René Drucker Colín
Dos pobrezas

El país tiene como característica cotidiana la imagen de la pobreza. En los últimos años, gracias a las políticas neoliberales, esa pobreza asoma cada vez más la cara y se ha convertido en una pobreza que lastima. Por desgracia, se ve cada vez más difícil que la pobreza de la población en general se corrija tras tantos años de ineptitud, corrupción y falta de interés gubernamental por las necesidades del pueblo. Sin embargo, hay dos pobrezas que además de que lastiman, dan vergüenza, más aún porque podrían corregirse.

La primera es la pobreza televisiva. Por ejemplo: uno se pregunta cómo es posible que Televisa desperdicie tanto espacio temporal en la transmisión de una boda. Además, según parece, hasta repetición del evento hubo.

Yo no quiero demeritar la posible capacidad artística de los desposados, pero me pregunto: ¿qué no habrá sucesos o temas de interés más importantes que la boda de dos personajes acerca de los cuales uno se pregunta qué han hecho aparte de ser artistas de nivel medio? o ¿qué no podrá utilizarse el espacio para cosas más útiles que saber si el vestido que usa la novia es así o asado, o si los invitados vistieron de tal manera o quién fue o no fue a la boda? Realmente la pobreza espiritual de esta cadena televisiva da vergüenza. Aunque la otra no canta mal las rancheras.

La segunda pobreza es la de diversos miembros de los partidos políticos, que constantemente aparecen haciendo declaraciones en los medios informativos. Si no fuera porque lo veo y lo leo cotidianamente, no puedo creer el nivel de discusión que se ha entablado entre partidos. Ese nivel es digno de conversaciones de lavadero, no hay una sola discusión de fondo. Sólo puedo pensar, entonces, que los gobernadores, diputados, presidentes de partidos, etcétera, deben de tener realmente muy poco qué ofrecer a la población, pues da la impresión que no pueden mejorar la imagen de los partidos que representan, más que a través de descalificar a los contrincantes con insultos y demás sandeces.

¿No sería más digno de sus presuntos niveles, que en lugar de estar manejando boberías y simplezas discutieran sobre sus programas, intenciones y propuestas concretas y en qué forma podrían éstas generar beneficios a la población en general, y que dichas propuestas fueran las que incitaran al pueblo de México a votar por tal o cual partido?

La pobreza espiritual de los diversos líderes de partidos políticos es otra vergüenza. Quizás por eso nos merecemos que la televisión ocupe tanto tiempo en bobería tales como la boda ésa. Seguro que tenían a todos los políticos capturados frente al televisor. Bueno, uno hasta fue capturado como testigo. Quizá por estas ocupaciones no tienen tiempo para desarrollar propuestas interesantes a la población; están ocupados en boberías ajenas y luego no da tiempo más que para generar las propias.