La Jornada 8 de febrero de 1997

Traslada Bucaram su gobierno a Guayaquil

Afp, Ap, Ansa, Dpa, Efe, Pl y Reuter, Guayaquil, 7 de febrero Ť El destituido presidente ecuatoriano Abdalá Bucaram, abandonó esta noche el palacio presidencial en Quito y se trasladó a su natal Guayaquil, desde donde, afirmó, seguirá gobernando el país y retó a su sustituto interino y líder del Congreso, Fabián Alarcón, a un duelo ``para que se gradúe como hombre y no usurpe el poder''.

En el país sigue reinando la confusión: Bucaram se niega a aceptar su destitución aprobada el jueves por el Congreso, que decidió nombrar en su lugar a Fabián Alarcón, quien también continúa reclamando el puesto, al igual que la vicepresidenta Rosalía Arteaga, quien alega que a ella le corresponde constitucionalmente.

Constitucionalistas y analistas afirman en tanto que el Congreso adoptó poderes que no le corresponden al nombrar a su titular como presidente interino y señalan que, en todo caso, sería facultad de la Corte Suprema nombrar al sustituto de Bucaram. Pero el presidente de la Corte afirmó que sólo se pronunciará ``cuando reciba un informe del Congreso''.

Y aunque el destituido presidente impuso un estado de emergencia nacional y suspendió garantías constitucionales la mañana de este viernes, las medidas no lograron ponerse en práctica al desconocer el alto mando castrense al titular de Defensa.

El viaje de Bucaram a Guayaquil se produjo después de una reunión que sostuvo con Arteaga, y su salida de Quito suscitó versiones de que el removido mandatario renunciaría tras haber llegado a un acuerdo con la vicepresidenta.

En ese encuentro participaron también altos mandos militares, quienes promovieron la entrevista para lograr una salida pacífica a la crisis, luego de reiterar que las fuerzas armadas no asumirán el control del país y se declararon neutrales hacia Bucaram, Arteaga y Alarcón. Hasta el cierre de esta edición, no habían trascendido detalles de la reunión, a la que desde un principio Alarcón, titular del Congreso, se negó a participar.

Bucaram, quien prácticamente estuvo sitiado durante tres días en el palacio de gobierno en la capital, reiteró desde Guayaquil que él es ``el único presidente constitucional de la república'' y que su gobierno ``sepultará'' el golpe de Estado que se intentó en su contra. También retó a Alarcón a encontrarse con él en la ciudad portuaria antes de las 18 horas de este sábado ``para que se gradúe de hombre y no usurpe el poder, o renuncie a su condición de político y de hombre''.

Bucaram afirmó que sectores que se oponen a su gobierno cuentan con todos los canales constitucionales para protestar en su contra, y que si se recurrió a su destitución por la vía del Congreso es porque sus detractores saben que en un juicio político ``el presidente de la república arrasará ante la historia''.

Antes de partir hacia Guayaquil, Bucaram invitó a líderes de los poderes Judicial y Legislativo a un diálogo para solucionar la crisis, y atribuyó su destitución a grupos que se oponen a sus intentos de solucionar el conflicto fronterizo con el vecino país de Perú.

Alarcón, por otro lado, convocó esta tarde una manifestación en la plaza de San Francisco de Quito, cercana al palacio presidencial, luego de que Bucaram decretó un estado de emergencia, con suspensión de garantías constitucionales de la población, por conducto de su ministro de Defensa, Víctor Bayas, quien afirmó que el decreto era necesario para evitar actos de violencia. Sin embargo, el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, general Paco Moncayo, aseguró en declaraciones a la radio que los militares no acatarían el estado de emergencia y no reconocían la autoridad de Bayas.

Se va o lo sacamos

La movilización presidida por Alarcón, en la que participaron unas 8 mil personas, fue disuelta con gases lacrimógenos por la policía y tuvo como saldo un muerto y cinco heridos. Ante la declaración de estado de emergencia, Alarcón dijo que si Bucaram no salía del palacio presidencial de Carondelet a las 18 horas, él y sus simpatizantes lo desalojarían por la fuerza para tomar posesión del gobierno del país. En un principio, medios locales informaron que el ultimátum había vencido sin que ocurrieran acciones de ese tipo, pero más tarde se informó que la policía impidió que Alarcón y miles de personas tomaran el palacio.

