La Jornada 9 de febrero de 1997

Desconoce el ejército a Bucaram; la vicepresidenta gana apoyo

Afp, Ansa, Dpa, Efe, Pl y Reuter, Quito, 8 de febrero Ť Los ecuatorianos se encontraban a la expectativa esta noche de los resultados de una reunión entre representantes de las fuerzas armadas, del Congreso y la vicepresidenta Rosalía Arteaga, que podría culminar en el nombramiento de ésta como presidenta interina del país. Esta fórmula de consenso solucionaría una crisis política que se originó el jueves cuando el Congreso destituyó al presidente Abdalá Bucaram, y designó a su titular, Fabián Alarcón, mandatario interino, al tiempo que Arteaga se autoproclamó jefa de Estado suplente y Bucaram desconoció la decisión legislativa.

Las insistentes versiones sobre el eventual nombramiento de Arteaga como presidenta interina del país, ocurrieron horas después de que las fuerzas armadas confirmaron que desde el jueves habían notificado a Bucaram que lo desconocían como presidente de la república, lo que ratificaron este sábado.

Desde el inicio de la crisis, las fuerzas armadas aseguraron que no apoyaban a ninguno de los tres ``presidentes'' y aseguraron que no tomarían el control del país. No obstante, la tarde del sábado empezaron a circular versiones de que Arteaga había logrado el apoyo de importantes sectores militares, que le habrían prometido respaldar un eventual gobierno de transición por un lapso de seis meses, para después convocar a nuevas elecciones o a un plebiscito para designar al nuevo presidente definitivo.

Versiones de medios de comunicación ecuatorianos indicaron que el acuerdo que se habría adoptado esta noche en la reunión entre las fuerzas armadas, los líderes del Congreso y Arteaga preveía que la vicepresidenta tomaría el control provisional del Ejecutivo, Alarcón renunciaría al cargo al que interinamente lo nombró el Legislativo y se acataría plenamente la destitución de Bucaram. Arteaga, de acuerdo con las versiones, pediría luego al Congreso unicamaral nombrar al nuevo jefe de Estado; sin embargo, la oficialización de este acuerdo todavía no se había anunciado al cierre de esta edición.

El removido mandatario permanece en Guayaquil, desde donde rechazó el desconocimiento hecho a su cargo por las fuerzas armadas, y denunció que en Ecuador ``se vive una dictadura civil''. Convocó a un ``levantamiento nacional'', y advirtió: ``ahora van a ver la fuerza del pueblo'', aunque dijo que podría tomarse unas ``vacaciones'' en un balneario cercano a su ciudad natal.

En horas de la tarde, el Congreso se reunió para designar al equipo de gobierno de Alarcón e instó a los militares a dar su respaldo al legislador, mientras circulaban versiones de que Arteaga contaría con el apoyo de un sector importante del estamento militar para formar un gobierno de transición. Poco después, se conoció que los militares habían solicitado a la cúpula legislativa acudir a un encuentro en el que también estaría presente la vicepresidenta, a fin de tratar de llegar a un acuerdo para solucionar la crisis.

Observadores dijeron que Arteaga se ha convertido en ``el ángel de la guardia'' de los militares, por haber sido la única de los tres presidentes que respondió a la petición de diálogo de las fuerzas armadas. Según medios locales, sectores militares condicionaron su apoyo al eventual interinato de Arteaga a que la vicepresidenta ``recupere el prestigio internacional de Ecuador''

Asimismo, varios destacados constitucionalistas, entre ellos el ex mandatario Carlos Julio Arosamena y el ex presidente de la Corte Suprema Gil Barragán, afirmaron por separado que Arteaga ``encarna la mejor expresión de la democracia''. Así, la prensa ecuatoriana comenzó a sugerir que Bucaram, Alarcón y Arteaga renunciarán para ayudar a superar el vacío de poder, y los ex jefes de Estado Osvaldo Hurtado y Sixto Durán Ballén respaldaron esa iniciativa.

Sin embargo, Fabián Alarcón descartó tal medida: ``No busquemos parches. Busquemos la voluntad del pueblo'', declaró al insistir en la realización de un referéndum para solucionar la crisis, y reiteró que a él corresponde suceder a Bucaram.

Alarcón aseguró a la agencia Afp haber hecho caso omiso de declaraciones hechas el viernes por Bucaram, quien lo retó a enfrentarse a él a las 18 horas de este sábado ``para que se gradúe como hombre''. ``Esto no es un asunto de hombría -señaló el congresista-. El caso es que estoy listo y dispuesto a hacer respetar la democracia y defender las responsabilidades que me dio el Congreso''.

El titular de la Corte Suprema, Carlos Solórzano, insistió que ``una salida a la crisis se podría conseguir a través de una consulta popular o de una Asamblea Constituyente''. Instó a las partes en conflicto dejar de lado sus intereses personales, pues Ecuador ``está quedando muy mal'' ante la comunidad internacional con tres presidentes, dijo.

