Antonio Gershenson
Programas y candidatos

Ahora estamos en un momento de definición de candidatos para las elecciones de julio próximo. Los principales partidos se acercan al momento de la definición, por lo pronto, de los candidatos al primer gobierno electo para el Distrito Federal en seis décadas. Entre las otras candidaturas, son especialmente importantes las que desembocarán en una nueva Cámara de Diputados, en la que puede suceder que ningún partido tenga mayoría y, si alguno la alcanza, no es fácil asegurar cuál será.

Lo que más se discute hoy en cuanto al proceso electoral, que incluye también varias gubernaturas, son entonces los posibles candidatos. Sin embargo, detrás de la discusión de candidatos está la cuestión de la política a seguir, de los objetivos a alcanzar y los medios para lograrlos.

Hace un par de semanas hablábamos de la importancia de que las campañas políticas se centren en exponer alternativas para el país y para la solución de los problemas, y no simplemente en el ataque o la descalificación de los otros candidatos. Si ahora se definen candidatos, por decirlo así, golpeadores, candidatos cuya atención se centrará en buscar puntos débiles en los cuales golpear, no estaremos votando en favor de unos candidatos y las alternativas con las que se han comprometido, sino en contra de otros, sin definiciones reales sobre el camino a seguir. Los que queden, quedarán con un cheque en blanco para hacer lo que quieran, sin haberse comprometido con medidas específicas y líneas generales de acción bien definidas.

En cambio, si ahora son nombrados, escogidos o electos candidatos que se definan en función de sus objetivos, de las alternativas que ofrecen a los problemas del país y sus habitantes, por lo menos una parte de las campañas electorales será de discusión de esas alternativas, que tal vez incluso contribuya a afinarlas, modificarlas, adaptarlas a la realidad del país y a la de los futuros votantes. Si esta discusión va acercándose al centro de las campañas, será más difícil que esas alternativas sean simplemente archivadas en caso de triunfo de los candidatos en cuestión; y habrá más motivación para los ciudadanos hacia una participación continuada, después incluso de las elecciones, que impulse ese camino de solución de los problemas.

Pondremos como ejemplo un tema del que hablamos aquí la semana pasada: una política económica que nos ayude a salir del ciclo con periodos de dólar barato, con cierre de fuentes de trabajo y demás, alternados con otros periodos de dólar caro, mayor baja de poder de compra y estancamiento de la producción para el mercado interno. ¿Qué lineamientos y qué medidas deben tomarse para lograr esto?

El pronunciarse sobre temas como éste y definirse, comprometerse con un posible camino de solución, ayuda a definir a los candidatos en términos reales. Ayuda a que haya un mayor voto consciente, a favor de estas alternativas, y no el caso de que hoy se vota contra uno, porque ya no lo aguantamos, y mañana contra otro, porque resultó peor, pero nunca a favor de un camino de solución, el cual no aparecerá así nada más y sin ningún esfuerzo.