La Jornada 11 de febrero de 1997

Conmemoran comunidades zapatistas dos años de la ofensiva militar en las Cañadas

Hermann Bellinghausen, enviado, Selva Lacandona, Chis. Ť Hace dos años se inició la ofensiva militar que dejó sitiadas a las comunidades zapatistas. Sin negociaciones con el gobierno federal, y los puntos ya acordados aún sin cumplir, los pueblos rebeldes se mantienen en la raya, a ver a qué horas.

Hace dos años los pobladores de Prado, Guadalupe Tepeyac, Tacitas y Nueva Estrella ganaron montaña. Los de Guadalupe perdieron su pueblo y sus tierras.

Mientras tanto, las inversiones, las declaraciones y las inauguraciones están a la orden del día: el camino rural El Real-Las Tazas-Las Tacitas, la red eléctrica para ``60 mil habitantes'' de las Cañadas (lo cual son ganas de inflar las cifras, pues la luz sólo beneficiará a los pueblos bajos de las cañadas), los intentos de repartir tierras a los priístas de la selva.

El pasado día 6, el gobernador Julio César Ruiz Ferro iba a bajar la palanca del switch eléctrico en San Quintín, pueblo tzeltal priísta y cuartel neurálgico del Ejército federal, pero, finalmente, nada más anunció la próxima electrificación de San Miguel a San Quintín, pasando por una decena de pueblos, todos militarizados.

Poco antes de la inauguración, resultó que no había corriente. A ver si para la próxima.

Escenas de la vida real

Que se pudra, que al fin es selva. Cada año se pudre, y cada año nace. Sobreviven los grandes árboles y los animales grandes. La maleza se seca, en cambio, y las próximas aguas la renuevan. Es el cuarto ciclo agrícola que comienza en Chiapas después del levantamiento zapatista.

La milpa que camina, como se ha llamado a la colonización de la Selva Lacandona, camina hoy menos como milpa y más como comunidades sitiadas.

Salir a preparar la milpa, en lo que lleva de la tumba a la quema, en las tierras que, o poseen comunitariamente, o trabajan de ajeno, es un riesgo. Pueblos hay en algunas cañadas en que pocos hombres se miran.

Mientras, se anuncia que este año la región de las Cañadas quedará totalmente electrificada.

Nuevos y vastos territorios para que la Comisión Federal de Electricidad pueda ir a cortarles la luz por falta de pago.

Como nunca antes, los indios hoy en Chiapas son percibidos como objetos de asistencia pública, en vez de sujetos de derechos públicos. Se han vuelto inesperadamente cómodos para la clase del poder, porque son buen negocio (la inversión pública es siempre un buen negocio), y a la vez son técnicamente más reprimibles que nunca. Con el mayor aparato policiaco de su historia, y el respaldo de una ocupación militar que involucra al contingente castrense más numeroso e importante del país, el aparato estatal puede administrar la abundancia de la inyección de recursos, que hace de Chiapas modelo de contrainsurgencia.