaria una nueva Constitución, pero que sea el pueblo el que la elabore, la lleve a la práctica y le dé su contenido''.

Como único uniforme, unas servilletas grises con pequeños agujeros que sólo dejan ver el iris de los ojos cubren las cabezas de todos los rebeldes, tanto las de la docena de combatientes que resguardan la casa de seguridad como las de los comandantes Oscar, Victoria y Vicente y la mayor Carmen. El pañuelo les da un aire de pájaros tristes. La expresión queda a cargo de las manos.

--Hasta hoy el esfuerzo militar ha caído en el vacío, son como un gran elefante tratando de cazar un animal pequeño, más ágil, concluye Oscar en su análisis militar.

--En agosto del año pasado ustedes hicieron una acción muy espectacular y desde entonces no hemos visto otra del mismo nivel. Podría dar la impresión de que las detenciones en Oaxaca y Guerrero les han causado dificultades operativas al punto de que no han podido repetir acciones como esa...

--Las detenciones en Oaxaca y Guerrero tienen como fin tratar de dar una impresión de que nos han golpeado militarmente. Pero la gran mayoría de la gente detenida no tiene relación con nosotros; son activistas o gente civil. Nosotros sólo tenemos a dos compañeros del EPR que están en Almoloya y otro más, el compañero Rafael, de Guerrero, desaparecido. Una de nuestras políticas desde nuestro surgimiento es hablar con la verdad, reconocer dónde nos ha golpeado el enemigo.

--¿Quiénes son los que están en Almoloya y cuándo cayeron?

--Son José Luis García y Sergio Bautista, detenidos el 28 de agosto cuando se dirigían a realizar una acción de propaganda en Huixquilucan, estado de México.

El compañero Rafael fue detenido en el estado de Guerrero y hasta la fecha está desaparecido, aunque el gobernador de Guerrero reconoció su detención y no ha sido presentado.

--¿Cómo se desarrolla, cómo está el frente urbano?

--Desde hace años hemos venido impulsando nuestras unidades urbanas. No hemos accionado desde el punto de vista militar a toda nuestra capacidad. Los lugares donde se han llevado acciones están bajo un plan, una estrategia. Acciones urbanas han habido en Oaxaca, en zonas conurbadas del Distrito Federal, estado de México, Neza, Ecatepec, Texcoco...

--Muchos de sus documentos son muy críticos al papel de Estados Unidos en la historia de México. Considera acciones contra blancos estadunidenses. Han escogido lugares turísticos pero no han actuado contra turistas...

Oscar: --Hablamos de que el enemigo principal al que nos estamos enfrentando es la oligarquía financiera entrelazada con el gran capital financiero trasnacional. Nuestras acciones van orientadas contra los pilares de esa oligarquía, las fuerzas armadas en el país, los cuerpos policiacos. Y en la medida en que esa intervención del gran capital se siga intensificando y llegue a adoptar formas militares de intervención, que de hecho ya lo está haciendo a través de la asesoría militar directa y el envío de armamento diverso al Ejército Mexicano, en la medida en que haya mayor intervención y mayor compromiso en la represión contra el pueblo, en ese sentido nuestra organización analizará la conveniencia de implementar acciones contra esa intervención.

--No la descartan, entonces.

--No la descartamos.

--¿El secuestro es o seguirá siendo una táctica de ustedes para el financiamiento del movimiento?

--Públicamente lo hemos reivindicado como una forma de obtención de recursos para financiar aspectos de la lucha armada revolucionaria.

--¿Ustedes reivindicaron el secuestro de Alfredo Harp?

--No fuimos nosotros.

--¿Ricardo Name Aboumrad?

--Tampoco.

--¿Quiénes?

--No podemos hacerlo público.

--Ahora, según dicen, están en la etapa de la propaganda armada. ¿En qué condiciones pasarían a una etapa de hostigamiento?

Victoria: --No necesariamente desarrollamos sólo la propaganda armada revolucionaria, hemos desarrollado también acciones militares con un sentido político y con objetivos muy precisos. No estamos esperando determinadas condiciones para declarar la guera, no. Nuestro planteamiento no es hacer la guerra sino dar una salida militar a un problema cuyas causas son muy claras, muy concretas, y no son otras que las condiciones políticas, la miseria en que vive el pueblo, la marginación, la represión, la opresión.