Rechazo a políticas educativas del BM
Las políticas del Banco Mundial para la educación fueron severamente criticadas ayer, durante la Cumbre Internacional de Educación. En el primer día de estos trabajos, investigadores y sindicalistas consideraron que, en su diseño, el organismo no toma en cuenta a los maestros y en cambio propone que se les asignen dobles turnos laborales y que atiendan a más alumnos de los que recomienda toda teoría pedagógica.
Mary Futrell, presidenta de la Internacional de la Educación, dijo que en el mundo hay 130 millones de niños sin acceso a la enseñanza básica --la mayoría mujeres-- y escuelas de muchos países llegan a cerrarse por falta de elementos mínimos para cumplir su función.
La dirigente reprochó que mientras los gobiernos siguen proclamando que la educación es una alta prioridad, en la práctica recortan presupuestos y programas de impacto directo en el desarrollo de los infantes.
Mencionó además que en 1992, en todo el mundo sólo se gastaba el 5 por ciento del producto interno bruto en enseñanza. ``Se estima que esto apenas se elevará al 6 por ciento para el año 2000 y lo recomendable para superar los rezagos sería asignar a ese renglón el diez por ciento del PIB mundial''.
Existen unos 900 millones de analfabetas: Stavenhagen
A su vez, el investigador Rodolfo Stavenhagen recordó que hay aún en el mundo 900 millones de analfabetas, más de 100 millones de alumnos que abandonan la escuela básica antes de concluirla y que gran parte de las mujeres siguen manteniendo niveles de enseñanza muy inferiores a los hombres. Además, el acceso a la educación secundaria sigue vetado para millones de infantes en todo el planeta.
Invitado a la ceremonia de apertura, el arzobispo primado de México, Norberto Rivera, informó que la Iglesia católica participará en la Cumbre Internacional de Educación en los debates sobre dos temas que le interesan especialmente: educación en valores y educación laica.
Si bien en la plenaria se reconocieron progresos en la matrícula y mejorías en la enseñanza en muchos países, también se puso de relieve que en un buen número de países (de Africa y América Latina, principalmente) las políticas de ajuste estructural han reducido el número de maestros y es común que éstos no reciban su sueldo durante varios meses.
El director de Educación de la ONU, Juan Carlos Tedesco, resaltó a su vez que en el mundo hay más de 50 millones de maestros; la mitad de ellos trabaja en escuelas primarias y un tercio en la enseñanza media. Las previsiones, agregó, indican que el número de docentes seguirá creciendo, pero su distribución es muy heterogénea. Mientras en Africa el 70 por ciento de los profesores labora en la escuela primaria, en Europa y Estados Unidos sólo el 50 por ciento atiende este nivel. Sin embargo, advirtió, la profesión docente ha perdido capacidad para atraer a los jóvenes más talentosos y es en muchos casos ``una actividad transitoria en la búsqueda de un empleo prestigioso''.
En resumen, reforzó Stavenhagen, los maestros de países que han seguido las recomendaciones del Banco Mundial viven con sueldos bajos, largas horas de trabajo, tensiones y conflictos institucionales, presiones de la comunidad, una imagen deteriorada y temerosos de perder su empleo ante la mayor utilización de métodos alternativos de enseñanza fuera del salón de clases.
Asimismo, los ponentes alertaron sobre los riesgos de la privatización de la educación básica.
Sobre el particular, Mary Futrell admitió que durante mucho tiempo los profesores han sido excluidos o ellos mismos se han hecho a un lado del debate sobre cómo reformar la educación y restructurar las escuelas en sus respectivos países.
Afirmó que ``el conocimiento es poder'' y que negar a los niños y a los adultos el acceso al mismo contribuye a la creciente división económica, social y política entre los pueblos. ``Si los maestros reciben el respeto y el apoyo que merecen pueden contribuir, y de hecho lo harán, en mayor medida y de manera más positiva en la vida de sus alumnos y de las comunidades en que viven'', señaló.
Finalmente se informó que la agenda de muchas de las personalidades anunciadas para participar en esta cumbre les impidió llegar al encuentro, como es el caso de Federico Mayor, director de la UNESCO; el ex presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, y de casi todos los titulares de Educación. (Rosa Elvira Vargas y Claudia Herrera Beltrán)