Desconocen las fuerzas armadas a El Loco Bucaram

El comandante de la provincia de Loja, José Grijalba, confirmó en la tarde de este sábado versiones de la emisora Radio Quito, según los cuales a las 20 horas del jueves autoridades castrenses informaron ``al abogado Bucaram'' que las fuerzas armadas ya no lo reconocían como el jefe del gobierno del país y, por lo tanto, no le rendirían honores militares y le impedirían reingresar al palacio presidencial, de donde salió inesperadamente la noche del viernes. La radio afirmó que el ejército decidió que el depuesto mandatario seguirá contando con escoltas militares para su protección.

``Está fuera de funciones; fue destituido por el Congreso y ya no puede dictar decretos'', aseguró Grijalba en relación con Bucaram. Manifestó que la clase política y los tres reclamados presidentes ``no se dan cuenta de lo delicado'' de la situación, y admitió que ``hay un vacío de poder, un vacío constitucional y que desgraciadamente ocasiona que no se pueda constitucionalmente definir cuál de los tres (mandatarios) es el legal''.

Subrayó que para las fuerzas armadas es necesario ``que se produzca un diálogo y que sólo a través éste se podrá definir y determinar por las instancias legales cuál es el verdadero presidente del país, y cuando ella suceda las fuerzas armadas estarán dispuestas a respaldarlo y a permitirle que entre al palacio de gobierno''.

Antes, el ministro de Defensa de Bucaram, Víctor Bayas, dio a conocer que había renunciado hoy a su cargo, para ser sustituido por el Jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Paco Moncayo.

Horas antes de trascender que el ejército le retiraba su apoyo, Bucaram anunció que su gobierno concedería ``importantes incrementos salariales'' a los militares. El viernes, las fuerzas armadas desconocieron de facto la autoridad de Bucaram, al negarse a acatar un estado de emergencia que había decretado.

``Errar es humano y perdonar, divino''

Y mientras en Quito comenzaban las negociaciones político-militares para tratar de solucionar la crisis, en Guayaquil el destituido Bucaram formó su propio gabinete y convocó a un paro cívico nacional para el 19 de febrero, al dirigirse a cerca de 5 mil de sus simpatizantes. Aseguró además a medios televisivos que el miércoles próximo volvería al palacio de Carondelet, de donde salió el viernes por la noche.

Durante las manifestaciones en Guayaquil, Bucaram juró a sus simpatizantes, ``por la vida de sus hijos y la del país'', que tendrían que matarlo antes de lograr que acepte su destitución, y aseguró que no solamente concluirá su actual mandato, sino que además ganaría los comicios presidenciales del año 2000, a pesar de que la Constitución ecuatoriana prohíbe la reelección.

El Loco ordenó a Frank Vargas, quien hace dos días renunció a su cargo como ministro del Interior, presidir la ``junta de ministros''. De acuerdo con medios periodísticos, Bucaram había instado a todos sus colaboradores a participar en la manifestación en su apoyo en Guayaquil, pero sólo dos miembros de su equipo fueron vistos en el mitin.

Bucaram rechazó nuevamente su destitución por vía del Congreso por motivos de ``incapacidad mental'', pues, afirmó haber demostrado su ``inteligencia, hombría y talento'' suficientes para ganar las elecciones de julio pasado.

Subrayó que dio marcha atrás a las medidas económicas que impuso a principios de año que implicaron incrementos de hasta 600 por ciento en los precios de servicios básicos, y que desembocaron en la huelga general de dos días que precedió su destitución en el Congreso. ``El presidente ha rectificado -dijo Bucaram- y hoy pide rectificaciones a los líderes políticos ante el error cometido. Errar es humano y el perdonar es divino''.

Mientras, las provincias de Esmeraldas y El Oro, con poblaciones de alrededor de 2 mil habitantes, se declararon ``Estados federales'' en apoyo al gobierno de Bucaram, informó el diario El Universo, que agregó que se rumoraba que una tercera había adoptado también dicha medida.

``La dictadura civil''

``De ser cierto (el desconocimiento que la cúpula castrense hizo de su presidencia), esto sería una dictadura civil y las fuerzas armadas estarían dando crédito a una decisión conspiradora'', declaró furioso Bucaram, tras darse a conocer oficialmente la postura del estamento militar.

Aseguró que no pensaba huir del país ni ``largarse'' a Panamá, donde vivió en dos ocasiones exiliado. ``Yo puedo viajar a Panamá, a Portoviejo, a Quito, o a donde me de la regalada gana'', contestó al ser consultado sobre la posibilidad de un nuevo exilio político.

Y con toda tranquilidad anunció que este domingo viajará a Salinas, un balneario cercano a Guayaquil, para disfrutar ``unas cortas vacaciones''. Pero antes, convocó a un ``levantamiento nacional'' y advirtió a sus detractores que ``ahora van a ver la fuerza del pueblo''.