La Jornada 8 de febrero de 1997

Cautela en Washington; inquietud en gobiernos latinoamericanos

Afp, Ap, Efe, Dpa y Reuter, Washington, 7 de febrero Ť El gobierno estadunidense lanzó un llamado a la ``moderación y respeto a la Constitución'' de los sectores ecuatorianos tras la deposición del presidente Abdalá Bucaram, y rehusó apoyar a alguno de los tres funcionarios que reclaman la presidencia del país sudamericano.

La mayoría de los gobiernos latinoamericanos manifestó su preocupación por la crisis gubernamental en Ecuador. Sólo Panamá, Guatemala y Argentina tomaron partido por Bucaram, mientras el gobierno peruano informó que sus tropas ya han empezado a movilizarse hacia la zona fronteriza que se disputan Quito y Lima, que provocó un enfrentamiento armado a comienzos de 1995.

La secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, afirmó que Washington seguirá de cerca los acontecimientos en Ecuador y porque ``queremos estar seguros de que se utilizan prácticas democráticas'' para una solución.

Admitió la funcionaria que la información sobre la crisis con que cuenta Washington es aún ``fragmentaria'', por lo que no puede tomar partido en la querella entre Bucaram y el Congreso.

El vocero de la Casa Blanca, Mike McCurry, aseguró que es ``alentador'' que la dirigencia militar ecuatoriana haya prometido no intervenir en el conflicto que, recalcó, debe solucionarse conforme a la Constitución ecuatoriana.

A su vez, el vocero del Departamento de Estado, Nicholas Burns, reiteró que su gobierno apoyará las acciones del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), el colombiano César Gaviria, encaminadas a solucionar la crisis de gobierno ecuatoriana.

Gaviria viajó el miércoles pasado a Quito, a instancias de Bucaram, para observar la situación en el país, pero la oposición rechazó los llamados a la reconciliación pronunciados por el secretario general, a los que calificó de intromisión en asuntos internos de Ecuador.

Gaviria hizo hoy un ``respetuoso llamado'' a los sectores involucrados en la crisis, para buscar una solución al conflicto dentro de marcos constitucionales.

Agregó que la OEA tiene un compromiso con la defensa de la democracia, e intervendrá en el problema ``si las circunstancias lo exigen'', y consideró que la prolongación de la crisis ecuatoriana podría provocar un ``gravísimo daño económico y social'' al país.

El Grupo de Río dijo que no emitirá su posición sobre la crisis hasta lograr recabar la opinión de los cancilleres de los 14 países miembros.

Fuentes del organismo dijeron, sin embargo, que ninguno de los cancilleres sabe a quién apoyar de las tres personas que reclaman la presidencia de Ecuador.

Por su parte, la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe consideró que ``en rigor constitucional'', el Congreso ecuatoriano tiene facultades para destituir al presidente, pero no para elegir a su sucesor, y que es el vicepresidente quien debe asumir la jefatura del gobierno en caso de que el mandatario sea depuesto.

Por otra parte, la cancillería guatemalteca dijo hoy que todavía reconoce a Bucaram como presidente ecuatoriano, mientras la cancillería panameña advirtió que ``interrumpir el periodo de un presidente implica una ruptura inevitable de la convivencia cívica'', independientemente de lo que pudo motivar la destitución del jefe de gobierno.

El presidente argentino, Carlos Saúl Menem, expresó su más ``firme apoyo'' a Bucaram como presidente constitucionalmente electo de Ecuador.

Los gobiernos España y Chile manifestaron temores de un eventual golpe de Estado en Ecuador, mientras México y el resto de los países centro y sudamericanos manifestaron su preocupación porque la situación ecuatoriana pueda llevar a la violencia, e instaron a los sectores políticos a llegar a una solución pacífica y constitucional, sin apoyar a ninguno de los tres reclamados presidentes.