La Jornada 11 de febrero de 1997

Solicita López Obrador audiencia con el Presidente para presentarle el plan Reta a economistas del gobierno a un debate con los autores del proyecto

Rosa Icela Rodríguez Ť El presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Andrés Manuel López Obrador, solicitó anoche una audiencia al presidente Ernesto Zedillo para presentarle el Programa para el Desarrollo Económico con Justicia Social y retó a los economistas gubernamentales a un debate público con los economistas y consultores externos que elaboraron dicho plan.

Después que se dio a conocer el documento, en donde propone reducción de impuestos a los grupos de menores ingresos, un programa de empleos, reducción de la inflación y eliminación de gastos al Ejecutivo, el líder perredista propuso a los mexicanos ``apostar al cambio económico y democrático con dimensión social, por el camino pacífico, legal y constitucional. El camino más corto y eficaz para darle nuevo cauce al país es el voto de las urnas; el camino más largo es el ciclo pobreza-desorden-violencia-represión-caos'', aclaró, y dijo que ``esto último no es lo que desea'' su partido, en cambio planteó: ``El camino de la concordia''.

Asimismo, subrayó el político opositor que el programa económico considera como condición indispensable para conducir un cambio económico, sin caos ni desigualdad social, la preservación y el fortalecimiento del orden constitucional. Para que las instituciones sean palancas de un desarrollo económico con justicia social, tienen que estar avaladas por la legitimidad democrática y por la moral republicana.

Sin embargo, dijo que México es un país con instituciones secuestradas por grupos y camarillas que las utilizan en su beneficio, sin importar el bienestar social ni el destino de la nación. La única manera de rescatar nuestras instituciones, para ponerlas en la ruta del cambio económico y social, es que el pueblo participe y haga valer sus derechos democráticos.

``Sin democracia no tenemos instituciones legítimas ni fortalecidas. Sin ética no tenemos la credibilidad para las acciones del poder. Sin legitimidad no tenemos la credibilidad para las acciones del poder. Sin legitimidad al interior no poseemos la autoridad política necesaria para la defensa de los intereses de la nación.

``Si no ponemos un freno al desbarajuste tecnocrático nuestro país está condenado a un caos social de difícil retorno'', advirtió.

El objetivo del programa económico perredista es crear 5 millones de empleos en el periodo 1998-2000, de los cuales cuando menos 3 millones deberán ser permanentes y bien remunerados. Tiene el propósito de frenar desde el primer año de aplicación el deterioro creciente del poder adquisitivo del salario y recuperar la pérdida acumulada de 1982 a la fecha.

También replantea los términos de la deuda pública externa, ajustándolos a la capacidad de pago del país, por ello, propuso que el servicio de la deuda pública externa deberá mantenerse en niveles inferiores al 3 por ciento del producto interno bruto.

En un salón del Hotel Camino Real, el líder perredista subrayó que el programa de su partido propone una reforma fiscal progresiva, que reduzca impuestos a los grupos con menos ingresos y grave el consumo suntuario y las ganancias de capital obtenidas en el mercado bursátil. Es decir, de una política fiscal más equitativa y sencilla.

Una parte de su mensaje ante pequeños empresarios, economistas y políticos invitados sostuvo que ``la corrupción en México es de tales dimensiones que no sólo es un asunto de moralidad pública, sino de grave problema para el desenvolvimiento económicos del país''. Fundamentó que ``combatir la corrupción oficial en México es para el PRD no sólo propuesta de moralización pública sino elemento básico para financiar el rescate económico del país''.

El programa contempla -dijo- la eliminación de los ofensivos gastos electorales, de los programas gubernamentales para la obtención del voto, de la partida secreta presidencial y de las exageradas percepciones de los funcionarios públicos. Postula un gobierno y sobriedad de austeridad republicana como en la época del presidente Benito Juárez.

López Obrador reconoció no obstante que dicha propuesta identifica y reconoce todas las limitaciones que el modelo neoliberal ha puesto al desenvolvimiento económico y social del país.

Y busca ``restablecer equilibrios entre economía y justicia social en condiciones tan difíciles, requiere de ideas claras, voluntad de actuar por encima de los intereses personales y de grupos, promoviendo la participación más amplia de todos los actores de la vida pública de México''.

La propuesta, identifica el equilibrio que debe procurar una estrategia bien diseñada respecto al papel promotor, orientador y regulador que desempeña el Estado y el que se le asigna el mercado, y les otorga mutua funcionalidad, eficacia y sentido complementario, en el marco de las libertades que establece nuestra Constitución.

Explicó que el programa perredista busca recomponer la planta productiva, reactivar el mercado interno y asumir la globalización y los bloques comerciales como una realidad de nuestro tiempo, y participar en ellos, pero de acuerdo a nuestra realidad, apropvechando sus beneficios y rechazando sus efectos negativos.

López Obrador expuso que el programa asume que el México actual no sólo requiere de una transición política, sino también de una transición económica. El método que hemos seguido para su elaboración rechaza la vuelta al pasado, pero también se niega a la asunción acrítica del neoliberalismo actual, que ha destruido nuestra economía, que ha roto los consensos sociales y que ha debilitado gravemente nuestras instituciones.

La propuesta económica del PRD busca reducir, y finalmente eliminar, los graves impactos ocasionados por el brusco tránsito de una a otra visión de la función económica del Estado mexicano.

Fuentes perredistas informaron que anoche mismo habría pedido la audiencia al presidente Zedillo y que a la brevedad tendrán una entrevista.