Luego, Alarcón se declaró en una huelga de hambre para retractarse tres horas después alegando que tal acción lo obligaría a abandonar su ``proyecto democrático''.

Ante el apoyo que recibió su convocatoria a la manifestación, Alarcón instó a las fuerzas armadas a apoyar ``su gobierno'', para evitar que la incertidumbre dañara un día más el futuro del país.

Arteaga, por su parte, emitió durante la primera parte de la jornada tres decretos mediante los cuales asumía la presidencia de la república y designaba a sus colaboradores. Pero más tarde se declaró dispuesta a dialogar con todas las partes en conflicto y pidió a todos los sectores de la sociedad su cooperación para solucionar la crisis. Propuso, asimismo, la realización inmediata de una consulta popular para decidir quién debe asumir la presidencia interina de Ecuador.

Ni Bucaram ni Alarcón ni Arteaga

La Confederación de Nacionalidades Indígenas amenazó con continuar las movilizaciones en todo el país si no ``se respeta el gobierno designado por el Congreso''. Asimismo, el Frente Patriótico, que reúne a la mayor parte de los movimientos civiles del país, convocó a la población a participar en nuevas manifestaciones callejeras para apoyar a Alarcón como presidente.

Pero el Frente Unitario de Trabajadores, la organización sindical más grande del país, rechazó el nombramiento de Alarcón como presidente interino pues, aseguró, ``refleja intereses de los mismos políticos de siempre'' en momentos en que los trabajadores exigen cambios radicales, y negó también su apoyo a Arteaga.

El jueves, 44 de los 82 congresistas ecuatorianos aprobaron la destitución de Bucaram por considerarlo ``incapacitado mentalmente'' para gobernar luego de que el miércoles se realizó una huelga general, a la que se unió 92 por ciento de la población ecuatoriana. El paro fue convocado por los principales sindicatos y movimientos sociales en protesta por medidas económicas impuestas por Bucaram a principios de año, con aumentos de hasta 600 por ciento, y para exigir la destitución del presidente, apoyada por varios ex mandatarios y ex candidatos presidenciales.

Los ecuatorianos reanudaron hoy sus actividades laborales después de las manifestaciones de la noche del jueves al viernes, al tiempo que unos 2 mil militares mantuvieron durante el día la custodia en torno al palacio presidencial.

En Guayaquil, una mujer resultó herida de bala en enfrentamientos entre manifestantes del Partido Roldosista Ecuatoriano, de Bucaram, con simpatizantes del Partido Social Cristiano, que fueron disueltos por la policía. Medios informativos locales dijeron que miles de indígenas en el interior del país realizaban todavía hoy marchas para exigir la salida de Bucaram del gobierno.

Confusión constitucional

En una breve declaración hecha antes de su partida a Guayaquil, Bucaram aseguró que el Tribunal de Garantías Constitucionales había invalidado el dictamen de destitución del Congreso, sobre la base de que ningún funcionario puede ser despedido sin darle derecho a la defensa y sin un juicio político previo, pero no hubo confirmación oficial acerca de estas afirmaciones.

Tanto Alarcón como Arteaga aluden también a su derecho constitucional de asumir la presidencia. La Carta Magna ecuatoriana estipula que el Congreso tiene facultades para determinar la destitución del mandatario por ``incapacidad física y mental'', pero no especifica a qué organismo corresponde nombrar al presidente interino, que igual puede ser el vicepresidente, el presidente del Congreso o el presidente de la Suprema Corte. Arteaga sostiene que por el orden de enumeración, corresponde a ella el cargo.

Constitucionalistas y analistas señalaron, sin embargo, que el Congreso actuó ilegalmente al designar a Alarcón, y propusieron como salida a la crisis que los tres ``presidentes'' renuncien al cargo. El ex candidato presidencial Ricardo Noboa, propuso que los tres desistan de convertirse en presidentes y se nombre como mandatario interino al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Carlos Solórzano.

En diversos medios locales, los analistas coincidieron en fue ``una barbaridad'' que el Legislativo designara a Alarcón como presidente interino y señalaron que, en todo caso, corresponde a la Suprema Corte determinar la legalidad de la destitución de Bucaram por parte del Congreso, o bien decidir quién de los ``presidentes'' debe asumir el cargo hasta nuevas elecciones. Pero Solórzano afirmó hoy que la corte sólo se pronunciará sobre la crisis cuando reciba ``el informe del Congreso''.