Simón Brailowsky
Divulgación científica; El papel del SNI

En un estudio reciente comisionado por la OCDE (Organización de Cooperación y Desarrollo Económico), grupo de países ricos del que, gracias a grandes golpes de neoliberalismo, nuestro país forma parte, se concluye que existe un gran desbalance entre la población interesada en cuestiones científicas en relación a quellas realmente informada sobre problemas de ciencia y tecnologia. Este estudio sirvió para generar un consenso entre los países participantes sobre la necesidad de llevar a cabo medidas que mejoren la comprensión del público sobre cuestiones de ciencia y tecnología en un simposio que alrededor del tema patrocinó la OCDE en Tokio (Science, 15 Nov. 1996).

Es el momento de preguntarse sobre el papel que nuestras instituciones de educación superior juegan en este terreno, y en particular, el Sistema Nacional de Investigación (SNI).

Al menos en la UNAM, mi sitio de trabajo, se funciona en el entendimiento de que nuestras actividades incluyen la docencia, la investigación y la difusión de la cultura. Es ésta última funcion la que estaría aludida por ese estudio-simposio auspiciado por la OCDE.

Todas las instituciones de educación superior cuentan con programas de divulgación científica constituidos por personas que se dedican, de tiempo completo, a estas actividades las cuales, es justo decirlo, exigen absoluta dedicatoria y profesionalismo. Quizás no lo sepa el lector, pero la divulgación de la ciencia no es fácil: se requiere de una capacidad de síntesis y un lenguaje claro, llano, además de ameno. Y por supuesto, como para todo, escribir un artículo de divulgación científica requiere de tiempo.

Los investigadores ayudan en lo que pueden y, en teoría, constituyen una de las principales fuentes de información para los divulgadores. Entre todos, se busca fomentar la comprensión y el entendimiento de los saberes que se quieren universales por parte del público.

Y todo esto ¿que relación tiene con el título de esta nota? ¿Como cuentan los artículos de divulgación en elsistema de evaluación del SNI? ¿Cuántos puntos no sdan por esas actividades? No se precipiten en sacar la calculadora, la suma es cero. Y bueno, eso no sería grave si la falta de la divulgación científica no entrañara una especie de sabotaje indirecto. Un ejemplo concreto: Como coeditor del Boletín de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas (Sociedad con 40 años de existencia y uan de las más sólidas y respetadas en Hispano-América), una de mis constantes preocupaciones es la de conseguir material para publicar, especificamente, solicito revisiones sobre temas de interés que informen a nuestros lectores sobre el estado actual de una rama del saber, y también de dar a conocer las aportaciones de nuestros socios o de nuestros estudiantes a las ciencias fisiológicas. Y recientemente, ante mi requerimiento, una de las respuestas que recibí de parte de uno de mis colegas fue ``es que esos artículos no cuentan para el SNI, y necesito todo mi tiempo para hacer cosas que sí me cuenten''. Me encontré, de nuevo, porque cada vez que se evalúan nuestras actividades por parte del SNI nos enfrentamos a la dura realidad, con que el sistema de evaluación de los investigadores dedica poco o ningún interés a la divulgación de la ciencia. Las conferencias que impartimos en escuelas o facultades, en preparatoria o centros culturales, en museos de ciencia o en instituciones estatales, o inclusive las comunicaciones en congresos no cuentan. En éste último caso, los congresos cientificos, solo si somos invitados por organismos extranjeros y nuestras pláticas se realizan fuera del país, entonces sí se consideran. ¿Creen las autoridades que por el solo hecho de dar una plática en otro idioma o en el extranjero automáticamente es de mejor nivel que si la diéramos en nuestro país, en nuestro idioma? ¿Es así como se fomenta la ciencia nacional?

¿Vamos a seguir dependiendo de burdas traducciones de artículo de divulgación publicados en el extranjero para informar al público sobre lo que en ciencia ocurre? ¿Mantendremos la posición del subdesarrollado que solo espera que la luz le llegue desde el norte? o vamos a buscar la independencia propia de países que entienden la importancia de la ciencia fomentando una mayor involucración de nuestros científicos con la sociedad a la cual sirven y de la cual viven?

¿De donde debe provenir el incentivo del científico para escribir sobre ciencia para el público (que incluye, no lo olvidemos, a colegas de otros campos)? Son artículos que no se citan, que no son internacionales, que no dan puntos. En una palabra, para las autoridades se trata de literatura subversiva. Seguramente, la motivación no nace de los tortibonos, vales, despensas, pavos o estímulos a la productividad. Pensamos que el incentivo debe provenir de su conciencia social, y del afán de libertad que la ciencia, en tanto necesidad del hombre por conocer la naturaleza, entraña. Solo pedimos que no se saboteen estos esfuersos.